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Opinión

Armengol y la estrategia del caracol

Francina Armengol en la Asamblea Parlamentaria de la Unión por el Mediterráneo celebrada en Rabat.
Francina Armengol en la Asamblea Parlamentaria de la Unión por el Mediterráneo celebrada en Rabat.

Si viviésemos en un estado donde la moralidad fuera norma de conducta, Armengol, presidenta del por obra y gracia de Junts y el dedo áulico de Sánchez, estaría ahora dimitida, en Baleares y comiendo una coca de trempó, una de las mejores cosas que pueden hacerse en esta vida. También podría meterse entre pecho, con perdón, y espalda, un arrós brut, plato que a servidor le perturba enormemente. Pero doña Paqui ha optado por poner super glue en su poltrona y engancharse a ella.

Dicen en vernácula que as juliol, ni dona, ni cargol, en julio ni mujer ni caracol, ignorando este escribidor la equivalencia entre catar señora y catar gasterópodo, pero doña Paqui ha decidido adoptar la estrategia de ese animalito que a unos gusta tanto y a otros repugna. Se ha encerrado en su concha calcárea y de ahí no sale para explicarnos nada acerca de ella a propósito del escándalo de las mascarillas adquiridas en pandemia a la trama Koldo-Ábalos-Sánchez y demás.

Y que no es grano de anís. Según el PP, doña Paqui adquirió cuando era presidenta de Baleares, con su pancatalismo separata en ristre. 1.468.000 mascarillas FF2. Ignoramos si exigió a dichas mascarillas el nivel C1 de catalán; sabemos que pagó más de tres millones setecientos mil leuros de vellón; que la compra se hizo mediante procedimiento de emergencia, pagándose con la celeridad del rayo la misma. Raro, raro en cualquier administración, como es sabido.

Eso teniendo en cuenta que Anticorrupción le había dicho que había gato encerrado, porque se veía venir que aquellos bozalillos eran más falsos que un euro con la cara del Correcaminos. Todas estas cosas se las estamos contando en Vozpópuli con el rigor periodístico que caracteriza esta casa y les recomiendo que hagan seguimiento de las mismas, porque es para miccionar y no echar un ápice de ácido úrico.

Con esa espada de Damocles sobre su linda cabecita, cualquier político sensato habría presentado la dimisión, porque el cargo que ocupa mi Francis es nada menos que la tercera autoridad del estado. Un cargo que no puede ni debe estar ocupado por nadie acusado de gastarse millones en material inútil que, para más cachondeo, procedía de una red empresarial bajo la lupa de la justicia.

Insistimos, debería cesar sin que nadie se lo exigiese, pero dado el carácter gluteril de la clase política española y de la simbiosis que este mantiene con las poltronas, si ella no quiere irse, que no quiere, Sánchez debería obligarla. Sí, ese Sánchez y esos partidos que pasaron meses y meses haciendo campaña feroz y descarnada contra el M. Rajoy de los papeles de Bárcenas, los que exigían acabar con la corrupción, los que hicieron miles de chistes – alguno incluso bueno – acerca de cobrar con sobrecitos o las indemnizaciones en diferido.

Esos mismos que se revestían con togas de austeros Cicerones contemporáneos, esos periodistas que hacían especiales informativos de veinticuatro horas sobre siete días a la semana, toda esa harka de mediocridades, callan ahora como puertas. Nadie exige a Armengol que dimita. Igual es porque no la ven, escondidita como vive en su cáscara de caracol, ajena al mundanal ruido. Francina es como la ciénaga que la rodea.

Nadie da razón de sus actos, nadie se responsabiliza, nadie tiene la culpa de nada y, como remoquete final, dicen que peor sería si gobernase la derecha, y que si Ayuso, y que si Feijóo y que si Abascal, uy, Abascal, ese sí que encarna todas las plagas de Egipto, pero con barba. Tamaña tomadura de pelo debe acabar, aunque las encuestas digan que todavía - ¡todavía! – hay un veintiocho por ciento de españoles dispuestos a votar de nuevo al Felón. Y es que de caracoles, España está llena. De ahí la baba que percibimos a diario.

Ya no se pueden votar ni publicar comentarios en este artículo.

  • A
    Antipopulista

    En cualquier país de Europa este gobierno hace tiempo que hubiese caído. Pero en España se ha aceptado por muchos que la extrema izquierda tiene una superioridad ética y moral sobre el resto. Cuando es todo lo contrario, carecen de ética, moral y valores. En la Argentina kirchnerista Milei sí está dando la batalla cultural, y la gente allí cada vez está más convencida de que la hasta ahora intocable Cristina Kirchner les ha arruinado sus vidas y la de sus hijos tras 20 años de feroz corrupción y de es.clavizar a los más débiles y pobres. Aquí la batalla cultural no se da casi nada. Aunque yo sí creo que el Sanchismo y el comunismo están muy tocados. La gente no es tan ton.ta como los políticos querrían.

  • 9
    991F

    El caracol también es baboso, cornudo y arrastrado.

  • D
    Domingo

    De todo ésto lo que yo saco es lo siguiente, mañana comeremos "arròs brut", ya he echado un vistazo a la receta, porque la doña no va a dimitir, el don tampoco la va a poner en el brete de pedir su dimisión u obligarla a ello y no parece posible esa acción de obligarla a dimitir mediante un pleno al no haber un protocolo para echar al Presidente del Congreso de los Diputados (utilizo el genérico, no me da la gana perder el tiempo con el inclusivo o como quiera que se llame), así que, señor Giménez, muchas gracias por la pista.

  • S
    S.Johnson

    Lo de las mascarillas es serio, pero Paqui no deja de ser una mandada.
    Esencialmente nacionalista, lo que, en un principio, debería ser incompatible con ser socialista, pero lo que sucede es que en realidad el último socialista en este país fue Alfonso Guerra, el resto ni se sabe.
    Simple PESEBRE.
    Pero ayer publicaba El Español una semblanza de Paqui que me hizo ver que lo de las mascarillas es peccata minuta. Solo un individuo como Pedro Trampas, el Fugitivo (ayer a Roma hoy a Hispanoamérica) puede poner a la Paqui donde está. Así es el Partido Sanchista Anti Español, el mamporro de Pedrito Canalla.

    https://www.elespanol.com/reportajes/20240303/francina-armengol-hija-boticario-amiga-indepes-asediada-compra-mascarillas/836666789_0.html

  • N
    Nomerindo

    Saludos al foro.
    Cierto es absolutamente todo lo que los comentarios anteriores dicen.
    Pero también es cierto que son menos que los que tenemos alguna actividad neuronal.
    Son cada vez menos.
    Un poco de esperanza par este triste lunes.

  • V
    vallecas

    Es mucho más grave D. Miquel, Sánchez y su banda son responsables de miles de muertos, miles de "homicidios involuntarios", miles de años de condena.
    España es una sociedad "fallida" no solo porque todavía hay millones de votantes analfabetos que van a votar a Sánchez, lo es por el aborregamiento de la sociedad por parte de la izquierda. Cuando se dice eso de "si esto lo hiciera el PP España estaría ardiendo" es absolutamente cierto.
    Hay muchos ejemplos, inflación, muertos Covid, "arrestos" domiciliarios, etc. El mas claro es la "ley suelta-violadores". Si esta LEY la hubiera hecho el PP, España habría ardido por los cuatro costados ( y con razón).
    Que la sociedad se haya "tragado" esta Ley sin rechistar, que la mujeres hayan callado, demuestra que lo enferma que está la sociedad.

  • A
    arturo moreno

    Es que a los socialistas que roban -casi todos- les basta con quedarse callados para quedar impunes. Podríamos refutar a Dña. Pilar Alegría cuando dice hablando de corrupción: "Matas en la cárcel, Zaplana en la cárcel, Rato en la cárcel",con: Griñán en la casa, Chávez en la casa y María Jesús Montero en el gobierno como ministra de "Economía"

  • N
    Norne Gaest

    Como uno no se mueve entre políticos alto standing tipo Francina A., Paxti L. o Tintorra (Quin T.), sino con ciudadanos peatonales, pues en estos me tengo que fijar sobre mi perplejidad en cuanto al voto a la izquierda: hasta donde llega la capacidad de tragar con las fechorías e incluso la delincuencia de los líderes progresistas, la de aguantar tapándose los ojos y las narices y, pase lo que pase, seguir votando como siempre (porque peor son los otros, claro).
    Y lo que veo es lo siguiente: que los tales son personas normales, algunos excelentes, pero le tocas la política (yo lo hago cada vez menos, me autocensuro cada vez más, casi una sensación de cerco para no provocar malos ambientes), pero le tocas la política, decía, y se convierten en sectarios, ciegos, afloran gestos de fastidio y mala leche, y a lo más que llegan es a decir que todos los políticos son iguales y la política es una m.ierda, que todos van a robar, llenarse los bolsillos, etc..
    De lo cual se deduce es que a lo más a que puede aspirarse, normalmente, es a que dejen de votar. No se vota y mejor no hablar de política, pues ya sabemos lo que pasa y a disfrutar de la vida lo que se pueda. Incluso aunque cierre la tienda donde compraba lo que fuese, los precios se pongan imposibles o el hijo de Pepita, tan preparado como estaba, se haya ido a trabajar al extranjero. Mientras el curro o no les ingresos personales no le fallen...
    O sea, que si no parasitan directamente y jugosamente (como la Francina, el Paxti o el Tintorra, vuelvo a repetir, que diría el Marlaska), lo más que puede esperarse es que no tengan adhesión inquebrantable o que no sean inaseguibles al desaliento, en el lenguaje de los próceres franquistas.
    Pero aún así necesitamos algo más: más heroicos ciudadanos que, aunque no voten a la fachosfera, vade retro, al menos dejen de hacerlo a los que evidentemente son parasitos chorizos farsantes delincuentes (me ha salido así todo seguido, sin comas).