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Política

El precedente del caso Rita Barberá: Cospedal, el correo del Zar

-La presidenta del PP de Castilla-La Mancha, María Dolores de Cospedal

María Dolores de Cospedal, secretaria general del PP, se encargó de comunicarle en persona a Cristina Cifuentes la necesidad de su renuncia. Y que lo hiciera antes de que Cristóbal Montoro arrancara su discurso en el debate de Presupuestos del Congreso. Cospedal se trasladó al palacio de la Puerta del Sol y se reunió con la todavía presidenta. Buenas amigas, la número dos del PP nacional había defendido a Cifuentes con ardorosa pasión desde el minuto uno del escándalo del máster. Había convencido a Rajoy de que no debía dejarla caer, que no debía darle esa baza a Ciudadanos.

Cifuentes reconoció, en su comparecencia ante los medios, que tenía previsto presentar su renuncia después de la recepción de la fiesta de la Comunidad, el próximo 2 de mayo. Cospedal ejerció, una vez más, de 'correo del zar', de mensajera de las órdenes de Rajoy. Se encargó de comunicar personalmente la necesidad de la dimisión. El vídeo del hurto de un par de cremas, difundido por OK Diario, era la gota que colmaba el vaso. El coordinador general de la formación, Fernando Martínez-Maíllo, apenas ha tenido protagonismo en estos 'últimos días de la víctima'. 

"A algunos les gustaría conseguir lo que no consiguió un accidente de tráfico mortal", había escrito en un tuit la actual ministra de Defensa tras estallar el caso de la Universidad Rey Juan Carlos. Días después, a su llegada a un acto público, manifestó ante los medios su absoluto apoyo a la presidenta de Madrid. Era una voz casi solitaria. Pocos en el PP respaldaban a Cifuentes. Menos aún, en el Gobierno. Soraya Sáenz de Santamaría, por ejemplo, optó por no pronunciarse en público sobre este asunto, salvo algunas vaguedades de compromiso. 

Tensión telefónica

No es la primera vez que a la secretaria general del PP le toca hacer funciones similares. Cospedal fue también la encargada de convencer a Rita Barberá para que se diera de baja en el PP. Fue por teléfono. La ex alcaldesa de Valencia apenas mantenía contactos con la cúpula de su partido.

Algunos dirigentes de Génova, como Javier Maroto, se habían pronunciado en tonos muy agrios contra ella. Cospedal la defendió sin titubeos. Igual que ha hecho hasta ahora con Cifuentes.  También fue la encargada de transmitir el mensaje de la necesaria renuncia. Fue una conversación muy tensa, según relataron fuentes del partido. Barberá aceptó dejar el PP pero se aferró a su escaño de senadora. Luego, meses después, falleció de madrugada en un hotel de Madrid. 

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