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Ciencia

¿Está controlando el parásito Toxoplasma a los lobos de Yellowstone?

Los lobos infectados con Toxoplasma tienen más probabilidades de convertirse en líderes de la manada y conducirla a zonas de pumas donde se multiplica el contagio, según un estudio.

Esquema de los resultados del análisis demográfico y del comportamiento de los lobos. Kira Cassidy.

Los lobos grises en el Parque Nacional Yellowstone de Estados Unidos expuestos a Toxoplasma gondii, el parásito que causa la enfermedad toxoplasmosis, tienen 46 veces más probabilidades de convertirse en líderes de manada que los lobos no infectados. Los resultados, publicados este jueves en la revista Communications Biology, son los primeros en demostrar que la infección por parásitos afecta la toma de decisiones y el comportamiento de los lobos, y dejan en el aire la posibilidad de que este protozoo esté poniendo a su servicio a estos animales para perpetuar el contagio.

Para el trabajo, el equipo de Connor Meyer y Kira Cassidy estudió a los lobos grises (Canis lupus) que viven en el Parque Nacional de Yellowstone, Wyoming, EE.UU., en busca de la asociación entre la toma de riesgos y la infección por Toxoplasma gondii, que a menudo no tiene efectos visibles sobre la salud de los individuos sanos, pero puede ser fatal para los cachorros o los inmunodeprimidos). 

Los autores analizaron 26 años de datos de comportamiento y distribución (1995-2020), así como muestras de sangre de 229 lobos anestesiados, que fueron examinados para detectar anticuerpos contra T. gondii. Como se sabe que los pumas (Puma concolor) en el parque son anfitriones del parásito, los autores también utilizaron un modelo espacial previamente desarrollado de distribución de pumas y analizaron muestras de sangre de 62 pumas.

Los lobos que ocupaban áreas que se superponían con más pumas tenían más probabilidades de infectarse

Los investigadores encontraron que con T. gondii  que aquellos que no vivían cerca de pumas, lo que sugiere que los lobos pueden infectarse con el parásito como resultado del contacto directo con los pumas y sus entornos. También identificaron asociaciones entre la infección por parásitos y los comportamientos de alto riesgo tanto en machos como en hembras que pueden afectar el estado físico de los lobos individuales y las poblaciones de lobos. 

Un esquema de cómo funciona el ciclo de infección |Kira Cassidy.

Toxoplasma y liderazgo

Los lobos que dieron positivo por T. gondii tenían 11 veces más probabilidades de dispersarse de su manada y más de 46 veces más probabilidades de convertirse en líderes de manada que los lobos no infectados. Los machos alcanzaron un 50% de probabilidad de dejar su manada en un período de seis meses si estaban infectados con el parásito, pero después de 21 meses si no estaban infectados. Las hembras alcanzaron un 25% de posibilidades de dejar su manada dentro de los 30 meses si estaban infectadas, extendiéndose a 48 meses si no estaban infectadas.

Como investigaciones anteriores han identificado asociaciones entre la infección por T. gondii  y una mayor audacia en las hienas, así como una mayor producción de testosterona en ratas, los autores especulan que mecanismos similares podrían impulsar los comportamientos de riesgo observados en los lobos que dieron positivo para el parásito. 

Los investigadores teorizan que la infección podría tener implicaciones más amplias para la población de lobos de Yellowstone, ya que los líderes de la manada infectados podrían llevar a sus manadas a áreas de mayor riesgo que se superponen con los pumas. Esto aumenta potencialmente el riesgo de una mayor infección para los lobos no infectados, lo que crea un circuito de retroalimentación que genera más comportamientos de riesgo.

Un trabajo “convincente” 

A juicio del doctor en Biología Antonio J. Osuna Mascaró, experto en comportamiento animal, es un trabajo “precioso y muy convincente, con datos muy sorprendentes, que encajan perfectamente con las evidencias que tenemos en otras especies, desde roedores hasta hienas o chimpancés”. Al especialista le sorprende que los autores no encontrasen apenas infecciones en los ciervos canadienses.“Esto lleva a los autores a especular con que la infección debe de ser directa; los lobos deben de estar infectándose con la orina de los pumas o comiendo sus cacas”, señala.

"Los resultados encajan con las evidencias que tenemos en otras especies, desde roedores hasta hienas o chimpancés”

En su opinión, el aumento en dopamina (determinante en la regulación de la motivación) y de la testosterona (hormona presente tanto en machos como en hembras, y clave en la competición y en la voluntad a asumir riesgos) “encajan perfectamente con lo observado en lobos”. “Para mi pesar”, concluye, “los autores no comentan la literatura relacionada de humanos, donde también se han encontrado cambios de comportamiento en la línea de lo observado”.

Referencia: Parasitic infection increases risk-taking in a social, intermediate host carnivore (Communications Biology) DOI 10.1038/s42003-022-04122-0

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