Opinión

Análisis de medios

El 'entrismo' lo inventó Trotski y está destrozando RTVE

Inés Hernand
Inés Hernand

Inés Hernand se comportó como una maleducada durante su cobertura de la gala de los Premios Goya en RTVE. Eso provocó la reacción de uno de los Consejos de Informativos de la corporación -el de medios interactivos-, que emitió un comunicado en el que denunciaba hechos tan burdos como que la presentadora eructara ante las cámaras, en algo que ella definió como “entretenimiento”, pero que es más propio de bares, frenopáticos y cochiqueras que de un canal público.

Unas semanas después de que se difundiera la queja del Consejo, ha trascendido la dimisión de sus tres miembros, que se ha producido por motivos personales y que ninguno de ellos atribuye directamente a este suceso. Ahora bien, uno de ellos reconoce que una parte de los trabajadores de este área de RTVE se manifestó en su contra por sus palabras contra Hernand. Parece ser que hay quien en la corporación defiende lo zafio porque, a lo mejor, quien lo ejecuta es de su cuerda. Nada nuevo bajo el sol.

Todo esto anima a realizar una reflexión, y es que la Administración es patrimonio de todos cuando se trata de sostenerla, pero tan sólo de unos pocos cuando hay que aprovecharla. La afirmación es triste, pero cierta. Es una derrota sin paliativos sufrida de forma más o menos inconsciente por los ciudadanos, que pagan por algo que algunos utilizan como su coto privado de caza.

Un claro ejemplo de 'entrismo'

Ejemplos hay a pares. De hecho, hay una historia muy ilustrativa que sucedió en Radiotelevisión Española hace un lustro, cuando el PSOE se vio con menos fuerza que Podemos en Torrespaña. La polémica se desencadenó después de que Pedro Sánchez intentara escabullirse de un debate electoral que estaba programado en Atresmedia, pero al que no quería acudir.

Alguien de Moncloa habló con Rosa María Mateo y le pidió que cambiara la fecha del coloquio que estaba previsto en RTVE para hacerlo coincidir con el de Antena 3 y LaSexta. “Diremos que, ante la coincidencia, el presidente prefiere comparecer en la televisión pública, que es la de todos”.

Aquella decisión sólo beneficiaba al PSOE, dado que Pablo Iglesias quería debatir dos veces, al igual que el resto de líder. Así que algunos periodistas de relumbrón de RTVE se rebelaron contra ella y lo denunciaron en plena campaña electoral, para disgusto de Sánchez. Eso evidenció que los socialistas no tenían más fuerza que Podemos en la televisión pública, así que empezaron a maniobrar para revertir la situación.

A los pocos meses, apareció por allí el periodista Enric Hernández con rango de comandante en jefe y la cosa empezó a cambiar. Hoy -Hernández ya no está-, lo rojo gobierna sobre lo morado; y UGT tiene más fuerza que CCOO en las redacciones.

Las coacciones por todos conocidas

Quien conozca un poco las Administraciones públicas, sabrá que en una buena parte de ellas se reproduce el mismo fenómeno: los partidos influyen a la hora de nombrar a los responsables, pero el cuerpo de trabajo está moldeado por los sindicatos mayoritarios, que presionan, a veces con estilo matonil y desleal, para que se produzcan contrataciones que apestan y consolidaciones que son todavía más sangrantes. El entrismo lo inventaron los trotskistas y funcionó. Sus miembros se afiliaban en masa a partidos y organizaciones y utilizaban su fuerza para situar esas instituciones en el terreno más propicio para los revolucionarios.

Eso ocurre en las instituciones contemporáneas en mayor o menor medida. Que nadie se confunda: la estrategia no sólo la utiliza la izquierda. También la derecha y sus fuerzas supuestamente independientes. Usted paga. Ellos disfrutan.

Dentro de RTVE no es ningún secreto que hubo quien aprovechó el ERE de 2006 y las últimas oposiciones que se celebraron en la casa para tomar el control de sus centros de trabajo. Por eso, entre otras cosas, las denuncias sobre la manipulación informativa que se produjeron mientras Mariano Rajoy dormía en Moncloa -que fue burda- se difundieron a los cuatro vientos durante esa época; y por eso han sido mucho menos frecuentes desde que el PSOE llegó a Moncloa.

Quien buscó una mayoría en ese proceso de contratación pública lo hizo a sabiendas del poder que otorga sobre las decisiones de los directivos de RTVE. ¿En qué se traduce eso? En una mayor ascendencia y en muchas más facilidades, por ejemplo, para que los afiliados participen en las coberturas informativas más interesantes, que son en las que se cobran unas dietas mucho mayores.

Seiscientos periodistas contratados

Por eso, los sindicatos pelean sin cuartel cada vez que se aproxima una ocasión de este tipo y por eso -en parte- las oposiciones que están pendientes de celebrarse en la corporación desde 2020 acumulan tanto retraso. Mientras tanto, se han rubricado más de 2.000 nuevos contratos temporales, entre ellos, de 600 periodistas. Los que se quejaban de que el PP creó en 2015 una 'redacción paralela' tras la contratación de una decena de informadores en Torrespaña, procedentes de medios conservadores, ahora callan. Algún desnortado incluso lo defiende.

Siempre se trata de lo mismo, de moldear los centros de trabajo de la Administración para poder secuestrarlos y dirigirlos hacia donde más convenga al captor. Así que la defensa enconada a Inés Hernand de unos cuantos de RTVE no ha extrañado a nadie. Hay quien es forofo porque le conviene. Le va el puesto en ello o el complemento salarial que cobra a final de mes... que siempre viene bien. Para tapar agujeros o para lo que sea.