Opinión

El puto nivel C1 de catalán

Todo régimen autoritario se impone mediante la intimidación, la discriminación, la coacción, el acorralamiento económico y social y el chantaje.

Captura del vídeo en el que la enfermera Begoña Suárez criticaba el nivel C1 de catalán Vozpópuli

La joven enfermera española Begoña Suárez dijo, "el puto Nivel C1 de catalán". Bastó para que fuera sacrificada por las hordas nacional-racistas y expulsada de la sagrada tierra nacional-racista catalana. La jerigonza catalana se ha convertido, en manos de los nacional-racistas catalanes, en uno de los mayores y más ponzoñosos enemigos de los españoles libres e iguales, es decir, de España. ¡Catalanófobo!, ya escucho los berridos de los nacional-racistas y sus principales cómplices históricos, el partido PP y el partido PSOE. Pero. Para decirlo en popular, me la refanfinfla (qué hermosa palabra).

¡El puto Nivel C1 de catalán! Todos los españoles, propongo, a manera de terapia solidaria con la enfermera Begoña Suárez, y con el propósito de rechazar la admisión sumisa de la imposición del puto Nivel C1 de catalán, deberían gritar todas las mañanas al levantarse: ¡a la mierda el puto Nivel C1 de catalán! Que en España se permita imponer el puto Nivel C1 de catalán es prueba irrefutable de que la infección nacional-racista catalana se ha extendido por los cerebros españoles, y alcanza ya niveles de tara mental. Tara muy grave porque convierte a los españoles libres e iguales en vasallos felices de los delirios, mentiras y supercherías de las tribus periféricas, en este caso la catalana.

Y todo en nombre de la moderación y la convivencia. ¡Y de la Paz! Pero. La moderación, la convivencia y la Paz, sobre todo en boca de los nacional-racistas catalanes o vascos, no es más que una trampa mortal. No se puede convivir con alguien cuyo objetivo es tu extinción. Cuyo objetivo es la imposición de la engañifa del país catalán o vasco y de la falsedad de la ciudadanía catalana o vasca, que como es obvio, no existen.

Las demás jerigonzas (vasco, catalán, valenciano, gallego, etcétera) deben supeditarse en todo, como es lógico, al gran idioma español

Por otro lado, no dejan de hablar los políticos de dialogar y negociar con los tribales. Pero, por ejemplo, que lo tenemos a mano, ¿qué es lo que hay que dialogar con los tribales acerca de la imposición del puto Nivel C1 de catalán? Nada. Nada que dialogar o negociar. Lo que hay que hacer es comunicarles el día y la hora exacta en que tienen que derogar la imposición del puto Nivel C1 de catalán. Lo único, en lo referente a idiomas que hay que imponer en España, es la educación general en el gran idioma español, el idioma de todos los españoles. Las demás jerigonzas (vasco, catalán, valenciano, gallego, etcétera) deben supeditarse en todo, como es lógico, al gran idioma español. No es sólo de sentido común, concierne además al rescate de la nación española de ciudadanos libres e iguales. Tan carcomida y deteriorada durante décadas por los perversos nacionalismos regionales y sus aliados de los partidos PP y PSOE.

Ignoro en detalle cómo será en otras regiones, pero en Cataluña los nacional-racistas han convertido la jerigonza regional, aherrojada a la educación pública, en una fábrica de patriotas catalanes. Es imposible que la España de ciudadanos libres e iguales sobreviva con fábricas de ese tipo produciendo a toda máquina y a toda financiación, dentro de su territorio. Es un suicidio. Hay que desmantelar esas fábricas. Todo régimen autoritario se impone mediante la intimidación, la discriminación, la coacción, el acorralamiento económico y social y el chantaje. No faltó siquiera, en el caso de la enfermera española, el interrogatorio policial a cargo de un esbirro y empleado a sueldo del nacionalismo tribal. Lo sucedido a la joven española (llamarla andaluza es adoptar el marco mental de sus acosadores) es un claro ejemplo de la depravación del nacionalismo catalán, y también una prueba más de indefensión que sufren los españoles libres e iguales ante las arremetidas de las fuerzas tribales.

No hace falta a estas alturas decir que los que expulsaron, humillaron e impidieron a la española Begoña Suárez trabajar y vivir en la región catalana son el enemigo

Cuando se puede segregar de esta forma a una ciudadana española en su país, es que la tribu, el oscurantismo, el atraso y el racismo de la horda imperan. Permitir esto no sólo es un suicidio para el ciudadano español libre e igual, sino una abdicación ante la superstición parroquial, la mentira y la superstición (no hay país catalán, ni ciudadanos catalanes, hay que repetirlo hasta que la verdad se abra paso), y a fin de cuentas significa abandonar la batalla contra el enemigo. El enemigo en España es todo aquel que vaya  contra los ciudadanos españoles libres e iguales. Todo el que intente imponer una categoría superior a la de ciudadano español libre e igual a un habitante de España, es el enemigo. No hace falta a estas alturas decir que los que expulsaron, humillaron, e impidieron a la española Begoña Suárez trabajar y vivir en la región catalana en nombre de intereses económicos (que suelen marchar de mano del patriotismo), fetichismos y oscurantismos tribales, son el enemigo.

Desde el momento en que puede imponerse el Nivel C1 de catalán de la manera más grotesca, impune y obscena (y de cualquier otra manera) a un ciudadano español libre e igual, el nivel C1 de catalán se convierte automáticamente en el puto Nivel C1 de catalán. Y así debería denominarse de ahora en adelante.  

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