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Opinión

El fracaso del aborto

Nos dedicamos a apagar incendios sin poner las medidas para prevenirlos

Unos 80 profesionales de la salud y sus familias se manifiestan contra la ley del aborto en Argentina en 2018

Abortar, en el 99% de los casos, es un fracaso, un fracaso social, educativo, familiar y político. La ley ahora aprobada debe garantizar que, cuando se toma esta decisión, se haga con total seguridad sanitaria. Ahora bien, vender como un éxito esta capacidad -obviamente- de la mujer para decidir no puede ser considerado más que un fracaso. Claro que la mujer debe poder decidir pero antes debe tener capacidad de pensar y actuar para no tener que recurrir al aborto. ¿Porqué no centramos el foco ahí, en la prevención? Al final nos dedicamos a apagar incendios sin poner las medidas para prevenirlos, con el coste que eso también supone. 

Abortar debería ser la excepción no la norma porque tenemos acceso garantizado a cualquier método que evite una concepción no deseada sin necesidad de renunciar a un disfrute libre de sexo y sin peligro de concebir. Cuando tras una noche de fiesta, una niña de 15 años se queda embarazada sin tenerlo previsto, han fallado todas las previas: las educativas en casa, en la familia, en el colegio, en su grupo. El acto de concebir una vida debería merecer el mayor de los respetos, así como la mayor de las atenciones cuanto rodea a mantener relaciones sexuales. Las salas de planificación familiar no estarían a petar de niñas en busca de la píldora del día después. 

Una cosa es garantizar el derecho y la salud de la mujer y otra bien distinta es tratar el aborto como quien va a comprar churros un domingo por la mañana


Recurrir al aborto en nuestros debería ser algo excepcional. Los datos que ofrecen este asunto no dejan de ser una aberración y una nefasta radiografía del tipo de sociedad que hemos creado, de los valores en los que educamos a nuestros hijos. Por supuesto que hay que dejar en paz a la mujer para que adopte la decisión que considere, pero eso no obsta para que se centren los esfuerzos en lo que es más complicado: hay que educar antes que legislar.
El Registro Estatal de Interrupciones Voluntarias del Embarazo señala que de las más de 90.000 mujeres que abortaron en 2022, 723 lo hicieron en cinco ocasiones. Cinco veces consumaron el acto sexual sin protección, y zas se quedaron embarazadas. Eso es una actitud irresponsable. La facilidad para poder abortar en este país con seguridad debe ir en paralelo a la de educar en el sexo respetuoso a nuestros preadolescentes. En el grupo de las mujeres que abortaron hay más de 300 niñas menores de 15 años. ¿Realmente podemos pensar que lo estamos haciendo bien con estos datos encima de la mesa?

Aquí estamos vendiendo el éxito de una ley que, en una sociedad formada y madura, debería ser la excepción, no la norma o un modelo contraceptivo. El aborto no deja de ser un fracaso porque, para evitar el embarazo, solo se precisa un gesto previo a mantener relaciones sexuales. Pensar antes de actuar, el valor de la responsabilidad que debería inocularse desde temprana edad en las familias. El día que disminuyan hasta lo ridículo los abortos ese día sabremos que somos una sociedad más respetuosa con la vida. Parece que el poder abortar nos hace más feministas. Una cosa es garantizar el derecho y la salud de la mujer y otra bien distinta es tratar el aborto como quien va a comprar churros un domingo por la mañana. Ser libre, ser mujer, tener sexo y disfrutar de él por supuesto. Pero el aborto no se puede banalizar como se está haciendo. Cuídense. 

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  • R
    Romano

    Extraordinario artículo. Le diré otra casuística que conozco de abortos frívolos sin causa mayor como violación o peligro para la salud.
    Los de mujeres que quieren comprometer a un hombre y le mienten diciendo que toman sus pastillas. Y de pronto: "cariño estoy embarazada, no se que ha podido ser, han fallado las pastillas". Solo un pequeño porcentaje de hombres se hace responsable por cariño, porque le gustan los niños, etc. La mayoría se excusa, o se marcha y entonces ella, anulado el valor de esa vida para sus fines, la destruye. Conozco varios casos.

  • K
    Karl

    El embrión es incapaz de hacer uso *legítimo* de la violencia para defender su vida. ¿En qué más se diferencia un aborto, del crímen que cometería la propietaria de un barco si, estando en alta mar, descubre un polizón y lo echara por la borda?
    ¿Acaso se aceptaría el argumento de "mi barco es mío"?

  • V
    vallecas

    Hoy , Dº Inma, reciba mi mas sincera felicitación. Es una grata sorpresa para mi que al menos en este asunto, estemos completamente de acuerdo.