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Política

Puigdemont pretende ser investido en la 'embajada' catalana en Bruselas

El expresidente de la Generalitat Carles Puigdemont durante su discurso de Fin de Año difundido en Twitter

Carles Puigdemont está decidido a ser investido presidente de la Generalitat, de una u otra forma. "A cualquier precio", dicen los suyos. Descartada la posibilidad de un regreso a España, por temor a la cárcel, el extitular del Gobierno catalán estudia todas las fórmulas, desde la vía Skype a la de persona interpuesta al fin de lograr su objetivo. Su viaje a Copenhague era un ardid para allanar el camino al objeto de poder delegar el voto, algo que el juez Llarena ha cortocircuitado taxativamente. 

Los planes del 'sanedrín' de Flandes no cesan. Puigdemont escruta todos los escenarios y hasta se ha planteado la posibilidad de asumir la presidencia en un acto que tendría lugar en la que fuera 'embajada' de la Generalitat en la capital belga, cerrada desde finales del pasado año como el resto de las legaciones comerciales y diplomáticas catalanas desparramadas por el orbe. Sería una violación de un espacio público e incurriría en un nuevo delito. "No hará falta, llegado el momento, la presencia del presidente saliente, ya que es él mismo. Sería un traspaso de poderes meramente simbólico y algo artificial", comentan en fuentes del soberanismo. 

Discurso ante el Parlament

En algún sitio tendrá que oficializarse esa transición de mandatos, si es que tal supuesto llega a concretar. Manda la tradición que esta ceremonia se celebre en el Parlament. Abrirá el acto el titular de la Cámara, en este caso Roger Torrent, y el presidente cesante le colocará al entrante el collar distintivo de su nuevo cargo. Acto seguido, el investido pronunciará su primer discurso ante los representantes de la Asamblea legislativa catalana.

Nada de esto será posible. Ni siquiera cabe pensar en cómo se llevará a cabo este ceremonial. Puigdemont inviste a Puigdemont, en presencia de sus exconsejeros fugados y del reducido miembro de su equipo. "Lo importante es que haya medios de comunicación y que ese momento se difunda internacionalmente", comentan estas fuentes.

"Detener a un presidente no es lo mismo que enviar a prisión a un mero diputado de a pie". Todo un disparate, aseveran en fuentes del PDeCat, donde se sigue con estupefacción y sorpresa todos los pasos que está ejecutando el líder catalán, que está a punto de cumplir tres meses de estancia en Bruselas. 

El equipo del expresidente está muy satisfecho de la escapada a Copenhague, porque le ha servido para mantenerse en primer plano de la actualidad. Su gran obsesión es llegar al día 31, supuesta fecha de la investidura, con el perfil de presidente despojado de la legalidad por un Gobierno totalitario. Piensa presentarse a la sesión de investidura. Pronto desvelará la fórmula elegida, quizás este martes. Y también piensa, en forma inaudita, en cómo será su toma de posesión. De ahí la idea de abrir la 'embajada' para tal menester. 

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