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Opinión

El dardo de Arranz

Lo que Pedro Sánchez ocultó a los becarios de la biblioteca de Fuenlabrada

La diferencia entre un país próspero y otro bananero no está en la abundancia de becas, sino en la capacidad para que el hijo del carpintero o del camarero pueda alcanzar las más altas posiciones sin necesidad de afiliarse a un partido o a un sindicato

Pedro Sánchez se reúne con un grupo de jóvenes en Fuenlabrada
Pedro Sánchez se reúne con un grupo de jóvenes en Fuenlabrada

Ya puestos, podría Pedro Sánchez haber acudido a un Mercadona para demostrar a sus clientes que el pan, la leche y los pañales están mucho más baratos de lo normal porque el Gobierno de España ha establecido mecanismos para controlar sus precios. No cuesta imaginar al presidente como a Millán Salcedo en aquel vídeo de Martes y Trece, en el que el dúo cómico anunciaba detergente de la marca Gabriel en un supermercado. “Hola, España, estamos aquí con una señora bonita, estupenda, maravillosa, ¿con qué jabón lava usted la ropa? Pues que sepa que le sale más barato gracias al PSOE”.

Hubiera sido una buena idea ilustrar a los ciudadanos sobre la excelsa labor del Ejecutivo de este modo, pero Sánchez optó por visitar una biblioteca pública, donde había toneladas de conocimiento disponibles de forma gratuita para el pueblo. Allí, conversó con unos estudiantes que habían acudido a la instalación para mejorar sus conexiones neuronales y nutrir su espíritu. Alguno de ellos pertenece a las Juventudes Socialistas de Fuenlabrada, lo cual es una mera casualidad, no piense usted mal. No crea que todo estaba preparado por los propagandistas de Moncloa. Lo que ocurre es que los socialistas siempre han demostrado un mayor interés por las letras que la carcunda de la derecha. Era normal que estuvieran en la biblioteca.

El presidente aprovechó tal ocasión para anunciar su nuevo programa de becas, que será el mayor de la historia de la democracia. “¡Que el talento de nuestros jóvenes no tenga límites!”, aseguró, mientras incidía en que sólo el PSOE se preocupa por el futuro de las nuevas generaciones.

Podría decirse que los muchachos de la biblioteca van por buen camino, no tanto por las horas que inviertan en labrar su porvenir, sino por haberse afiliado a la cantera de un partido político. Ese carné de socio asegura una serie de privilegios en la España contemporánea a los que no se llega a través del ascensor social. No es lo mismo aspirar a encabezar una empresa pública con ese documento acreditativo que con un simple título universitario con máster en gestión.

Lo que ha ocurrido con la beautiful people del PSC desde 2018 resulta paradigmático en este sentido, hasta el punto que cualquiera de los jóvenes de Fuenlabrada podría preguntarse: ¿Para qué estudiar si los atajos que nos propone el partido son más efectivos? Esta semana, el Gobierno elegía como presidente de RENFE a Raúl Blanco, un economista que ejerció hasta hace no mucho de secretario general de Industria y que forma parte de la ejecutiva de los socialistas catalanes. Seguramente, conozca a Maurici Lucena, que es consejero delegado de AENA; y a Marc Murtra, presidente de Indra. Por supuesto, alguna vez habrá oído hablar del viejo rockero José Montilla, vocal en el órgano de gobierno de Enagás. Allí comparte mesa con Pepe Blanco, lobbista sobrevenido que no es afiliado al PSC, pero que a buen seguro hablará catalán en la intimidad.

Los becarios de la tierra y la famélica legión

No hay duda de que las becas ayudan a que los jóvenes de las familias sin recursos completen sus estudios universitarios, pero convendría no engañar a estos muchachos con el enésimo cuento chino sobre la meritocracia y el sueño americano. Porque la realidad es otra. Aquí la diferencia entre el éxito y el fracaso no la marca el expediente académico cuando se aspira a ciertas posiciones. Ahí son claves la filiación y las tragaderas. ¿Quiere ser usted presidente de RTVE? ¿Cuándo nos ha apoyado en público? ¿Se fotografió usted con el dedo índice en la ceja izquierda? ¿Gritó unos años después 'sí se puede'?

Sobre la triste realidad de este Estado politizado sobrevuela generalmente una pregunta de respuesta evidente: ¿las instituciones las pueblan los más capacitados o los que mejor defienden los intereses del partido que los nombra? ¿Es Mariano Bacigalupo el mejor consejero posible para la Comisión Nacional del Mercado de Valores (CNMV) o está ahí por su cercanía al PSOE y su nexo sentimental con la ministra Teresa Ribera? ¿También le eligieron por esa razón para la Comisión Nacional de los Mercados y la Competencia? ¿Fue neutral a la hora de abordar los asuntos relativos a la política energética? ¿Siguen directrices éste y otros tantos consejeros que son designados por los partidos?

La diferencia entre un país próspero y otro bananero no está en la abundancia de becas –por cierto, instrumento muy necesario para los mejores-, sino en la capacidad para que el hijo del carpintero o del camarero pueda alcanzar las más altas posiciones sin necesidad de afiliarse a un partido o a un sindicato. Lo contrario anima a que el talento se fugue. Y lo contrario deteriora las instituciones, como ocurrió con la universidad pública cuando los socialistas la patrimonializaron con la reforma de 1983.

Una primavera abarrotada de propaganda

Conviene tener precaución con actos de propaganda como el que organizó Sánchez en la biblioteca fuenlabreña porque pueden confundir a la opinión pública con mucha facilidad. Porque puede que algunos ciudadanos se hayan visto tentados a pensar que el Gobierno está dispuesto a engrasar el ascensor social con este tipo de medidas; y nada más lejos de la realidad.

Porque lo que busca es la obtención de votos para garantizarse el dominio del Estado para los próximos años, lo que implica que los Maurici Lucena de turno mantengan ingresos de seis cifras anuales y, como ocurre en toda la Administración, que los procesos de concurso, consolidación del empleo y oposición que se convoquen en ese tiempo sean auténticos coladeros de afines, enchufados y ahijados. Nada nuevo bajo el sol.

Esto no sólo es cosa del PSOE, evidentemente. Ha ocurrido en todas las etapas de la democracia. Lo que ocurre es que la izquierda española tiene una habilidad especial para retorcer los hechos y legitimar lo suyo mientras critica lo de los demás, pese a que éticamente sea igual de reprochable. Por eso, partidos como Podemos medraron con un discurso contra la partitocracia y, a la hora de la verdad, han propuesto consejeros para RTVE o Enagás; y han repartido contratos escandalosos entre los Carlos Mato y Celia Mayer. Por eso, Pedro Sánchez no tiene ningún rubor en anunciar la despolitización del Consejo General del Poder Judicial desde la oposición y maniobrar para controlarlo desde Moncloa, tras haber designado, en su día, a una exministra como Fiscal General del Estado.

Mientras esto suceda, y mientras este país supure este tipo de pus –camuflado con propaganda institucional, 157 millones este año-, se puede decir que las becas no llevarán a los buenos estudiantes tan lejos como quizás merecerían llegar. Porque ahora mismo resulta más rentable un carné de afiliado que hincar los codos. Y eso nos convierte en Tercer Mundo, lo seamos o no.

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  • D
    Derry

    Pero de qué presumen esta gentuza socialista?. Gracias al sistema de becas de la época de Franco y a las universidades laborales que construyó, muchos hijos de obreros (algunos más rojos que la Pasionaria) pudieron estudiar, formarse y ganarse la vida. Eso si, si no aprobabas perdías la beca y a trabajar en el campo o en la construcción. Había que incar los codos y esforzarse; ahora regalan los grados y los máster con mejos esfuerzo que cuando estudiábamos el bachillerato.

  • V
    vallecas

    Muy bien ¿consecuencias? ¿soluciones?

    Los ciudadanos no podemos hacer nada frente este sunami de desinformación.
    Al final será Mohamed quien salve a España con algo parecido a lo que le sucedió a Cristina "robacremas" Cifuentes.

  • K
    Kj26

    No suelo ver los telediarios por higiene mental. Pero no tengo mas remedio que de refilón escuchar alguno que me imponen mis cercanos.

    Cuando oí esta información con gran alborozo por parte del presentador, estuve tentado de tirarle el plato que tenía delante.

    Es cierto que es propaganda barata para Sanchez y muy cara para los españoles. Pero la maldad extrema de esta medida es otra que nadie acierta a descubrir.

    Necesitamos un programa público de becas que permitan a jóvenes sin recursos poder alcanzar los conocimientos y cualificaciones como los jóvenes con recursos. Comprado.

    Ahora, la educación, cualificación y conocimientos no se adquieren en un año. Los jóvenes están inmersos en procesos educativos desde la guardería hasta que terminan la Universidad, digamos que sobre los 23 años. Si queremos ser serios, necesitamos programas de becas que cubran razonablemente todo ese periodo. De qué sirve que un año (por electoral) se tire la casa por la ventana si al próximo no va a haber esos recursos.

    Estariamos engañando a los jovenes y a sus padres: estudiar que yo os lo pago con becas, dicen un año. Al final del mismo cambia la política, se acaba el dinero y dejan al joven colgado a mitad de camino. Son algo entre inmorales e indecentes.

    Y lo de las becas necesita una buena auditoria. Conocí a un alumno que había venido en patera de Senegal de adolescente. Había entendido el mecanismo de las becas. Tenia más de 30 años, no trabajaba, solo estudiaba. Había hecho varios grados medios de FP, cuatro o cinco grados superiores de FP. Como conocía el procedimiento, pretendía vivir de eso mientras pudiera. Como haces eso? tienes varias cualificaciones profesionales buenas. Me contestó: los que vinieron conmigo en las pateras están de aparcacoches en las calles, con el dinero que me da la beca y algún trabajillo salgo adelante. Además tengo seguridad social y cuando enfermó de cáncer mi madre en Senegal, la traje para que la operaran aquí. Ahora goza de muy buena salud allí. Para que me voy a complicar la vida.

    Cuando oí esto me quedé a cuadros y me dije cómo es eso posible?
    Pues eso, el programa de becas necesita mas de una auditoria....

  • A
    Apeiron

    De qué sirven becas para poder estudiar en una universidad española? Los títulos universitarios de las universidades españolas carecen ya de prestigio y valor para el mercado laboral, ya no son algo solo al alcance de la élite de los estudiantes. Han rebajado a límites vergonzosos el nivel de exigencia para poder justificar la existencia de tantas universidades públicas y privadas, de tantas titulaciones. Hay títulos de FP que son más exigentes y de mayor contenido que muchas carreras universitarias, y muchas carreras universitarias que en realidad deberían ser un ciclo medio de FP.
    Esta devaluación ha saturado el mercado laboral de titulados de chichinabo, verdaderos ignorantes que obligan a las empresas a importar del extranjero a sus empleados para los puestos de alto nivel y a no tener en cuenta los títulos universitarios españoles a la hora de seleccionar a sus trabajadores.

  • R
    Reliable1

    Un estudiante comienza la carrera de Química y lo abandona en el primer curso. Después prueba a estudiar Económicas y durante 5 años es incapaz de aprobar el primer curso y es expulsado al acabársele las convocatorias.

    Me pregunto ¿?en qué país este modelo de estudiante puede llegar a ser Ministro de Cultura?
    Doy una pista: es rico de familia, de cuna, barcelonés, gordito, bailón e hizo sus primeros pinitos como becario en La Moncloa cuando era presidente Felipe González.

    Coda de Arranz: "Porque ahora mismo resulta más rentable un carné de afiliado que hincar los codos. Y eso nos convierte en Tercer Mundo, lo seamos o no."...u hozar con los morros.

    • Y
      Yomismo

      ¿El Pancetas?

  • M
    Manuel Leon Lopez

    Depositar en los partidos políticos la teórica representación de los ciudadanos, es un error que trae consigo estas consecuencias, y no sólo es responsabilidad del Primer Ministro (la máxima, claro) sino, de todos los que participan en estos repugnantes montajes, incluidos, los estudiantes.