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Opinión

La excepcionalidad de manifestarse este ocho de octubre

La manifestación del 8-O

Hay tantas clases de manifestaciones que el españolito de a pie acaba perdiéndose. Las hay de esas que los plúmbeos sabelotodo califican de “históricas”, las hay necesarias y de noble cepa, las hay pergeñadas en despachos de oscuros intereses, incluso las hay sin apenas asistentes porque, insistimos, el desconcierto es total y al sistema ya le va bien que andemos como vaca sin cencerro. 

Pero la del próximo domingo en Barcelona, convocada por Sociedad Civil Catalana bajo el lema “No en mi nombre. Ni amnistía ni autodeterminación”, es mucho más. Es un grito de angustia, rabia e indignación respecto hacia los que pretenden destruir nuestra convivencia para cambiarla por otro régimen en el que sólo puedan opinar, decidir y mandar los peores, los delincuentes, los asesinos, los inútiles; un sistema que no tendría en cuenta los intereses de la nación y que va derechito a dinamitar lo poco que queda en pie de la clase media, a rematar su obra de violencia contra la mujer y los niños, que adoctrina y pervierte la historia, que niega el mérito consagrando el tres por ciento, el sobre envuelto de mierda y el servilismo partidista.

Esto hay que pararlo. Democráticamente, sí. Pacíficamente, también. Sin violencias, por descontado. Pero no puede seguir adelante ni un segundo más. Por eso el domingo en Barcelona no deberían manifestarse sólo “los catalanes”, interpretación tan sesgada como ignorante. Porque si Cataluña es España, que lo es, deberemos ser todos los españoles quienes reaccionemos ante esa banda que pretende pasarse por el arco de triunfo la igualdad entre todos. Lo que se dirime este domingo no afecta únicamente a Cataluña porque el cáncer procesista se ha extendido por todos los rincones del país. Es el problema de la gente que ama la libertad, el orden, la ley y entiende que gracias a la Constitución y a la Transición ejemplar que se realizó con Su Majestad Don Juan Carlos I a la cabeza, pese a quien pese, hemos vivido el periodo de prosperidad y paz más largo en los últimos siglos.

Comprendo que no todos puedan venir a mi ciudad, aunque me consta que existen medios para hacerlo a coste cero gracias a las donaciones de personas que saben compartir su riqueza cuando de una cuestión tan grave se trata. Como catalán y español, gracias, de todo corazón.

Nadie tiene derecho, repito, nadie, a cruzarse de brazos y decir que son cosas de catalufos y que ya nos apañaremos

Pero si se pueden organizar más convocatorias de este tipo en todos los puntos del mapa. Hay que demostrar que los españoles no somos borregos sin capacidad de respuesta ante las tropelías gubernamentales. Nadie tiene derecho, repito, nadie, a cruzarse de brazos y decir que son cosas de catalufos y que ya nos apañaremos, porque quienes quieren amnistiar a delincuentes prófugos de la justicia también son un peligro para ellos, también atentan contra sus derechos constitucionales, también acabarán conchabados con lo peor de sus ciudades y de sus comunidades autónomas. 

Sánchez y su banda tendrán el BOE, los resortes del estado, los medios de comunicación, incluso puede que tengan a la justicia narcotizada. Pero no tienen a este pueblo que ha dicho basta ya y que sabe ponerle las peras a cuarto a quienes pretenden erigirse en dictadores haciendo y deshaciendo leyes a su acomodo. Sé que es importante que el domingo estén compartiendo lucha y nación personalidades como Feijoó, Abascal o Ayuso. Sé que el hecho de que socialistas y comunistas no estén los señala, por si alguien todavía tenía dudas, como cómplices de los delincuentes. Pero lo importante es que nosotros, la gente de a pie, esa fiel infantería que conformamos los que no tragamos con el sanchismo ni el separatismo, estemos ahí, dando testimonio de nuestra férrea voluntad. Es imperativo, porque, repito, esta manifestación es excepcional y no valen excusas. Todo lo demás, cobardía. Nos vemos en el Paseo de Gracia el domingo, si Dios quiere.

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  • D
    Doctor Petiot

    Cher M.Michel. Fantástico exhorto existencial al estilo de aquél otro " j' accuse" de Émile Zola. Es el camino.

  • V
    vallecas

    D. Miquel, la manifestación es en Barcelona (Cataluña) y no en Sevilla. No es un acto "nacional", es un acto completamente ligado al "problema" Catalán. Ignorante usted, si no reconoce que las calles se tienen que llenar de Catalanes.
    Aunque si quiere que le amargue el día le recuerdo un dato fijo.
    El 77 % de los Catalanes votaron a partidos que apoyan la Amnistía Que quieren pactar y perdonar a Puigdemont
    Cataluña tiene 7.7 m de habitantes. El 23% son 1.77 millones.

    Espero ver al menos 1 millón de Españoles-Catalanes llenando Barcelona.

  • E
    eddo

    es gracioso que Miquel que fue como ahora Pilar Rahola en TV3, expulsado del paraíso, condenado a vagar por las cadenas catalanas pro indepes con Ubassart de antiespañola, a ella la han premiado y ahora cobra una pasta de la "Gene".

    Lo que antes llamaban converso. La historia demuestra que son los peores.

    Ahora en este medio por el que han pasado tantos jefes de redacción, y en 13 TV, diga a la gente lo malos que son los Mas, Pujol, Torra, que el tuvo A UNO por amigo y a los otros por honorables presidentes de Cataluña.

  • R
    RafaR

    Mucho me temo que esto no es posible pararlo "democráticamente, pacíficamente y sin violencias". Para ello sería necesario que aquéllos a los que nos enfrentamos jugaran con las mismas cartas. Pero no lo hacen. Ellos son capaces de todo, no respetan ni la legalidad, ni las reglas de juego democrático, ni las más mínimas normas de educación, civilidad y respeto al prójimo y a las instituciones. Para colmo, han asaltado todas las instituciones del Estado. No nos podemos fiar del TC, mera herramienta al servicio de los malos. Y van a por el CGPJ.

    Esto tiene toda la pinta de acabar muy, muy mal.

    • Toda la razón. Por desgracia para el país la historia se repite de nuevo. Estamos reviviendo y retrocedido a los años 30 del siglo pasado. Tan solo falta un acto como es la violencia en las calles. Pero... tiempo al tiempo.

    • N
      Norne Gaest

      De acuerdo con Rafa R y J. Antonio

      El dilema es peliagudo: ¿Que hacer cuando la mitad del país vota a partidos que no son democráticos, léase izquierda y nazionalistas?
      Perdonarles porque no saben lo que hacen?

      En 1936 media España se negó a ser masacrada por los dirigentes o militantes de la otra mitad.
      A nivel popular, de gente de calle, no existe mentalidad guerra civilista, pero a nivel político y militante, la izquierda y el nazionalismo desde la Transición vienen demostrando que las reglas de la democracia y el juego limpio no van con ellos.

      Hasta hace poco el lastre izquierdista y nazionalista podía hacer casi lo que querían, desde luego acumulando poder y más poder, ya que el PP se prestaba al juego, concedía privilegios, chupaba y se limitaba a gestionar.

      Pero las cosas están llegando demasiado lejos. Ya no puede seguir siendo así.