Análisis

Las banderas que faltaban

Vista de la manifestación desde el Banco de España

Muchas banderas no estuvieron presentes este sábado en la manifestación de Podemos, banderas que tampoco se vieron en anteriores movilizaciones de la extrema izquierda y, en la misma línea lógica, no aparecen ahora en este supuesto proyecto transversal que lidera la formación de Pablo Iglesias. No estaba la española constitucional, una enseña también proscrita en las muchas demostraciones que en la calle ha hecho durante años la izquierda 'establishment', (sindicatos y PSOE). En su lugar, amplia presencia de la tricolor. Pero tampoco fue posible encontrar una sola bandera de la Unión Europea, algo que hasta hace poco era sinónimo de modernidad y apertura al exterior en este país nuestro y que hoy casi todo el mundo ignora.

Las banderas son sólo 'trapos', bien cierto, pero a veces son el signo externo idóneo para detectar el sentido de una movilización de miles de personas. Si quien camina a tu lado enarbola una, esa enseña te acompaña todo el camino, de modo que llega un momento en que sería difícil imaginar otra distinta. El 'corazón' del fenómeno Podemos está en Latinoamérica y no en Europa, y así pudieron verse pendones de Ecuador, de Chile (el país más liberal de todo el subcontinente) y de República Dominicana. La democracia nueva que proponen Iglesias y Juan Carlos Monedero mira continuamente a Venezuela, no a Suecia ni otros países escandinavos, que han delimitado el Estado social de derecho cuasi perfecto.

Tampoco había rastro de enseñas de países europeos aliados en la UE, aunque Grecia y Syriza sí estuvieron muy presentes, tanto en los discursos como en los símbolos. Y por supuesto algunas comunidades autónomas. Si juzgamos por lo visto en las cercanías de Sol, Podemos irrumpirá con fuerza en el parlamento andaluz dentro de apenas dos meses, a juzgar por la abundancia del color verde. Tampoco faltaron a la cita enseñas de Navarra, Euskadi, Catalunya, Asturias... ni siquiera la estelada.

"Esas banderas representan a los pueblos, frente a las otras que representan a los poderosos", justificaba un manifestante, "y yo no había visto nunca una manifestación con tanta diversidad de banderas".

Hubiera sido curioso acudir con una bandera de Alemania para calibrar la reacción del gentío. Tal vez no hubiera sido bien recibida, aunque este símbolo también representa a un pueblo que, contra su voluntad, contribuye con miles de millones de euros al Presupuesto de la Unión del que se nutren las economías más débiles, por no hablar de los préstamos directos a los sistemas bancarios en riesgo de quiebra, como ha sido el caso del español entre otros. Podemos, en efecto, está en otras coordenadas; en el euroescepticismo y el bolivarianismo. Su discurso anti-corrupción gana más adeptos que sus propuestas económicas. Este mediodía incluso se pudo divisar una bandera de la extinta URSS. ¿Casualidad o metáfora? Un recordatorio, el de la hoz y el martillo, para no olvidar la clase de ideas que están en el germen de este nuevo fenómeno político, que ahora mismo podría ser el partido más votado en España, según algunas encuestas.