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Opinión

El 11 del 11 y la charada franco-alemana

Angela Merkel y el Presidente francés Emmanuel Macron

El pasado 11 de noviembre, a las 11 horas, como cada año desde que en 1919 se estableciera como día para el recuerdo de los caídos por la patria, o Remembrance Day, las máximas autoridades británicas, de riguroso luto y "amapola" en la solapa, depositan una corona de esas flores ante una "tumba vacía", el Cenotafio de Whitehall, en Londres, y similares ceremonias se realizan por toda la Commonwealth. Mientras, al otro lado del canal, Merkel y Macron utilizaron un acto noble equivalente para su charada; no había "amapolas", sino su destilado: el "opio" del globalismo.

Conmemoración y olvidos

Este año, además, se cumplía un siglo de la firma, en un famoso vagón comedor, del Armisticio de Campiègne que llevó a unos acuerdos de los que Ferdinand Foch, comandante supremo de las fuerza aliadas, dijo que no eran un tratado de paz, sino uno de cese el fuego durante 20 años; no andaba muy equivocado el mariscal. En dichas negociaciones no intervinieron los rusos, pues habían sido derrotados antes por los alemanes, quienes les impusieron unas durísimas reparaciones en el tratado de Brest-Litsov, que para eso habían enviado en otro vagón al traidor de Lenin, ese al que Pablo Iglesias dice emular; en dicho tratado se decidió la "independencia" de las repúblicas bálticas, Ucrania, Polonia y un largo etc., perdiendo el Imperio Ruso un tercio de la población y tierras cultivables y un 75% de su industria, debiendo pagar además unas abultadas reparaciones en oro. Pero de eso nunca se habla, no sea que se malogre la charada, que toca imponerle reparaciones a los británicos por el Brexit.

Posteriormente, en 1940, un 22 de Junio, los alemanes utilizaron el mismo vagón del Armisticio de Campiègne para humillar a los franceses tras derrotarles y echar abajo de un patadón un orden tan caduco como el actual. Ahora, sobre todas esas cenizas, apropiándose de la historia, en el palacio de Versalles, lucen sus galas las damas y damos de la casta global - entre los que no están los kurdos, aunque se les prometió un país - que vuelve con el chantaje idiota de que la UE sirve para evitar otra guerra en Europa. ¿Y Ucrania?

Honores militares

Si hay alguien que se ofende cuando empiezas a desmenuzar la interminable lista de aspectos detrás del evento, esa que nunca conocerán, como su propia Cultura, los jóvenes y jóvenas globalizados que entierran su vida en guasapear como posesos en vez de leer libros, pero que osan explicarte quien fue Franco, son los chupópteros de la UE, verdadero ejército de termitas de los estados nacionales que incluso, indignados, te espetan "que respetes a los muertos", cuando son ellos quienes los profanan con su interesada conmemoración de caviar, y todo para vivir del cuento "europeo" y globalista. Nada más lejos de mi intención, lo que ocurre es que uno ya está harto de carniceros de salón y champán que, con sus inventos, terminan obligando a las naciones, las mismas que ellos quieren destruir, a luchar por su existencia, algo que volverá a ocurrir por el experimento demográfico que nos imponen sin ninguna legitimidad democrática y que trae otra vuelta de tuerca con la "migración" como "derecho humano", cuando justamente emigran de donde no hay verdaderos derechos humanos, algunos buscando expandir aquí el salvajismo del que dicen huir.

El "general" Gregory Pincus

Todos estos temas son inabarcables y, durante los últimos cuatro años, desde el centenario del comienzo de la contienda, mediante una infinidad de conferencias y presentaciones de historiadores y "geopolíticos" de todo tipo, de esos que viven de los "suck tanks", han estado contando su versión de lo ocurrido. Tras visionar muchas de ellas, pues el hecho marcó el principio de la crisis del anterior Ciclo Generacional de Europa Occidental, lo que más me ha sorprendido es la ausencia absoluta y total de análisis del factor demográfico, como si la suicida moral reproductiva de Occidente fuera la norma global y ese determinante histórico ya no contara.

Hoy, en nuestra distracción permanente, olvidamos que entonces y hoy, había y hay argumentos justificativos de la guerra basados en la expansión demográfica, muy utilizados incluso por las religiones. Por ejemplo, imagínense que son la Alemania de finales del XIX, esa a la que, como el Imperio Británico hizo con Francia para apuntalarla, se le hizo, para "distensionarla", un sitio colonial con la Conferencia de Berlín de 1884 - otro tema que tampoco se recuerda -, que tu población ha de emigrar en masa a Estados Unidos a buscarse la vida huyendo (de su casta) y que, además, por oriente, los eslavos crecen enormemente, aunque no tanto como lo hacen hoy los árabes en el Norte de África. ¿Cómo verían su futuro? ¿Cómo creen prosperó la propuesta del "espacio vital", lebensraum, o las ambiciones sobre Ucrania? De la Economía, sí, pero también de la Demografía, esa con la que hoy, una vez más, experimentan quienes mandan en Europa. ¿Cómo se para todo esto?

Cuervos, trampas y fronteras

Podría ser este un buen resumen de las actividades y el patio de recreo de las elites europeas a lo largo de su historia. De eso tampoco se quiere hablar, aguafiestas, con lo bien que nos lo estamos pasando, pero si hay una constante en este continente es la del sabotaje permanente, por parte de Francia y Alemania - y luego Rusia -, de la vida honrada de los ciudadanos al otro lado de sus fronteras. No olvidemos que lo que se conmemoró empezó con un atentado terrorista nacionalista de la Mano Negra, uno de los muchos grupos criminales apoyados por los servicios secretos.

Nadie recuerda ya aquello, que suena a muy lejano, pero durante aquel siglo, o Ciclo Generacional, el que va de las guerras napoleónicas a la Primera Guerra Mundial, se estableció la estrategia de formar, financiar, impulsar y activar oportunamente toda una serie de grupos subversivos, a cual más psicótico, de infiltración de instituciones, incluidas las religiosas, del tráfico de ilícitos, de personas, y todo con la clara intención de destruir los elementos constitutivos (Cultura, religión, Estado, sus símbolos, etc.) de las naciones adversarias o potencialmente adversarias, un proceso y unos medios de los que nosotros fuimos (y somos) víctimas, a pesar de que no tuvimos nada que ver con aquel desastre, al contrario, sino que innovamos con la neutralidad activa, cuando las fake news eran sobre la gripe española.

Aquel modus operandi delictivo -reavivado en la Guerra Fría- que, insisto, nosotros nunca usamos, aunque podríamos, dejó posos, raíces, fantasías, mentiras establecidas, redes clientelares, propagandismo, hoy potenciado desde "lo público", y sobre todo, muchos tontos útiles que antes de agredir al prójimo harían bien en pensar de quiénes son vasallos. También dejó una "normalidad" en la que incluso se acepta que políticos pagados por un país extranjero, o incluso un terrorista, termine decidiendo tu Gobierno y tu demografía según sus oscuros intereses. No hablo solo de España, pasa también en Gran Bretaña, donde existen acusaciones contra Corbyn como agente soviético; luego están las actuaciones de Francia y Alemania en el despedazamiento de Yugoslavia, o en Ucrania. ¿Se va viendo un patrón o no?

La Charada francoalemana

Según la RAE, una charada (del francés “charade”) puede ser una llamarada o un pasatiempo en el que se deben adivinar palabras según unas pistas. ¿Y qué pistas nos dan Merkel y Macron? Todo parece indicar que tienen un plan de dominación continental en el que, tras machacar a los británicos, expulsarán a los estadounidenses, dos aliados a los que deben su existencia y prosperidad. Pues cómo para aliarse con ellos.

El juego de palabras empezó casi a mediados de año cuando Merkel, más o menos un año después de que Trump le enseñara su factura pendiente, lenta de comprensión, reaccionó mal con una expresión que amplificó Macron: "Europa ya no cuenta con la protección estadounidense y debe tomar su destino en sus manos (enlace)". Esto es falso, sí cuenta con ellos y generosamente, además, aparte que uno siempre debe asumir su defensa y destino como tarea propia, aunque busque aliados para que la misma sea más fácil.

Luego rizaron el rizo con lo del ejército europeo, vieja euro-quimera que nunca ha cuajado pero que causó alborozo en quienes aspiran a pillar momio. Aparte que, ¿quién se va a querer aliar con ellos después de lo que hacen a británicos y estadounidenses? Por otro lado, ¿cuando tengamos nuestra crisis de Ceuta y Melilla, se hunda nuestro orden, sino lo ha hecho antes, de parte de quién estará ese ejército, del de los españoles o del Islam, de Pablo Iglesias y sus aliados internos y externos? ¿No será para defenderse ellos de los europeos? ¿Quién lo va a controlar?, porque Democracia no hay - equívoco que viene de Woodrow Wilson - y, cuando intentan simularla con referéndums como en Suiza (curioso sitio), si el resultado no les gusta, se lo pasan por el Arco de Triunfo y la Puerta de Brandemburgo; eso por no hablar de los gobiernos que quitaron en Italia y un largo etcétera.

Sus delirios y nuestro debate

Puestos a delirar, el ministro francés de finanzas dice que la UE debe convertirse en un imperio (enlace). ¿Y ese es el que hace las cuentas? A más a más, va el megalómano de su jefe, Macron, y dice que "es para defenderse de Estados Unidos (más traiciones), China y Rusia". ¿De verdad solo ve esas amenazas? Hombre, también dijo lo del nacionalismo, algo que aquí alegró a incautos pero que fuera todo el mundo entendió que iba contra Trump, Polonia, Hungría e Italia, cuyos "nacionalismos" no son supremacistas como los de aquí, esos que ya le vienen bien de siempre para evitar un sur fuerte. Ojo que Macron dice (enlace) que "quiere barrer el viejo orden político de Europa"; lo del "cambio de orden" lo hemos tratado aquí como en ningún sitio y este pirómano no sabe de lo que habla. ¿Dónde está el sentido común?

Pues el sentido común igual les llevaría a recomendarme otro título, que este "une a los adversarios y divide a los aliados", pero yo lo veo útil para orillar al Establishment y desmenuzar los temas, resaltando omisiones interesadas y estrategias permanentes de dominación continental, para dejar abierto el debate y que busquemos soluciones a temas complejísimos, de raíces muy profundas que exigen fronteras respetadas, pensando siempre que, así como el orden mundial mutará y sin Estados Unidos será el caos, igualmente lo hará el europeo y sin la UE, otra UE, tendríamos más caos en España y en el resto de Europa. Tal es la complejidad del cambio de Ciclo Generacional que se nos viene encima.

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