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Ciencia

La receta científica para hacer que los bebés dejen de llorar

¿Cómo conseguir que los bebés que lloran se calmen y duerman en la cama? Una nueva investigación muestra una técnica simple pero efectiva que aumenta las posibilidades de éxito.

La receta científica para hacer que los bebés dejen de llorar. RIKEN

Los bebés que lloran y se despiertan cada vez que los sueltas en la cuna son uno de los principales motivos de frustración y preocupación de los padres. Para algunos, es un hecho habitual que afecta la capacidad del bebé para dormir y estresa a los progenitores. ¿Qué puedes hacer en esta situación? El equipo de Kumi Kuroda en el Centro RIKEN para la Ciencia del Cerebro (CBS) en Japón, han realizado un estudio en el que detallan cómo los bebés que lloran se ven afectados fisiológicamente al ser sostenidos, cargados y acostados. Y han encontrado la receta para que el bebés se calme. 

En el estudio, publicado este martes en la revista Current Biology, los investigadores demuestran la importancia de transportar en brazos a los bebés que lloran en lugar de simplemente sostenerlos. Kuroda y su equipo encontraron una "Respuesta de transporte" en cachorros de ratón angustiados y bebés humanos en los que los bebés se calman cuando sus progenitores los llevan en brazos. La respuesta es una serie compleja de procesos biológicos paralelos que dan como resultado una reducción del llanto y un ritmo cardíaco más bajo, lo que ayuda a los padres a transportar a los bebés.

Monitorizando a los bebés

El nuevo estudio utilizó una máquina de encefalografía (ECG) para bebés y cámaras de vídeo para comparar sistemáticamente los cambios en la frecuencia cardíaca y el comportamiento a medida que los progenitores realizaban actividades que se usan comúnmente para calmar a los bebés, como cargarlos, empujarlos en un cochecito y sostenerlos mientras están sentados. Durante estas actividades se registraron datos de bebés que lloraban, estaban despiertos y tranquilos o durmiendo. En cada latido del corazón, el comportamiento se evaluó como dormido, alerta o llorando, y se calificó en consecuencia. De esta manera, los investigadores pudieron rastrear los cambios tanto en el comportamiento como en la fisiología con una precisión de menos de un segundo.

Los autores midieron el ritmo cardiaco de los bebés ante las diferentes estrategias

El experimento condujo a algunos hallazgos importantes. Primero, como explica Kuroda, “caminar durante cinco minutos promovió el sueño, pero solo para los bebés que lloran. Sorprendentemente, este efecto estuvo ausente cuando los bebés ya estaban tranquilos de antemano”. Entre los bebés estudiados, todos habían dejado de llorar al final de la caminata de cinco minutos y tenían ritmos cardíacos reducidos, y aproximadamente la mitad estaba dormido. En segundo lugar, sentarse y cargar a bebés que lloraban no era tranquilizador; el ritmo cardíaco tendía a aumentar y el llanto persistía.

Los investigadores encontraron que los bebés eran extremadamente sensibles a todos los movimientos de sus progenitores

La medida de los latidos del corazón permitió a los investigadores diseccionar el efecto de cada microactividad a medida que se manipulaba a los bebés. Los investigadores encontraron que los bebés eran extremadamente sensibles a todos los movimientos de sus progenitores. Por ejemplo, la frecuencia cardíaca aumentaba cuando los progenitores se volvían o cuando dejaban de caminar. El evento más significativo que perturbó a los bebés dormidos ocurrió justo cuando se separaron de su cuidador.

No acostarlos demasiado pronto

Todas los progenitores han experimentado la decepción de que un bebé finalmente dormido se despierte nuevamente después de tumbarlo en la cuna. Los investigadores identificaron el problema utilizando los datos de los latidos del corazón. "Aunque no lo predijimos", dice Kuroda, "el parámetro clave para acostar con éxito a los bebés dormidos fue la latencia desde el inicio del sueño"

El truco está en no soltarlo demasiado pronto |Pixabay

Los bebés a menudo se despertaban si los acostaban antes de dormir unos 8 minutos. Por lo tanto, según los datos, Kuroda recomienda que cuando los bebés lloran demasiado y no pueden dormir, los progenitores deben cargarlos de manera constante durante unos 5 minutos con pocos movimientos bruscos, seguidos de unos 8 minutos sentados antes de acostarlos para dormir.

El truco: cargarlos hasta que se duerman y sostenerlos después unos 8 minutos sentados antes de acostarlos 

Aunque este procedimiento no aborda por qué algunos bebés lloran en exceso y no pueden dormir, ofrece una solución inmediata que puede ayudar a los padres de los recién nacidos. Además, los investigadores reconocen la utilidad de los datos de frecuencia cardíaca en esta era de dispositivos de fitness portátiles.

“Estamos desarrollando un dispositivo portátil de tecnología para bebés con el que los padres pueden ver los estados fisiológicos de sus bebés en sus teléfonos inteligentes en tiempo real”, dice Kuroda. "Al igual que el entrenamiento físico basado en la ciencia, podemos hacer crianza basada en la ciencia con estos avances y, con suerte, ayudar a los bebés a dormir y reducir el estrés de los padres causado por el llanto excesivo de los bebés"

Referencia: A method to soothe and promote sleep in crying infants utilizing the Transport Response (Current Biology) DOI 10.1016/j.cub.2022.08.041 

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