Si la semana pasada, el vicepresidente del Parlamento Europeo que estaba sustituyendo a la señora Metsola no me hubiera privado de mi petición catch the eye (un minuto para intervenir después del resto de oradores por grupos parlamentarios) en la Plenaria de Bruselas sobre "La situación del Estado de derecho en España", me habría encantado ver la cara y los aspavientos de la izquierda al escuchar mi intervención.
Pretendía, sencillamente, con mi petición de un minuto en el uso de la palabra, enunciar una serie de verdades que nunca está de más repetir y que, en resumidas cuentas, se trata de enumerar los motivos por los que, mientras siga en sus funciones este Gobierno, a mi criterio no es posible afirmar que hay Estado de derecho en España:
- El delito de sedición ya no existe y el de malversación se ha rebajado hasta límites vergonzosos para beneficiar a sus socios independentistas.
- Los presos de la banda terrorista de ETA salen a la calle por la puerta de atrás.
- Se nombra al Fiscal General del Estado a gusto del presidente del Gobierno que se permite el lujo de decir aquello de "la fiscalía, ¿de quién depende?... pues eso".
- El ministro del Interior no acata la sentencia del Tribunal Supremo que anula el cese del Jefe de la Comandancia de la Guardia Civil, teniente coronel Pérez de los Cobos.
- Se gobierna a base de decretos ley, ignorando al Congreso de los Diputados.
- Se despilfarran los recursos públicos
- Se aprueban leyes como las del sí es sí que benefician a cientos de agresores sexuales.
Y además, vamos camino de ser un Estado fallido porque, entre otras cosas:
- No se genera crecimiento económico.
- La deuda pública cabalga por alturas inalcanzable.
- Se pone en cuestión la unidad de España.
Este es el camino que está recorriendo el señor Sánchez avalado, auspiciado e inspirado por secesionistas, comunistas y compañeros políticos de ETA.
Parafraseando al cantor, la vida es eterna en un minuto.
