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Opinión

Desde el minuto cero

En la apuesta de proseguir en el Gobierno hasta la última nómina, como dicen los castizos, Belarra está acompañada, entre otros, por el propio presidente

La ministra de Derechos Sociales y Agenda 2030, Ione Belarra y el presidente del Gobierno, Pedro Sánchez, en una imagen de archivo.
La ministra de Derechos Sociales, Ione Belarra y el presidente del Gobierno, Pedro Sánchez / Europa Press, Alberto Ortega.

El pasado domingo Ione Belarra, la nunca bien ponderada ministra de Derechos Sociales y Agenda 2030 y secretaria general de Podemos, dijo que apuesta por que el Ejecutivo de coalición progresista continúe hasta el último minuto de la legislatura. Una apuesta que considera compatible con adjudicar toda suerte de descalificaciones y vilezas a los socios del PSOE a quienes acusaba, por ejemplo, de someterse a las presiones que ejercen los fondos buitre para bloquear la Ley de Vivienda o de dejar sola a Irene Montero, ministra de Igualdad, en el banco azul durante el Pleno del Congreso de los Diputados.

En la apuesta de proseguir en el Gobierno hasta la última nómina, como dicen los castizos, Belarra está acompañada entre otros por el propio presidente, Pedro Sánchez, dispuesto a dejar que la legislatura llegue hasta su extinción natural cuando el 10 de noviembre se cumplan cuatro años desde la elección de los diputados, conforme a lo dispuesto en el artículo 68.4 de la Constitución. Más allá de la pública coincidencia, aquí señalada, todos los analistas están concordes, en que socialistas y podemitas coinciden -como Carlos V y Francisco I sobre Milán- en la impaciencia por romper pero quieren hacerlo de tal manera que la responsabilidad sea del otro socio y el precio a pagar quede a su cuenta.

Quien vote a Sánchez lo hace a sabiendas de que no hay más cera que la que arde ni otra posibilidad de alcanzar el poder que la de volver a las andadas

Para ambos coaligados sería ventajosa una separación de cuerpos y programas con suficiente antelación que les permitiera recuperar perfil diferenciado cara a las elecciones de diciembre por mucho que si las urnas les fueran favorables estarían condenados a sumar, desde el minuto cero de la siguiente legislatura, sus escaños en aras de una segunda edición de Frankenstein. La diferencia es que, en el último debate previo a los comicios del 10 de noviembre de 2019, el líder del PSOE se declaró incompatible con Unidas Podemos, abominó de EH Bildu, se pronunció contra los independentistas, abogó por el cumplimiento íntegro de las penas y se comprometió a traer a Puigdemont para entregarlo a la Justicia.

Concluido el escrutinio, números cantan y, horas después se anunciaba el pacto de gobierno y de investidura con todos los que acababan de ser declarados indeseables. Semejante transgresión hizo que entonces muchos votantes se considerasen traicionados. La cuestión ahora es que nadie puede llamarse a engaño: quien vote a Sánchez lo hace a sabiendas de que no hay más cera que la que arde ni otra posibilidad de alcanzar el poder que la de volver a las andadas de las mismas coaliciones de Gobierno y de los mismos respaldos parlamentarios.

Al periódico del lunes le quedaba subrayar que, tras una semana de fuertes turbulencias en el seno del primer Gobierno de coalición progresista de la democracia, cuatro de sus componentes habían terminado votando en el Congreso de los Diputados contra un proyecto de Ley del Gobierno, algo insólito -según clamaba Soledad Gallego Díaz-, dado que coexistía con la desconcertante pretensión de los dos grupos coaligados y, a la vez, enfrentados pero coincidentes en descartar que los hechos sucedidos pudieran generar consecuencias políticas.

¿Habrá quién salga en su defensa o perecerá estigmatizado esta vez por la perfidia podemita, como lo ha sido Rafael del Pino por los sanchistas?

Las desavenencias afloradas en torno a la ley del solo sí es sí y a otras en tramitación, como la ley de vivienda y la de reforma de la ley mordaza, han llevado a Belarra a emular el ¡a por ellos, oé! de los hinchas futbolísticos y a culpabilizar a Joan Clos, ex alcalde socialista de Barcelona y ex ministro socialista de ZP, que preside la Asociación de Propietarios de Vivienda en Alquiler (Asval). ¿Habrá quién salga en su defensa o perecerá estigmatizado esta vez por la perfidia podemita, como lo ha sido Rafael del Pino por los sanchistas? Veremos.

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  • C
    Caballeria

    Son todo mentiras, esta gentuza, si pueden, después de las elecciones si dan los números, se volverán a unir, ¿dimitir?, ¿romer el gobierno? ome, no me jodas, cuando estas chiquilicuatras pensaron en alcanzar el poder y los sueldos que tienen, algunos de los que ocupan altos puestos en sus ministerios, estaban, antes de las elecciones, vendiendo pañuelos en los semáforos, o reponiendo artículos en un super, ¿de verdad alguien piensa que esta morralla se marchara un dia antes?....¿y a donde irían?..al semáforo otra vez, de reponedora ja,ja,ja,....

  • S
    S.Johnson

    La ministra de Derechos Nacional-Socialistas y Agenda 1933, la pequeña Belarrús, ha dicho la verdad, traducida convenientemente por Vd: 'proseguir en el Gobierno hasta la última nómina' y después... 'lo que surja', o sea, repetir.
    ¿Dónde van a estar mejor, mejor atendidas y, sobre todo, mejor pagadas?
    El resto puro teatro para hacerse valer.

  • M
    Mazarino

    Aguilar date un vuelo largo y desaparece que eres un sociata pelmazo

  • P
    Pontevedresa

    Llamar gobierno de progreso al que padecemos ahora el gobierno Frankestein, el difunto Rubalcaba dixit, es como una broma pesada, aquí han progresado ellos, y la prueba del algodón es que se matan pero no se quieren separar ¿dónde van a encontrar una bicoca como la que tienen?. Espero que el PP no quiera absolutamente nada con ese político faltón y embustero que no dice ni una verdad, y que gobierna con la hez política de España.

  • V
    vallecas

    Ante el previsible batacazo de Pedro Sánchez en las elecciones del 28-M, la respuesta será culpabilizar de todo a Podemos y los echará. Romperá la coalición y pactará con PP-VOX la fecha de las generales.

    ¿Por qué no? Además "su persona" saldrá reforzada.

    • D
      DANIROCIO

      Puede Ser Que Sea Asi Pero Como Futurologo No Lo Veo Tan Facil, Aunque Con Antonio Todo Es Posible,que Puede Pactar Con El Pp Si Son Antagonicos Aunque Hay Cosas Parecidas