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Opinión

Análisis de medios

Oughourlian, una maniobra de salvamento y un papel que vale 35 céntimos

Dentro del grupo buscan estos días soluciones para sus urgencias financieras, que son su gran caballo de batalla desde hace 15 años

El presidente de Prisa, Joseph Oughourlian
El presidente de Prisa, Joseph Oughourlian Europa Press

Hace ya casi dos años que Joseph Oughourlian tomó el mando del Grupo Prisa. Lo hizo después de una larga guerra que se inició unos años atrás, cuando se situó frente a Juan Luis Cebrián y le trasladó que no tenía sentido que se mantuviera al frente de una compañía que había perdido el 95% de su valor en bolsa desde su estreno en el parqué madrileño. Lo que ocurrió en ese encuentro lo contó Jesús Cacho en Vozpópuli: Cebrián le entregó -como respuesta- el primer volumen de sus memorias. Seguramente, con un gesto de desprecio.

EL siguiente objetivo del financiero francés fue Javier Monzón, quien fuera presidente del grupo entre 2018 y 2020. Oughourlian consiguió su cese en una Junta Extraordinaria de Accionistas que se celebró pocas semanas después de que Blas Herrero -Kiss Media- trasladara a todos los accionistas de la compañía su oferta de 180 millones de euros por la Cadena SER, As, El País y Cinco Días. En Telefónica, aquella propuesta causó una mezcla de sorpresa e indignación, en cuanto a que la consideraban muy baja. Alguno por allí recordó que sólo los bonos convertibles que -por alguna razón- adquirió la empresa en 2012, valieron 100 millones.

El estupor que generó en algunos accionistas la oferta de Herrero lo aprovechó Oughourlian para aliarse con Vivendi y con la teleco española para tomar el control del grupo. Desde ese momento, comenzó un proceso de reforma del organigrama de Prisa -que implicó la salida de unos cuantos 'históricos', con sueldos de seis cifras-, de elaboración de un ambicioso plan estratégico y de renegociación de las condiciones de pago de la deuda con sus acreedores. Principalmente, con Pymco.

El esfuerzo no ha generado grandes resultados. Prisa declaró unas pérdidas de 90,5 millones en 2021 (121,9 en 2020) y, en los últimos dos años, su acción ha perdido el 60% de su valor. Desde el grupo suelen transmitir que una parte del descenso del precio de sus títulos se explica en el complicado contexto económico nacional e internacional, pero lo cierto es que su golpe ha sido bastante mayor que el de otros grupos mediáticos. En este tiempo, Vocento ha caído el 17%, Mediaset España, algo más del 20% y Atresmedia se ha apreciado el 2,9%.

La acción de Prisa cerraba este viernes la sesión bursátil con un precio de 35 céntimos.

Oughourlian cae en su propia trampa

La excusa que utilizó el dueño de Amber Capital para justificar sus hostilidades desde que se convirtió en el principal accionista de Prisa (29,7%) podrían emplearla actualmente sus críticos para cuestionar su permanencia al frente de la compañía. Es cierto que Santillana ha mejorado su rendimiento en Latinoamérica tras los años complejos de la covid-19 -el 38,7% en los primeros nueve meses de 2022- y que los ingresos digitales de sus medios de comunicación han aumentado en los últimos tiempos (El País anunció el otro día que había alcanzado los 250.000 suscriptores). Sin embargo, los inversores desconfían del futuro del grupo y su capitalización actual no es muy superior a lo que ofreció Blas Herrero por Prisa Media hace dos años.

Dentro del grupo buscan estos días soluciones para sus urgencias financieras, que son su gran caballo de batalla desde hace 15 años. Su deuda era el pasado 30 de septiembre de 915 millones de euros y la subida de tipos de interés en la Eurozona ha provocado que Prisa se vea en dificultades para afrontar sus compromisos financieros, según reconocen fuentes de su Consejo.

Por esta razón, la cúpula de la compañía debate estos días sobre la posibilidad de presentar una ampliación de capital de cuyo éxito dudan algunos accionistas. Entre otras cosas, porque son conscientes de que invertir en esta compañía no es ni sugestivo ni garantiza una gran rentabilidad. El primero que lo sabe es el propio Oughourlian, que ha apostado alrededor de 300 millones en la empresa y podría perder una gran parte, dada la continua depreciación de la participación.

La política, siempre presente

El salvamento de Prisa tiene además una clave política que siempre condiciona estas operaciones. El Gobierno está cómodo con la línea editorial de sus medios de comunicación. Con los editoriales de El País y con los monólogos de Àngels Barceló. Dentro del Consejo, hay algún vocal de plena confianza en Moncloa, como es el caso de Miguel Barroso, nombrado a propuesta del propio Oughourlian, exsecretario de Estado de Comunicación y de la órbita socialista. Así que cualquier movimiento accionarial que contravenga los intereses de Pedro Sánchez y los suyos podría ser torpedeado.

Ya ocurrió algo así cuando Vivendi pidió permiso al Gobierno para poder crecer por encima del 10% en Prisa. En ese momento, el Ejecutivo paralizó su solicitud. Entre otras cosas, por su desconfianza en el dueño del gigante francés, Vicent Bolloré, de ideología conservadora y a quien en su país se acusó de promocionar a Éric Zemmour -derecha radical- para presidir Francia.

Según publicó El Confidencial, Moncloa habría vetado ahora la entrada de Mediaset España en Prisa, ante la desconfianza en que la familia Berlusconi tenga voz y voto en la línea editorial de la Cadena SER, que es el medio de comunicación de Prisa que más le interesa.

Dentro del grupo de influencia del expresidente de Italia, siempre ha interesado la radio de Prisa. Alguno de sus hombres de máxima confianza -de los que trabajan entre España y el país transalpino- le ha recomendado en el pasado la adquisición de este medio de comunicación, al considerar que, de ese modo, podría mejorar sus ingresos publicitarios a través de la venta conjunta de espacios a los anunciantes.

Pese a las reticencias del Ejecutivo a esta operación, hay accionistas del grupo que consideran que no debe descartarse. Entre otras cosas, porque a Prisa no le quedan muchas más opciones dada su compleja realidad financiera. En este sentido, apuestan por una entrada inicial en Prisa con un porcentaje simbólico del capital y, posteriormente, por una integración, que podría dar lugar al principal grupo de medios de comunicación del país.

De todos estos movimientos están informados en Vivendi. Entre otras cosas, porque la paz que rubricó en 2021 con los Berlusconi -tras su largo enfrentamiento- conviene a todas las partes; y nadie quiere que un movimiento en falso de Mediaset dentro de Prisa vuelva a desatar las hostilidades.

Habrá que ver también si Atresmedia no considera un peligro para su negocio la posible integración de Prisa y Mediaset, y decide pasar a la carga y tratar de entrar en la compañía fundada por Jesús de Polanco o hacerse con su control directa o indirectamente. Madrid es un hervidero de rumores estos días y ésta es una de las opciones a las que hacen referencia.

Pase lo que pase, no hay nada más cierto que este grupo, que tan bien representa la fisionomía del capitalismo español y del imperfecto sistema democrático que surgió con la Constitución del 78, requiere de soluciones rápidas para evitar que sus acreedores tiren la puerta para reclamar lo suyo. Si se mantiene la dinámica actual, eso podría ocurrir tarde o temprano.

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  • P
    Pangat

    Yo fui lector de aquel diario socioliberal pero objetivo que fue El País, el que indicaba el camino hacia una democracia madura, el que no escondía la corrupción del PSOE en un titular diminuto e indulgente ... ¿Quien va a pagar hoy por leer el boletín de un partido político?, ¿el que sea? ... es en lo que ha degenerado El País

  • M
    Manuteide

    Salvo 4 casos contados los suscriptores no pasan de lis 4 de izquierdas y pocos más . Ya no cuela su filosofía editorial como cómplice del Sanchismo más sectario...ha perdido todo su prestigio como diario independiente de la mañana como reza su portada.

  • R
    Reliable1

    "El presidente ejecutivo de PRISA Media, grupo editor de EL PAÍS, Carlos Núñez, ve razonable alcanzar los 450.000 suscriptores en 2025".

    Tiene más moral que el Alcoyano. Sí, el primer mes de suscripción un € y los siguientes 10€.
    La gran preocupación de la "ciudadanía d´estepais" es el bolsillo del que saldrán, en mi caso, los 10€ para comprarme un kilo de carne picada.

    • P
      Pangat

      ¿Quien va a pagar por leer el boletín de un partido político?, ¿el que sea? ... es en lo que ha degenerado El País