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Opinión

El debate decisivo

Esta noche se la juegan Sánchez y Feijóo a cara o cruz durante cien minutos en su único encuentro televisivo. Vencedor o vencido según valore la opinión pública, amén de los especialistas mediáticos tras analizar al milímetro gestos y palabras. Todo está estudiado y decidido, desde el orden de intervención –se hizo por sorteo- al traje y corbata de los contendientes. Elegir no presentarse con corbata puede ser una opción que significa más de lo que parece. Sánchez prohibió el uso de la corbata en el primer verano de la guerra de Ucrania, por temor al racionamiento energético, que nunca ocurrió.

Vencerá aquel que sepa salir del despacho y pisar la misma calle, quien logre meterse en el bolsillo a los de Serrano y Pedralbes pero también a los de Vallecas o Ciudad Meridiana

España les va a hacer una exhaustiva radiografía y lo saben, tan importante será la seguridad en su oratoria como el lenguaje no verbal, cómo si hay algún atisbo de sudor en la frente, sequedad de labios –propia de Feijóo- o mandíbula apretada –notoria en Sánchez- que pueda transmitirnos sensación de no tener la situación controlada. Tras los peores años de este país desde la Transición, con una pandemia, una guerra en Europa, una cesta de la compra imposible y, según el Banco de España, 1.700.000 hogares donde que no se llega a final de mes, vencerá aquel que sepa salir del despacho y pisar la calle, quien logre meterse en el bolsillo a los de Serrano y Pedralbes pero también a los de Vallecas o Ciudad Meridiana.

España no va como una moto, pese a lo que dice Sánchez, al menos para los que no pueden permitirse, otro año más, ir de vacaciones. Tampoco para los que esperan con ansias ser atendidos por la sanidad pública ante bochornosas listas de espera. La vida feliz de los selfies no es la vida real. Tampoco lo es que haya tanto desencantado de todo que prefiera renunciar a derechos conseguidos para meterse en el poder. Tenemos una lacra social incuestionable con la violencia de género que nadie niega, salvo Vox, que habla de violencia 'machista'.

Esta noche, la seguridad o los nervios de los candidatos se van a palpar más en pequeños detalles físicos que en su capacidad de oratoria sobradamente demostrada en ambos, pese a los deslices de Feijóo. Recluirse el fin de semana para preparar el cara a cara, como ha hecho Sánchez, mientras el aspirante del PP seguía sus visitas por media España, se puede vender por la importancia del encuentro, pero la realidad es que es más creíble, cuaja mejor, el argumento utilizado por Feijóo sobre el tiempo que precisa Sánchez para preparar el encuentro.

Ir a su tierra natal a ver a su madre horas antes del pistoletazo de salida a la campaña también acerca el candidato a la gente de a pie

El líder del PSOE tiene amplia experiencia televisiva, se ha bregado en tertulias desde hace más de una década, cuando a los que no nos quedaba otra llamábamos a las puertas de tantos canales para lograr visibilidad. VeoTv con La vuelta al mundo de Carlos Cuesta fue una gran escuela para él. No es fácil salir vencedor de un debate sin resultar hostil. Ampliamente demostrada también la capacidad de resistencia del líder del PSOE. Como también lo es la capacidad de gestión de Feijóo en su tierra donde ha gobernado con mayoría absoluta décadas. Por ello, ir a su tierra natal a ver a su madre horas antes del pistoletazo de salida a la campaña también acerca el candidato a la gente de a pie. Lanzando a su vez el mensaje, sin necesidad de poner palabra, de la familia en el centro.

Ganar el debate en oratoria no significa convencer de la capacidad que se tiene de gestión institucional, vaya por delante. Buenos oradores se quedaron en el camino como Pablo Iglesias y Albert Rivera. Veremos si sigue dejando Sánchez a Puigdemont en una anécdota, sigue convenciendo de gobierno limpio y si Feijóo sabe exprimir la tardía rectificación de la ley del sí es sí, los pactos con los criminales que iban en las listas de Bildu el 28-M porque nuevamente hay dos temas que se van a filtrar como gota malaya en el debate: ETA y los independentistas. Ojalá en esos cuatro bloques de debate sobre economía, políticas sociales y de igualdad, pactos y políticas de estado, los problemas que afloró la pandemia se sitúen en el centro. La mujer en el mundo laboral con igualdad de salarios, la conciliación, el lucha contra la violencia machista, la red pública de atención a la salud mental, regular por ley el acoso escolar y un sinfín de cuestiones que sí que están encima de la mesa de los hogares españoles. Acordarse de las bajas maternales en campaña empieza a dar un poco de vergüenza ajena. Que nos digan qué modelo de país quieren para la próxima década. El compromiso de no mentir de Feijóo que sea la máxima de ambos. Se juegan mucho, nos jugamos mucho. Entre 'Avanzar' o 'Es el momento' está nuestro futuro.

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  • P
    pancho

    Afortunadamente para Feijóo, creo que el debate no va a cambiar nada. Como el gallego no da la talla, me extrañaría que gane el debate frente al tramposo. Pero, no importa, la suerte está echada.

  • W
    Wesly

    Una precisión: la "violencia de género" la niega todo aquel que considera que los hombres no atacan a las mujeres por el simple hecho de ser mujeres. Sí así fuera, si realmente existiera la "violencia de género" así entendida, los hombres iríamos por las calles matando a mujeres que ni siquiera conoceríamos, y este no es el caso.

    Por otro lado, la gran mayoría de votantes no son idiotas y no necesitan un debate de cien minutos para decidir su voto. Han podido hacerse una idea bastante clara sobre cómo ha gobernado Pedro Sánchez durante estos años y esta percepción bien fundamentada no va a cambiar por mucho que Pedro Sánchez lo intente durante el debate. No elegimos a quien mejor esgrima dialéctica demuestre sino a quien mejor sirva al interés general.

  • V
    vallecas

    No nos jugamos nada. Ya le gustaría a usted. Pedro Sánchez está acabado y todo es una pantomima. El voto ya está decidido.
    Todo el mundo está "hartito" de Sánchez, especialmente el PSOE.