Medios

La muerte de Barroso deja a Sánchez sin su gran estratega mediático

Tras la salida de Iván Redondo de Moncloa, Miguel Barroso se había convertido en una de las voces de referencia para Pedro Sánchez a la hora de marcar la estrategia mediática

Miguel Barroso

Quiso el destino que Miguel Barroso falleciera por la misma causa que su mujer, Carmen Chacón. Fue un infarto fulminante el que segó su vida a los 70 años, un día después de regresar de un viaje a Cuba. Su muerte supone un revés para Moncloa, dado que este empresario, especialista en comunicación, ha sido uno de los grandes puntos de apoyo de Pedro Sánchez a la hora de planificar su estrategia mediática.

La relación de Barroso con el PSOE fue larga. De hecho, llegó a formar parte del equipo de consejeros al que recurrió Felipe González durante los debates que libró con José María Aznar antes de las elecciones generales de 1993.

Con José Luis Rodríguez Zapatero, ejerció de consejero personal y de secretario de Estado de Comunicación; y su voz fue clave para crear la licencia de emisión de LaSexta y modificar las leyes que rigen el funcionamiento de Radiotelevisión Española, como consecuencia de las cuales se eliminó la publicidad de sus canales, en beneficio de Antena 3 y Telecinco.

Durante esos años, estuvo enfrentado a Prisa por materializar el proyecto mediático más ambicioso de Rodríguez Zapatero, como es el de potenciar un nuevo grupo de medios de izquierdas que sirviera al PSOE para distanciarse de la influencia de Jesús Polanco y de Juan Luis Cebrián. Eso generó una batalla sin cuartel en la izquierda mediática que derivó, entre otras cosas, en la Guerra del Fútbol. Fuentes del sector mediático incluso consideran que aceleró operaciones como la fusión de las televisiones privadas o el proyecto de OPA de Prisa por el 100% de Sogecable. Todo ello, como fruto de la competencia que se desató entre las partes.

La vida da muchas vueltas y, tres años después de la victoria de Pedro Sánchez, Barroso se ‘enroló’ en la editora de El País -su otrora 'enemiga’- para ejercer de consejero dominical, en representación de Amber Capital.

Fuentes de Prisa coinciden en señalar que su influencia desde que Iván Redondo abandonó Moncloa ha sido fundamental. Entre otras cosas, por la capacidad que tenían sus decisiones para moldear la línea editorial de la Cadena SER y de El País, aunque también por la ascendencia que tenían sus consejos sobre estrategia política o comunicación en el palacio presidencial.

Barroso formó parte del grupo de asesores que aconsejaron a Pedro Sánchez sobre la estrategia a seguir para remontar en las encuestas tras el fracaso de las elecciones municipales. El contenido de las conversaciones que mantuvieron sólo lo conocen quienes participaron en ellas, pero lo cierto es que durante las semanas que discurrieron desde los comicios de mayo hasta el 23 de julio, el presidente se prestó a acudir a los platós de periodistas que habían sido hostiles con el Ejecutivo -desde Ana Rosa Quintana hasta Carlos Alsina- y se apoyó en la figura de Zapatero para tratar de minimizar el efecto de su desgaste sobre el electorado.

Los medios de Prisa se esforzaron en esas semanas por relatar los pormenores de los pactos del PP con Vox, y por crear una corriente de opinión que advertía de la regresión de derechos que se iba a producir en España en caso de que gobernaran “las derechas”. En sus páginas, apareció en varias ocasiones el nombre y el apellido de Marcial Dorado durante la campaña electoral.

El éxito de aquella estrategia es evidente si se tiene en cuenta que Núñez Feijóo no consiguió la mayoría necesaria como para sustituir a Sánchez al frente del Ejecutivo. 

Moncloa pierde a uno de los consejeros en los que más confiaba en núcleo duro del PSOE actual y Prisa a uno de sus hombres más influyentes en España, en el que se apoyó Joseph Oughourlian -su presidente- hace tres años para tratar de relanzar su negocio y mantener una relación fluida con el Ejecutivo.

El propio presidente del grupo ha llegado a manifestar en público que sus medios deben estar alineados con la socialdemocracia para aspirar a ser rentables, dado que las ventas de periódicos descendieron cuando el dúo conformado por Juan Luis Cebrián y Antonio Caño optó por la hostilidad contra Pedro Sánchez durante su batalla con Susana Díaz por el control de Ferraz; o durante las negociaciones para conformar lo que denominaron como “Gobierno Frankenstein”, citando a Alfredo Pérez Rubalcaba.

A partir de ahora, está por ver quién sustituirá a Barroso en el Consejo de Prisa. Lo que parece claro es que será difícil que su influencia en los ámbitos político y mediático sea igual o similar a la del empresario fallecido este sábado en Madrid.

Oughourlian tiene una mayoría cómoda en el Consejo. Vivendi no se ha mostrado hostil, los Polanco se han diluido y empresarios atraídos por el propio Barroso, como Global Alconaba, ayudan a fortalecer el actual statu quo del grupo. Sin embargo, es evidente que Prisa pierde con Barroso a uno de sus hombres más relevantes.