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Opinión

Aniversario sesgado

Parece aberrante reclamar que todo lo ha hecho el PSOE y nadie más que el PSOE

Sánchez usa a Felipe González para reivindicar su "proyecto de país"
Los expresidentes socialistas Felipe González y José Luis Rodríguez Zapatero junto a Pedro Sánchez. EFE

Toda victoria viene precedida de una renuncia. La victoria del PSOE en las elecciones generales del domingo 28 de octubre de 1982, de la que estamos conmemorando el cuarenta aniversario, también lo estuvo. A esos efectos, baste recordar la propuesta de Felipe González en el 28 Congreso socialista de mayo de 1978 de retirar la definición marxista del Partido que fue derrotada. Entonces como escribió un amigo periodista “invocando sus obligaciones con el Partido Socialista, con la sociedad española y con el Estado, y examinadas las convicciones ideológicas. Los impulsos éticos y las conveniencias políticas”, Felipe González, con temple admirable, resolvió que se iba, que no presentaba su candidatura para el puesto de secretario general en la nueva ejecutiva que el Congreso debía elegir el 20 de mayo.

Podría haberse pensado entonces que Felipe González ponderaba más sus convicciones -favorables a una definición moderna del partido e incompatibles con la ortodoxia escolástica marxista- que sus responsabilidades y obligaciones con sus compañeros, con los votantes del PSOE y con el país. Pero un análisis más riguroso revelaba que había sido precisamente el sentido de la responsabilidad el que había primado en su decisión, que hacían falta lecciones como ésta, que ya estaba bien de medirlo todo por el rasero del envilecimiento, de apostar por seguir agazapados en el sillón y que ese proceder era dignificador cuando nos querían hacer ver que aquí solo había lugar para el pancismo. Pero más allá del gesto personal -altivez en la derrota- hasta que el congreso extraordinario de septiembre sustanciara las diferencias, la apuesta de Felipe tenía un peso histórico de primer orden y concitaba el agradecimiento y la solidaridad de cuantos queríamos para España la racionalidad y la democracia estable.

Estas reflexiones conducen a considerar aberrante el video conmemorativo lanzado por el PSOE y la Fundación Pablo Iglesias que protagoniza Pedro Sánchez, el ínclito ZP y un grupete ad hoc

Seis meses después, en el Congreso extraordinario de septiembre de ese mismo año, González ganaba la partida y regresaba a la secretaría general del PSOE. Y venían a confirmarse dos principios enunciados por Clausewitz. Primero que ninguna victoria puede ser alcanzada si no está bien definida y segundo que la explotación del éxito más allá del punto culminante de la victoria degenera en desastre. Además, las coordenadas cronológicas revisadas por Geofrey Parker aseguran que el éxito nunca es definitivo. Estas reflexiones conducen a considerar aberrante el video conmemorativo lanzado por el PSOE y la Fundación Pablo Iglesias que protagoniza Pedro Sánchez, el ínclito ZP y un grupete ad hoc convocado en Casa Labra, la taberna de la calle Tetuán, que se tiene por lugar fundacional del Partido Socialista.

Porque después de ver y escuchar a González atribuir la victoria del 82 a todos, de señalar que quien ganaba era la democracia y el pueblo, que España merecía la ilusión, una vida mejor, que la íbamos a conseguir entre todos, que el Partido Socialista no es el que hace el cambio, no es le dueño del cambio, no tiene el patrimonio del cambio, que el patrimonio del cambio lo teníamos todos nosotros, que entre todos podríamos hacerlo, parece aberrante reclamar que todo lo ha hecho el PSOE y nadie más que el PSOE. Como me escribía un socialista de loa que ha dado siempre la cara, el video mencionado prescinde casi de Felipe (que en sus intervenciones se refiere a todos y no solo a su partido) para centrarse en Zapatero y su época (patético en sus intervenciones) y en Sánchez (que podría tener sentido como cierre por el presidente actual, pero no para hablar de su etapa e implícitamente de la levedad de la de Felipe) lo que se desvía de lo que se trata: de las elecciones del 82 y su significado, el porqué de la victoria del PSOE des-marxistizado y cómo Felipe pudo convencer a tantos españoles con un programa socialdemócrata e integrador para todos.

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  • P
    Pontevedresa

    ¿Y Felipe González después de haber renunciado al marxismo, se va a presentar con Sánchez que deja gobernar a los comunistas radicales de Podemos? porque él no gobierna, usurpa los viajes al extranjero que tendría que hacer el Rey, mientras que aquí se hace lo que manda la asilvestrada y montaraz Montero, sus caprichos sexuales se convierten en leyes, y Sánchez de safari con 68 personas a cuenta de los pobres españolitos.

  • V
    Variopinto

    Pues es una pena que si que reflejaran su desmarximacion, pero se les olvidara incluir el populismo. Quizá para el próximo congreso fundacional. Quizá, tampoco.

  • S
    S.Johnson

    Como nos enseñan los usos de la antigüedad, cuando un líder cae hay que, por la salud de todos, acabar con sus crías.
    Felipe, después de su victoria, no lo hizo con el criadero marxista y aquí los tenemos de nuevo.
    Las obviamente repudiadas por espurias crías de Felipe sobrevivieron, se juntaron con los otros... y nos demostraron lo, aunque chocantes hoy, acertado de las costumbres antiguas.

  • W
    Wesly

    Los que, como dice Ud., queríamos la racionalidad y la democracia estable no podemos estar orgullosos del actual PSOE de Pedro Sánchez, cuyo único objetivo es alargar su estancia en La Moncloa a base de mentir, manipular, dividir y fanatizar al personal, prescindiendo de la racionalidad y exacerbando al maximo las emociones negativas (odio, envidia, resentimiento). Por no hablar de la degeneración de la democracia que supone el asalto de Pedro Sánchez a las instituciones teóricamente independientes del Estado, fiscalía y poder judicial incluidos.

    Aquella racionalidad y aquella democracia han sido totalmente anuladas por Pedro Sánchez.

  • P
    PACO TITOS

    Bueno sr. Aguilar, este es el Psoe que hay, lo que no entiendo es que Felipe González se este prestando a tanto.
    Y añadir, que al igual que las golondrinas de Becker, aquel Psoe no volverá!!