¿Por qué el Gobierno puede exhumar a Franco y no se atreve con Primo de Rivera?

Estos días ha sido noticia la decisión del Supremo de autorizar la exhumación de los restos de Franco de la basílica del Valle de los Caídos.

El tribunal desestimó el recurso de la familia del dictador, que pedía que su cuerpo fuera trasladado a la catedral de la Almudena, en el centro de Madrid, de modo que el Ejecutivo tiene vía libre para llevar a Franco al cementerio de Mingorrubio en el Pardo como es su pretensión.

Al margen de los obstáculos que se presentan aún por delante para hacer efectiva la promesa de los socialistas, surge la pregunta de si harán lo propio con el cadáver del fundador de la Falange, José Antonio de Rivera, enterrado también la basílica del Valle de los Caídos.

La respuesta es que no, ya que, a diferencia de lo que ocurre con el dictador Franco, Primo de Rivera es considerado una víctima de la guerra, fusilado en noviembre de 1936 durante la Guerra Civil, de modo que cumple con las premisas para estar en ese lugar, que está concebido para "honrar a las víctimas del conflicto".

Comisión de Expertos

Sin embargo, tal y como aconsejó la Comisión de Expertos para el futuro del Valle de los Caídos en el año 2011, sí está entre los planes del Gobierno reubicar los restos de Primo de Rivera dentro de la basílica, retirándole el altar para que su cuerpo deje de tener "preferencia" y esté en igualdad de condiciones con los demás enterrados en el conflicto, tal y como confirmó este verano la vicepresidente del Gobierno, Carmen Calvo.

En este sentido, Calvo ya señaló que el Ejecutivo iría primero "a lo urgente", que es la exhumación de Franco, por lo que, en este momento, tiene aparcado el tema. "Iremos compartiendo y dialogando con los grupos una reasignación del lugar", concretó la vicepresidenta, aunque pospuso cualquier iniciativa a la formación de un gobierno saliente de las elecciones, lo que, dada la situación actual de bloqueo político tras la convocatoria de otras elecciones, puede alargar la cuestión un plazo indefinido de tiempo.