Opinión

La España de Leonor

Los reyes Felipe y Letizia con su hija, la princesa Leonor, el Día de la Hispanidad 2023
Los reyes Felipe y Letizia con su hija, la princesa Leonor, el Día de la Hispanidad 2023 (Efe)

La princesa Leonor ha despertado pasiones tras su jura de bandera en Zaragoza y su puesta de largo militar en el Palacio Real el 12 de octubre. Todas las miradas de los asistentes, de la prensa española y europea centradas en esa joven risueña que está a dos semanas del acto solemne de jura de la Constitución en las Cortes. Unas Cortes que nada tienen que ver con las que en su día acogieron a su padre tras cumplir la mayoría de edad para ejercer su compromiso oficial a ser el heredero de la corona. Gobernaba Felipe González, ETA aterrorizaba, con cientos de asesinatos, a la sociedad vasca y a del resto de España; los independentistas catalanes habían conseguido 18 diputados y nuestra democracia apenas había cumplido diez años. La España de Leonor no se parece en nada a aquella en la que juró su respeto a la Constitución el joven príncipe Felipe en 1986.

Estamos ahora sin gobierno, con una investidura fallida del líder de la oposición Alberto Núñez Feijóo y a la espera de que Pedro Sánchez consiga todos los apoyos que necesita para ser presidente. Ni va a ser fácil la investidura ni tampoco la legislatura con unos socios que mantienen en vilo su apoyo al PSOE. Nada está claro aún salvo que gobernar va a ser de una complejidad histórica.  Una de las semejanzas que vivirá Leonor como su padre es que los independentistas, ni Bildu, ni ERC, ni Junts, estarán presentes en el Hemiciclo. Existía ETA pero no Bildu, existía la CiU de Pujol pero no Junts. Era una España en la que se vivía el éxito de la transición, en la que se estaban sentando las bases democráticas tal y como las conocemos, con sus carencias y sus virtudes, pero políticamente se avanzaba.

La princesa Leonor jurará la Constitución el próximo 31 de octubre frente a un Congreso en funciones, con un presidente en funciones, con una previsión de legislatura de lo más convulsa

La España de Leonor es políticamente inestable. La del inicio de su padre también dependía de los nacionalistas pero no al nivel actual, no con un Parlamento tan fragmentado como el actual, en el que el futuro Gobierno deberá apoyarse en formaciones políticamente muy incómodas. Sin ellas, el actual aspirante a la investidura no lograría su objetivo, así es nuestro sistema parlamentario, nuestra democracia. Leonor jurará la Constitución frente a una España que políticamente se adivina muy compleja. La princesa Leonor jurará la Constitución el próximo 31 de octubre frente a un Congreso en funciones, con un presidente en funciones, con una previsión de legislatura de lo más convulsa a la hora de recabar apoyos, con un Congreso en el que parece que poder utilizar las lenguas cooficiales como exigían los independentistas ya sea historia porque la amnistía y el referéndum ocupan ahora el frontispicio de las negociaciones para que Sánchez logre sus propósitos de seguir en la Moncloa. La España de Leonor no siente ni la cohesión ni el orgullo interno que conoció su padre, un país que adivinaba un futuro de esperanza, un horizonte de progreso y que, ahora, lamentablemente, ya no es más que el recuerdo de un pasado irrepetible.