Quantcast

Opinión

La batalla de Madrid (I): todos contra Ayuso

Los hiperbólicos ataques de la izquierda contra Madrid transformaron a su presidenta en una suerte de Agustina de Aragón

La presidenta de la Comunidad de Madrid y candidata a la reelección, Isabel Díaz Ayuso

No hay mejor receta para perder unas elecciones que convertir a tu rival en el protagonista de las mismas. A esta empresa se están dedicando en Madrid y con singular empeño todos los rivales de Isabel Díaz Ayuso, especialmente los socialistas.

De hecho los principales promotores de la humillación que van a sufrir Moncloa (Ferraz no existe desde hace mucho tiempo) el próximo 4 de Mayo, y que va a servir, entre otras cosas, para reanimar a los militantes y votantes del Partido Popular no solo en Madrid sino en todo el país, no son otros que Pedro Sánchez y su productora de ficción favorita: Pirotécnicas Moncloa S.A. Repasemos:

  • Fueron los hiperbólicos ataques de Moncloa contra Madrid y su presidenta los que transformaron a Isabel Díaz Ayuso en una suerte de Agustina de Aragón con palpusa, chupa, alares y calcos.
  • Fue la brutal e injusta campaña de todos los opinadores y satélites mediáticos de Moncloa, actuando con la disciplina de la infantería prusiana, la contumacia de una banda de sicarios colombianos y la “coralidad” -gracias Pablo Iglesias, necesitábamos ese sustantivo- del orfeón donostiarra, la que convirtió al Partido Popular en una especie de Partido Nacionalista Vasco en mitad de la meseta, en un partido de héroes y resistentes, en un partido -casi- hegemónico y susceptible de ser votado más allá de las fronteras ideológicas clásicas de la derecha.
  • Fue la torpeza de la “war room” monclovita, sumada a la bisoñez del equipo de Arrimadas (¡neófitos!) la que puso en marcha la chapuza política más grotesca y peor ejecutada desde Watergate: El murcianazo. Una brillante idea que pretendía socavar el poder territorial del PP ¡en Murcia! y que va a acabar por un lado con el partido naranja fuera del gobierno murciano y fuera del Parlamento madrileño, y por otro con el PSOE, pasando de ser la primera fuerza en Madrid a ser segundos a más de 20 puntos de su principal rival político. Un autogol de los que hacen historia.
  • Fue la soberbia del equipo sanchista y la ingravidez del socialismo madrileño las que permitieron que se perpetrase el atraco más doloroso a la democracia interna de toda la historia del PSOE: El nombramiento a dedo de una lista electoral sin cumplir una sola de las normas internas de este partido. Ni una. Todo un récord.
  • Y finalmente, ha sido la - llamémosle- escasa pericia de toda la izquierda madrileña la que ha permitido que estas elecciones se jueguen en un marco nítidamente plebiscitario ( Ayuso Si / Ayuso No) en el que los ataques a cholón contra Ayuso solo ayudan a engrandecerla y a sacar del mapa tanto a Cs como sobre todo a Vox, consiguiendo una concentración del voto de centro-derecha sin precedentes desde 2007, año en el que Esperanza Aguirre consiguió que el 53% de los madrileños votasen su candidatura.

Así las cosas, la incógnita a despejar en las elecciones madrileñas no va a ser ya conocer a su ganador, eso ya se da por descontado, sino:

1.- Si el PP, además de arrasar -que lo va a hacer- es capaz de llegar por si mismo a un resultado que le permita gobernar en solitario.

2.- Si la magnitud del mamporro que se va a meter Ciudadanos en el muy probable escenario de no entrar en el parlamento madrileño va a obligar a Inés Arrimadas a dimitir o si se limitará a tañer su lira recitando el “qualis artifex pereo” neroniano mientras su partido arde.

3.- Si Sánchez va a echar la culpa de esta humillación electoral al PSM, al pobre Gabilondo, o al anticiclón de las Azores.

4.- El desempeño de Vox en unas elecciones de verdad, unas elecciones en las que se va a enfrentar a un PP con posibilidades reales de gobernar.

5.- El resultado de la pelea entre Podemos y Más Madrid, es decir, entre Iglesias y Errejón.

En las próximas semanas daremos cumplida respuesta a todas estas preguntas. ¡Stay tuned!

Ya no se pueden votar ni publicar comentarios en este artículo.