Opinión

El dardo de Arranz

Para RTVE, Mercedes Milá es una española más relevante que Felipe II

Mercedes Milá

Se han propuesto los programadores de la televisión pública elegir al español más admirado -o admirable- de la historia y le han encargado la tarea a The Pool, que casualmente es la productora de Andrés Varela, que debió pasar por allí por casualidad cuando el proyecto estaba a debate en RTVE y por eso se lo dieron. Nada tiene que ver que también sea co-productor del documental de Pedro Sánchez o que figure como accionista de Prisa.

La selección se ha hecho -dicen en RTVE- a través de una encuesta de Sigma Dos en la que se ha preguntado a los españoles sobre los compatriotas más relevantes. Habrá quien la defienda o incluso quien pronuncie esa frase tan habitual en estos casos, que consiste en justificar lo injustificable con un: “Es que nos van a criticar hagamos lo que hagamos”. 

El caso es que habrá quien suponga razonable que Mercedes Milá, Julia Otero, Matías Prats, hijo; Iñaki Gabilondo o Jesús Hermida formen parte del listado, dada su contribución al avance de este país, que seguramente sea mayor de la que puede atribuirse a otras figuras ausentes. Sin duda, cualquiera de ellos ha sido más relevante que Felipe II, que no está, como tampoco Juan Sebastián Elcano, que nació en Guetaria -hoy gobernado por Bildu- y cuya vuelta al mundo palidece frente a los méritos que puede exhibir Emilio Aragón, que en personaje muy de ese universo Globomedia al que perteneció también Varela -cuyo segundo apellido es Entrecanales, por cierto-, al igual que José Miguel Contreras, otro que tal baila.

Quedan fuera monarcas mucho más destacados que ella, y por supuesto que Felipe VI, cuyo reinado se asemeja a la sensación insípida que asalta el cerebro tras pegar un bocado a una torta de arroz

Quien ha ideado todo esto, por supuesto, ha respetado las cuotas que se deben respetar, faltaría más, de ahí la presencia de Clara Campoamor o de La Pasionaria. Esta última, stalinista de pensamiento, palabra, obra y omisión, algo que merece optar a un galardón según RTVE, en el mejor ejemplo de que en esta España desequilibrada hay totalitarismos que se consienten… porque conviene.

También era menester incluir en la lista a un par de reinas, por aquello del feminismo, así que a Isabel La Católica le acompaña Isabel II, lo cual incluso podría servir de acicate a quienes nacieron con un cerebro mal dotado para recuperar la esperanza. Quedan fuera monarcas mucho más destacados que ella, y por supuesto que Felipe VI, cuyo reinado se asemeja a la sensación insípida que asalta el cerebro tras pegar un bocado a una torta de arroz. Pero, claro, hay que cuidar lo que hay que cuidar. Y hay que tratar bien a quien lo merece, de ahí la razón de esta lista y de este programa, que presentará Silvia Intxaurrondo.

La nostalgia y la memoria

No incluye el listado de 50 aspirantes a ninguna figura -ni a ningún figura- del Partido Popular, ni falta que hace. Lo que llama la atención es el desequilibrio. ¿Por qué Felipe González sí y Aznar no? ¿Y por qué a la Otero se la nomina, pero no así a ningún editor o periodista conservador? Pues por lo de siempre. Porque estas cosas se organizan para mayor gloria de los grandes mamones de este lugar del mundo, que llevan 45 años entregándose premios y lanzándose alabanzas para indignación de los medianamente informados y satisfacción de Pili y de Manolo, que todavía creerán que la labor de la mayoría de los contemporáneos -los ajenos al deporte- ha sido destacada y digna de reseña.

Ahora que el sanchismo tiene cuatro años para zamparse todo lo que todavía no ha conseguido devorar, toca esto, que es utilizar la televisión pública para repartir alabanzas y castigos; y apelar a la nostalgia y a la memoria de los televidentes para moldearla todo lo que se pueda, de modo que en el subconsciente colectivo se sigan engordando figuras que están tan vacías que algún día de estos ‘se nos van a desmoronar’.