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Opinión

¿Colau ministra? ¡Será una broma!

Ada Colau y la Yolanda Díaz, en un encuentro de feminismo EUROPA PRESS

Empieza la tómbola, aquí un cochecito, allí la muñeca y más allá el oso pulgoso. A ver secretario, reparta las tiras a nuestro entregado público y dígales que también regalamos vicepresidencias y ministerios…aunque sea de la vivienda. El público de la feria, que juega una vez año, sabe que el sorteo está amañado, pero hace como que no se da cuenta. El dueño del negocio cuenta con ello, y además sabe que la clientela anda mal de memoria.

Hace unos pocos días, los restos de lo que fue Podemos pedían para Irene Montero un ministerio, y si no, Yolanda Díaz se iba a enterar. Pues no. La señora Díaz nos va contando como se preparan los ricos para abandonar la Tierra cuando esto se vaya al carajo (sic), no va a ceder. Los de Podemos salen mal en la foto. No dan votos, y en el caso de Irene Montero los quita. De los morados no habrá ministros, de su franquicia catalana, sí.

No soy muy partidario de escribir sobre sucesos que aún no han acontecido, pero no me resistiré ahora que la amnistía ya está encima de la mesa sin que el presidente en funciones haya pronunciado una sola palabra. Los hechos preceden a los actos que están por confirmar. ¿Cómo fue aquello? ¿Cómo el movimiento de la mano del trilero que duerme en La Moncloa? Primero prometió que traería a Puigdemont, que a ver de quién es la Fiscalía, oigan. Después negó que habría indultos, y los indultos llegaron con el argumento de que indultos sí, pero amnistía no. Ahora ya estamos digiriendo -el que pueda-, la amnistía, pero siempre con la advertencia oportunamente falsa: bueno, amnistía sí, pero referéndum de autodeterminación no.

Los mismos son aquellos que no esconden que cuando el negocio se quede sin regalo destrozaran la tómbola.  Pobrecita España, para lo que va quedando.

Joaquín Sabina recetaba en una canción pastillas para no soñar. Sánchez, en la suya, las prescribe para olvidar. La sucesión de los acontecimientos que les detallo es bien simple, pero funciona muy bien frente a un pueblo instalado en el olvido y la indiferencia. Cosas de los políticos, dice uno; terminarán entendiéndose; piensan otros. Que les den, dirán los demás. Y así van haciendo y deshaciendo hasta llegar a un punto de hartazgo en el que el dueño de la tómbola sigue repartiendo sus tiras con premios que siempre tocan a los mismos. Curiosamente, los mismos son aquellos que no esconden que cuando el negocio se quede sin regalo destrozaran la tómbola.  Pobrecita España, para lo que va quedando.

Mientras tanto, ya digo, ha comenzado el juego de las sillas ministeriales. Después de Irene Montero y Ione Belarra uno pensaba que la cosa peor no podría irpeor. Pero nos enteramos, por una información de Ana Cabanillas en El Periódico de España, que la señora Díaz se pide para ella la vicepresidencia y el ministerio de Trabajo, que conlleva un ático de 443 metros  en la zona de el Retiro madrileño y que, sí, claro, se lo pagamos todos.

Como líder (?) de Sumar ya ha puesto nombre a las cuatro carteras que desea. Tres mujeres y un hombre, la expresión misma de la igualdad. Para el ministerio de la vivienda -nombre con verdaderos aromas franquistas-, Yolanda Díaz ha pensado en Ada Colau, que no hay manera más rápida de medrar que perder las elecciones. Siempre hay un cargo tras una derrota. Incluso para el senador Guillermo Fernández Vara que aunque no perdió, no ha logrado gobernar. .

Hay que tener valor para tragar con un nombramiento así que llegará precedido de desdenes al Rey y a las Fuerzas Armadas. Me faltan dedos en las manos para contar las veces que dio plantón al Jefe del Estado cada vez que iba a Barcelona. La ex munícipe tiene un récord conseguido el pasado mes de febrero: plantar al Monarca dos veces en 24 horas, en el Mobile World Congress y después en la inauguración de la Fira de Barcelona. Ya sabemos que cuando amarga la verdad se le echa de la boca. Si hay que verla de ministra la veremos. No habrá reparos, ni remilgos, ni incompatibilidad, ni ideología que lo impida.

Por eso me pregunto, si llega el caso, como hará esta mujer para prometer el cargo de ministra delante de Felipe VI. ¿Lo ignorará? ¿No lo mirará? ¿Le dará la espalda? Siendo como es la situación un verdadero disparate y una provocación a millones de españoles, la gravedad del caso no está en que esta señora sea ministra y sí en un sistema que permite que ciertas cosas ocurran. En España se puede plantar al Rey y ser ministro. Se pueden colocar nombres de etarras en listas electorales y “ayudar” a gobernar la España de Pedro Sánchez. Incluso se puede verbalizar que se trabaja para romper la nación y nombrar al presidente que más te conviene para eso.

Cuando lea estas notas Sánchez estará a punto de ver al Rey o lo habrá visto. Le encomendará formar gobierno, algo por lo demás inevitable y de sentido común. Quiero imaginar la escena,

Felipe VI. ¿Qué apoyos tiene para su investidura?

Sánchez: A esta hora, los votos de mi partido y los de Sumar.

Felipe VI: Ya, presidente, pero eso no da.

Sánchez: Bueno…pero dará cuando termine de negociar con los de Otegi, Puigdemont y Junqueras.

Felipe VI: ¿Otegi? ¿Puigdemont? ¿Junqueras? Pero, eso es una suposición, nadie puede asegurar que vaya a pasar. ¿Usted sí?

Sánchez: Pasará.

Felipe VI. Me fiaré de tú palabra, ya sabes que estos no quieren verme y por lo tanto tengo que creer lo que dice. La verdad es que no me tranquiliza que le vayan a hacer presidente aquellos que no quieren venir aquí a contármelo y quieren enviarme a la cola del paro. Esto de la amnistía y el referéndum de autodeterminación… ¿va en serio? ¡Tendré que pedirles perdón por mi discurso del 3 de octubre de 2017?

Sánchez: Eso ya está olvidado, Señor. No se preocupe, que será todo constitucional. ¿No ve que después de los indultos, la reforma del Código Penal, la malversación y la sedición no ha pasado nasa?. Pues ahora lo mismo. ¿Le cuento lo del suflé?

Felipe VI: Quite, quite…

El día del Caudillo

Hoy los todos los socialistas con cargo, nómina o a la espera de, recuerdan una máxima del PCE de Carrillo y La Pasionaria: "más vale equivocarse con el partido que tener razón contra él". En el PSOE, todos los secretarios provinciales han mostrado pleitesía y sumisión a Sánchez. Lo hicieron con un manifiesto el pasado 1 de octubre. En esta fecha, los más veteranos lo recordarán, se conmemoró durante décadas el aniversario de la exaltación del general Franco a la jefatura del Estado. Se conocía como el día del Caudillo. Quiere uno creer que es una casualidad. Tanta casualidad como que fuera verdad el diálogo imaginado entre el Rey y el presidente en funciones. Aunque para qué me voy a engañar, en las casualidades uno cree lo justo. En realidad, nada. En las exaltaciones, sí. Llegará un día en que haremos como Montaigne, que lo que no podía expresar lo señalaba con el dedo. 

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  • V
    vallecas

    Sánchez está llevando las cosas al límite, ha puesto rumbo de colisión.

    El otro día un compañero de partido decía desde su atril y micrófono:
    "Pedro, haz lo que tengas que hacer para seguir en el poder".

    Quizás al oír esto alguien se pueda sentir autorizado para "hacer lo que tenga que hacer" para que Sánchez no continúe.