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Política

Calviño exige no tratar con Iglesias los asuntos económicos del Gobierno

Nadia Calviño.

El presidente en funciones, Pedro Sánchez, ha esbozado el primer esquema de cogobierno con Unidas Podemos. Tras haber cedido en la entrega a Pablo Iglesias de una vicepresidencia social, el socialista no quiere que Nadia Calviño, actual ministra de Economía y también futura vicepresidenta, esté en el mismo nivel que el secretario general de Podemos. Según fuentes socialistas, ha sido la propia ministra quien ha exigido a Sánchez no tener que tratar “a diario” de asuntos económicos con Iglesias.

El esquema en el que piensa Sánchez, y que se está negociando en estas horas con Podemos, es un modelo piramidal o de gobierno a doble velocidad. Sánchez ocuparía la cúspide, seguido por Calviño, que controlaría directamente todos los temas esenciales de política económica. En segundo lugar estarían Iglesias y Carmen Calvo, también vicepresidentes.

Encuentros diarios entre Sánchez e Iglesias

Fuentes de Podemos revelan, por otro lado, que las reuniones entre Sánchez e Iglesias son casi diarias. Y en ellas, además de hablar de nombres, los dos líderes políticos esbozan un esquema de gobierno en el que Sánchez intenta no tener por debajo a una troika en posición paritaria.

Sánchez quiere dos niveles de interlocución: Calviño para todas las cuestiones económicas centrales del Ejecutivo, y Calvo e Iglesias como “coordinadores” (este es el término empleado en las negociaciones) de sus respectivos ministerios. Iglesias respondería así de los tres o cuatro ministerios controlados por Podemos, y Calvo de los socialistas.

Según este esquema, Iglesias y Calvo se convertirían en la correa de transmisión del presidente del Gobierno, pero encorsetados por Calviño, que tendría la llave de toda la política económica del Estado.

Calviño no quiere hablar de economía con Podemos

Desde el PSOE explican que ha sido la propia ministra Calviño quien ha exigido a Sánchez no tener una interlocución directa y diaria con Iglesias. “No quiere explicar cada dos por tres qué son las balanzas fiscales o el déficit”, resumen fuentes socialistas.

Por otro lado, Sánchez considera a la ministra de Economía como un activo fundamental de su Ejecutivo y la persona adecuada para garantizar ante la UE su compromiso en mantener la senda económica de los últimos meses. La socialista gallega fue directora general de Presupuesto en la Comisión Europea antes de incorporarse al Gobierno del PSOE. Fuentes sindicales consultadas por este diario confirman que la negociación avanza en este sentido.

En cuanto al reparto de ministerios, en el PSOE y Unidas Podemos comentan que Iglesias ha cambiado de opinión sobre el Ministerio de Empleo. “Sánchez hizo la oferta”, señalan desde Unidas Podemos, pero el secretario general ya la habría rechazado. “Iglesias no quiere controlar el ministerio de Empleo porque Sánchez les ha advertido de que no va a derogar la reforma laboral y ellos no se quieren meter”, explican las fuentes consultadas.

Pablo Iglesias en la Universidad Complutense de Madrid

Corsé a Iglesias

Al caer Empleo, los negociadores están trabajando en otro ministerio alternativo. Circulan ya algunas opciones, que están a punto de cerrarse, revelan las fuentes consultadas. Con respecto a Igualdad y Universidades y Educación, en cambio, el acuerdo está sellado, tal y como adelantó este diario en varias exclusivas. De todas formas las próximas horas serán clave para la definición de los cargos y las figuras que los liderarán.

A medida que Podemos se acerca al Ejecutivo, de hecho, ha comenzado el baile de nombres tanto por los ministerios como para los altos cargos. Figuras de primer nivel como Rafa Mayoral y Enrique Santiago, según las fuentes consultadas de Podemos, han pedido ocupar un alto cargo, como una secretaria de Estado.

En general, el partido morado calcula que tendrá un centenar de cargos y asesores si entra en el Ejecutivo. Aunque a nivel más alto Sánchez intenta a la desesperada encorsetar a Podemos y a su líder después del famoso pacto del abrazo. “Ese abrazo es una metáfora de lo que va pasar: uno tomará la iniciativa y el otro no podrá decir que no, aunque le gustaría”, ironizó sobre el mismo Alfonso Guerra.

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