Una videollamada de 17 minutos ha logrado el efecto destructor de una gran campaña de desinformación. La ya famosa entrevista entre el alcalde de Madrid, José Luis Martínez-Almeida, y dos humoristas rusos con un amplio historial de engaños a políticos occidentales (María Dolores de Cospedal o Boris Johnson entre ellos) arroja dos conclusiones alarmantes: primero, España continúa siendo víctima de las injerencias del Kremlin y, segundo, más preocupante si cabe, Rusia sigue logrando con facilidad pasmosa su objetivo de provocar conflictos políticos internos.
La videollamada entre los humoristas Vladimir Kuznetsov y Aleksei Stolyarov (conocidos como Vovan y Lexus), que se hicieron pasar por el alcalde de Kiev, y Almeida -en la que el alcalde de la capital comenta de forma distendida la posibilidad de "deportar" a refugiados ucranianos o se traga que el ultranacionalista ucraniano Stepán Bandera es un "icono de la comunidad gay"- va mucho más allá de una simple broma. No solo evidencia el desconocimiento de Almeida en medio de la invasión rusa, también revela el alto grado de información sobre el contexto político interno que poseen Vovan y Lexus (utilizan, por ejemplo, la polémica en torno a la escritora Almudena Grandes) y su capacidad para manipular a un líder político para presentarlo como un prototipo de la torpeza y la debilidad de las democracias occidentales.
Vovan y Lexus han sido acusados en varias ocasiones de ser actores estatales a sueldo del Servicio Federal de Seguridad (FSB), la principal agencia de seguridad rusa, y entre sus víctimas figuran líderes políticos críticos con el Kremlin o la política exterior de Vladimir Putin. Los humoristas lo niegan, pero todo apunta a que su acción se enmarca entre las 57 campañas de desinformación que ha lanzado Moscú contra España desde 2015 (según la base de datos EUvsDisinfo). También a que han conseguido su objetivo: desestabilizar.
Utilizar el contenido de la videollamada en clave de política interna supone hacerle el juego al Kremlin"
Utilizar el contenido de la videollamada en clave de política interna –Mónica García, Pablo Echenique o Rita Maestre han aprovechado para arremeter contra Almeida por sus declaraciones durante la entrevista- supone hacerle el juego al Kremlin. Las operaciones de injerencia rusas persiguen, precisamente, causar debilidad institucional en las democracias occidentales promoviendo conflictos internos. El caso del 'procés' catalán es paradigmático: durante los días previos y posteriores al referéndum de 2017 'Russia Today' y Sputnik -vetados actualmente en la UE- multiplicaron la divulgación de contenidos sobre el movimiento independentista hasta convertirse en el cuarto difusor en las redes. La mayoría de estos contenidos estaban relacionados con la violencia.
Resulta curioso que muchos de los que cargan ahora contra Almeida apoyan la narrativa del Kremlin sobre la invasión de Ucrania. Ello no exime al propio alcalde ni a su equipo de una patinada mayúscula. Es difícil entender cómo el Ayuntamiento no verificó la identidad de quien pretendía hablar con Almeida, especialmente cuando no se estableció el contacto a través de la Embajada. La incompetencia del equipo del alcalde de Madrid es tan evidente como la torpeza de Almeida, ensimismado durante toda la videollamada en una corrección política que solo acrecenta un ridículo espantoso.
Madrid ha tachado de "estafa múltiple de propaganda rusa" la broma de los humoristas. Como toda defensa, el Ayuntamiento esgrime que "cuando se observó el tono y contenido de la llamada, además de cortarla, se puso una denuncia inmediatamente ante la policía, que sigue investigando". También subraya que "no dará pábulo a ninguna de las estrategias desestabilizadoras de Rusia". La proclama resulta tan ridícula como la actuación de Almeida porque el daño ya está hecho, dado el seísmo mediático y político que han provocado Vovan y Lexus.
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El señor Almeida deja en evidencia, por una parte, que su ignorancia sobre lo que pasa en Ucrania es tan grande como para no tener ni idea de quién fue Stepán Bandera, y, al mismo tiempo, también deja en evidencia que su fanatismo es tan atroz como para enviar a la muerte a todos los ucranianos (varones, eso sí) que pueda encontrar.
Por si semejante nivel de incongruencia fuera poco, el mismo que no duda en diferenciar entre varones y mujeres a la hora de ir a morir a la guerra, también pretende erigirse en referencia a la hora de organizar cabalgatas del orgullo gay y de la lucha contra el sexismo...
Si realmente la democracia se basara en que los gobernados conocen cómo son realmente sus gobernantes, entonces tendríamos que estar vivamente agradecidos a ese par de cómicos que tanto nos han enseñado sobre la ignorancia y el fanatismo de nuestra clase política.
Claro, claro. A ver si lo pillo... Que unos humoristas consigan mostrar al impresentable Almeida como lo que es, un desinformado que carece del más mínimo conocimiento internacional, es grave no porque nos muestra la escasa capacidad de nuestros altos cargos políticos (ser alcalde la capital de España lo es) si no porque obedece a una campaña rusa para desprestigiar a nuestras instituciones.
A ver, Angel Martinez, ¿No será al revés? ¿No será que nuestras instituciones están dirigidas por incompetentes y que el problema es que, ya que nuestros medios no lo hacen porque se juegan la subvención, tienen que venir desde fuera a hacer el trabajo que VOSOTROS deberíais hacer y mostrarnos como la ruina social y económica tiene una explicación bien simple, que los que están al mando son unos completos ineptos?.
Yo te mandaba otra vez a la Facultad de Periodismo, que creo que algunas asignaturas las aprobaste por la patilla.
Esta vez estoy totalmente de acuerdo con usted.
JUAS,JUAS, JAJAJAJAJAJAJAJA, Pa mear y no hechar gota, toma pan y, moja Almeida, de risa, pero lo que no da risa, es que el tipo, estaría dispuesto a expulsar Ucranianos y, enviarlos al frente de guerra, eso ya no es de risa. J...der con el cara prepucio, nos ha salido belicoso.
Es para hacérselo mirar. Que torpeza.
Bueno....es una fiel radiografía de una España payasa en la que nadie este donde debería, y aún más en el caso de una clase política profundamente ignorante y nada preparada salvo para cuestiones de cobrar.
Evidentemente, casi nadie debería estar donde está, y si llega alguien con suficiente "brillo" pues todos a una: ha que apartarla como sea. Y así vamos, sin visos de mejorar en ningún partido.
Es curioso que a pesar de "no tener nada que ver" con Putin, los de Podemos nunca son objeto de estas campañas del Kremlin.
Es por su propia irrelevancia política. Los de Podemos están ahí por la pasta, así que ellos mismos se hacen las campañas en contra. No hace falta que Putin los ponga donde ellos solitos se ponen.
Que las Mónicas y los Pablos utilicen cualquier cosa para ir en contra de Madrid. España. No debería de extrañarnos, la destrucción de España es su objetivo fundamental. Dicho esto, el Alcalde y su equipo se dejaron el cerebro en la mesilla de noche.
De un tiempo a esta parte, a casi todos los dirigentes occidentales les hace felices, entrevistarse o dejarse ver con buenos patriotas ucranianos, y aplaudir sin mayor criterio cuanto estos digan.
Deben de considerarlo la versión actualizada y semiheroica del clásico apretón de manos al jubilado, el bebé en brazos, la breve y cordial conversación con el barrendero, etc.