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Opinión

La enorme vergüenza de RTVE y el país infartado de Sánchez

La administradora provisional única de la corporación RTVE, Rosa María Mateo

Dice Rosa María Mateo que, hasta que le llamaron para ponerse al frente de Radiotelevisión Española, estaba tan tranquila, cuidando su jardín y alejada del mundanal ruido. En esa etapa de la vida en la que se empieza a vivir a tiempo completo, salvo que la familia se empeñe en lo contrario. Este martes, una diputada del Partido Popular le acusaba de haber dilapidado su reputación en 30 días. Lo hacía en una bronca comparecencia en el Congreso de los Diputados en la que ha recibido multitud de golpes. Alguno, bastante bajo. “Cuando estaba en mi casa y les veía aquí discutir, he de decir que me daba un poco de vergüenza”, ha lamentado, visiblemente indignada, mientras la sala se llenaba de abucheos y pataleos. Ella, se empeñaba en defender su independencia: "No soy podemita, no soy socialista, no soy nada".

A Mateo le han culpado los diputados del Partido Popular de realizar una “purga” en Torrespaña en poco más de un mes. Ella se defiende: “He hecho los cambios con criterios estrictamente profesionales. En la anterior etapa, se cesó a 47 de los 49 jefes de informativos. Fueron más”. A la zona da RTVE donde se ubicó a una parte de ellos se le conocía como ‘El Valle de los Caídos’”. No muy lejos de allí, en la cafetería de 'el pirulí', se reúnen diariamente algunos de los cesados durante las últimas semanas para criticar su situación y despellejar a sus sustitutos mientras desayunan. 

Carmen Sastre, antigua directora de Contenidos Informativos, ha creado una cuenta en las redes sociales en la que narra “el diario de una cesada”. Uno de sus enemigos, le contraataca con un nombre falso: Carmen Desastre. Mientras esto ocurre, la administradora única provisional afirma que a ella le dijeron que su período en la televisión pública iba a durar un par de meses, pero que quién sabe si se comerá el turrón de Navidad y las torrijas de Semana Santa. Finalizará cuando sus señorías se pongan de acuerdo para elegir a su sucesor. Y eso, aunque parezca una cuestión sencilla, el menor de los problemas del país, parece imposible, por momentos. Todo un ejemplo de la incapacidad y de la falta de responsabilidad de sus señorías.

La zona da RTVE donde se ubicó a una parte de ellos se le conocía como ‘El Valle de los Caídos’”. No muy lejos de allí, en la cafetería de 'el pirulí', se reúnen diariamente algunos de los cesados durante las últimas semanas para criticar su situación

Mientras algunos periodistas han escrito durante las últimas semanas sobre la repentina y meteórica mejora de RTVE –otros, dejaron de escribir en cuanto pillaron silla en sus tertulias-, las fuerzas parlamentarias demostraban lo que ha denunciado Mateo este martes: que "la televisión pública no les interesa lo más mínimo, salvo cuando la pueden manipular". Habría que preguntarse el porqué, a sabiendas de este hecho, tuvo a bien aceptar ese puesto. Máxime si se tiene en cuenta que iba a terminar a merced de los impredecibles vientos huracanados que soplan desde Moncloa, como consecuencia de un gobierno al que ahoga su minoría parlamentaria, su imprecisión y, mucho me temo, su ineptitud. Y máxime si era previsible que alguien iba a recordar tarde o temprano, para poner en duda su imparcialidad, que, en 2011, apoyó la candidatura de Alfredo Pérez Rubalcaba a la presidencia del Gobierno.

Un concurso empantanado

El caso es que de la comparecencia de Mateo en el Congreso de los Diputados ha llamado poderosamente la atención una frase, pronunciada por el socialista José Miguel Camacho: “Se ha abierto la puerta a que el concurso público (para elegir al nuevo presidente de RTVE) no salga (adelante) lo antes posible”. Camacho se refería a la decisión tomada el pasado 11 de septiembre por la Mesa de la Comisión Mixta de RTVE, por la que se admitió la candidatura de José Manuel Peñalosa, excluida en un primer momento por no cumplir con los requisitos exigidos en la convocatoria.

El asunto tiene una gracia macabra, dado que la intención con la que se convocó este concurso de méritos es la de despolitizar la televisión pública, pero no son ni uno ni dos los candidatos que cuentan con un perfil similar a Peñalosa, quien fue senador por el Partido Popular desde 1989 hasta 1993; y diputado desde 1993 hasta 1999. Hasta el pasado junio, ejerció como consejero de RTVE y, en 2014, durante un mes, como presidente. A Peñalosa se le excluyó del concurso público por no acreditar que posee un título universitario, pues era uno de los requisitos que se establecía en el reglamento del proceso. Pero el Partido Popular y Ciudadanos –con un informe de uno de los letrados del Congreso de la mano- votaron a favor de su admisión.

Eso generó críticas por parte de los partidos progresistas, pero, lo más importante podría dar pie a que cualquier persona que decidiera no participar en el concurso por no poseer un título superior lo recurra, al considerarse discriminada. Esto podría llegar a paralizar el procedimiento, para beneficio del Gobierno de Pedro Sánchez, al que, lógicamente, le interesa mantener a Mateo el máximo tiempo posible en el cargo.

Por otra parte, conviene tener presente que el reglamento del concurso público pide a los aspirantes a presidir RTVE que hayan pasado por la universidad, mientras que la Ley de la radio-televisión pública no lo exige. Es decir, la falta de acierto, el despiste, o lo que sea, de quienes establecieron las normas del proceso podría dar lugar a reclamaciones y litigios en el futuro.

Nuevos-viejos conocidos

Mientras tanto, en Torrespaña, Rosa María Mateo se ha rodeado de algunos viejos conocidos en la corporación, como Fran Llorente –antiguo jefe de Informativos-, María Escario –directora de Comunicación y Relaciones Institucionales- y Elena Sánchez. Esta última, conocida presentadora en el pasado y cuyo marido, Pedro Pablo Mansilla, percibió un “señor sueldo” durante la etapa de Luis Fernández en la presidencia –dicho por consejeros de la época- por un proyecto de venta de suelo de RTVE que fracasó rotundamente.

Elena Sánchez es la primera secretaria general corporativa desde hace mucho tiempo que no es jurista; y mientras ejerce su función, mira de reojo al Congreso de los Diputados, donde ha presentado una candidatura para presidir la corporación. “Es la favorita del PSOE”, sospechan varias fuentes parlamentarias. Lo cierto es que muy mal se le tendría que dar para no ocupar un puesto, al menos, de consejera. De los 93 aspirantes que han sido aceptados, 22 son mujeres. Según la ley de RTVE, su Consejo de Administración, de 10 miembros, debe ser paritario, por lo que las aspirantes tendrán más fácil ocupar uno de sus puestos. Dada su larga experiencia en la corporación –y sus años de directiva, como Defensora del Espectador-, raro sería que no tuviera éxito.

Rosa María Mateo se ha rodeado de algunos viejos conocidos en la corporación, como Fran Llorente –antiguo jefe de Informativos-, María Escario –directora de Comunicación y Relaciones Institucionales- y Elena Sánchez.

Su candidatura, como las otras 92, la evaluará un Consejo de Expertos conformado por 17 personas designadas por los partidos. El pasado viernes, los ‘especialistas’ elegidos por el PSOE y Podemos remitieron un comunicado al Congreso en el que exigían respeto a su labor, después de que –contra el reglamento del concurso- se admitiera la candidatura de Peñalosa. Los ‘sabios’ nombrados por PP y Ciudadanos no firmaron esta carta, al considerar que suponía “politizar su labor”. ¿Hay alguna esquina de este país que no se encuentre sometida a los vientos de los partidos?

Favor a Moncloa

Mientras Mateo comparecía en el Congreso, los medios trataban de deglutir los giros discursivos de la ministra de Justicia, Dolores Delgado, quien parece que en aquella comida, de 2009, con algunos insignes miembros de las cloacas del Estado y con el juez Garzón –que decían que era siempre ejemplar y cristalino- se le soltó la lengua y vino a decir, poco más o menos, que a ella le estar rodeada en su entorno laboral de machos muy machos, de pelo en pecho, y que en ese grupo no incluía precisamente al hoy ministro del Interior, Fernando Grande-Marlaska, según ha revelado Moncloa.com. Cuestión de gustos.

A las 15.00 horas, el telediario de La 1, ya despolitizado, según algunas insignes plumas, iniciaba el tratamiento de la noticia de la siguiente forma, con la voz de Ana Blanco: “La ministra Dolores Delgado cuenta con el apoyo del presidente del Gobierno y no se plantea dimitir por su encuentro con José Manuel Villarejo cuando ella era fiscal de la Audiencia Nacional. [Corte de la ministra: ‘No tenemos los audios completos, hay trocitos de audios solapados, puestos, pegados’]. Dolores Delgado ha asegurado también que nunca ha hablado de forma despectiva del ministro del Interior”.

Es decir, se exponía en primer lugar la reacción del Gobierno y luego se relataban los hechos. Posteriormente, se habló de la encuesta del CIS, en la que el PSOE resultó ganador. ¡Al fin se ha despolitizado RTVE!

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