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El gran 'error' de Netflix que ha puesto patas arriba un mercado de 31 millones de clientes

La plataforma de 'streaming' anunció hace unos meses su intención de restringir el uso de cuentas compartidas en España. Desde entonces, ha perdido algunos millones de clientes

Netflix en un móvil y una televisión
Netflix en un móvil y una televisión Unsplash

El confinamiento de la población durante la pandemia de covid-19 hizo que las plataformas de contenidos en streaming vivieran una pequeña edad de oro. Netflix alcanzó en abril de 2020 los 183 millones de usuarios en todo el mundo tras ganar 16 en tan sólo unas semanas, tras la declaración de la alerta sanitaria. Este mercado cuenta en España con 31 millones de usuarios, según Barlovento Comunicación, de los cuales una parte ha emprendido en los últimos meses una migración que ha puesto patas arriba el sector.

Estas empresas se han convertido en unas duras competidoras de los canales comerciales en el terreno de la ficción y el entretenimiento. El consumo de TDT fue en 2022 el más bajo de la historia y, en 2023, la situación no ha mejorado. Cada español encendió de media el televisor 2 horas y 58 minutos al día el pasado mayo para ver las cadenas convencionales (-4 minutos con respecto a mayo de 2022). La distancia que separa a los jóvenes de sus contenidos es cada vez más evidente, tal y como se deduce de los informes mensuales de Kantar Media.

Desde los grandes grupos del sector se han quejado siempre de la opacidad de las plataformas OTT, tanto desde el punto de vista de la audiencia como de sus ingresos. Sobre esto último, cabe incidir en que Netflix realizó en 2020 un cambio importante en España. Modificó su objeto social y pasó de ser una especie de proveedor de su filial neerlandesa a un prestador de servicio en España. A final de ese año, su facturación fue en este país de 34,4 millones de euros. Un año después, de 579,3 millones. Todo esto da una idea del volumen de este mercado.

Las cuentas compartidas

Lo que ocurre es que en los últimos meses se ha producido un importante movimiento en este sector que podría amenazar los ingresos de Netflix y, por ende, afectar de alguna forma al resto de sus competidores. Todo comenzó cuando la compañía californiana anunció su nueva política para con las cuentas compartidas en España, que es más restrictiva que la anterior. Eso provocó que, en tan sólo unas semanas, se dejara por el camino 2,5 millones de usuarios, tal y como detalló Barlovento Comunicación.

Netflix disponía a finales de 2022 de un alcance -esa es la variable empleada en el sector- del 56,9% de la población española y una cuota de pantalla del 33,1%. El 61,3% de sus clientes afirmaba que utilizaba una cuenta compartida, frente al 38,7% que disponía de una personal. En diciembre, el 58,7% de su clientela aseguraba que, si esta empresa limitaba las posibilidades para ver su catálogo en varias pantallas, se daría de baja del servicio.

Dicho y hecho. En abril, trascendió un dato que podía preverse a la luz de este estudio, y es que Netflix se había perdido un total de 2,5 millones de usuarios. Ocupaba todavía el liderato de las OTT (52,6%), pero su política le había perjudicado.

Hace unas horas, Barlovento difundía un nuevo estudio en el que afirmaba que la caída de este servicio en streaming había continuado, hasta el punto que Amazon Prime Video le había arrebatado la primera posición. La plataforma de Jeff Bezos dispone de un 56% de penetración en los hogares. Netflix, del 51,6%; Disney+, del 28,9%; HBOMax, del 26,1% y Movistar+, del 16,2%.

En el citado informe, se detallaba que el servicio SkyShowtime (de la multinacional Sky) ha logrado 1 millón de nuevos usuarios, mientras que Netflix ha perdido 1,9 millones.

A la caza del abonado descontento

La lógica indica que son tiempos de cambio en el sector y las empresas se han lanzado a la caza de nuevos clientes o, en otras palabras, a la busca de un incremento de su facturación.

En este contexto, Telefónica prepara un nuevo servicio de OTT que -salvo retraso- prevé anunciar próximamente. Aunque no es definitivo, baraja llamarlo Movistar++ y, según el portal ADSLZone, tendría un precio de entre 11 y 14 euros al mes, con el cual se accedería a una parte de los contenidos deportivos y de entretenimiento del catálogo de esta compañía.

Durante años, se ha analizado al detalle el dato de las televisiones generalistas, de las autonómicas y de las temáticas que surgieron tras el apagón analógico. Sin embargo, la intensa actividad de los nuevos competidores y las nuevas tendencias de mercado han provocado que su audiencia, sus ingresos y su influencia cada vez sean más relevantes. De hecho, ya son capaces de concitar el interés de varios millones de personas cada día.

En este contexto, los principales grupos de televisión españoles dedican constantes inversiones para engordar sus plataformas alternativas a la televisión lineal. El que llega a más hogares es Atresmedia, con Atresplayer, que tiene una penetración del 20,3%. A continuación se encuentra RTVEPlay, con el 20,1% y con una audiencia considerable en productos -como La Promesa o MasterChef- que complementan al seguimiento que obtienen a través de La 1.

Bastante más atrás se encuentra Mitele, de Mediaset España, con el 9,6%. No todo el mercado lo mueven los grandes grupos. De hecho, el 42,2% de los españoles confiesa que utiliza el televisor para ver vídeos de YouTube, donde confluyen producciones audiovisuales profesionales con creadores independientes de contenido.

El mercado de la televisión se ha transformado. El contenido llamó al dinero y, ahora, el dinero hace que sea más necesario que nunca la producción de contenido y la confección de catálogos muy competitivos. En este sentido, los grandes grupos españoles se enfrentan a gigantes internacionales con un poder inversor mucho mayor. Eso ha hecho que surjan alianzas y focos de competencia que hasta hace no mucho eran inexistentes.

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  • T
    Techlogic

    Si el tema no es si han perdido clientes la cuestión es si han perdido dinero. Es un negocio no una ong.
    .

  • K
    Kj26

    Supongo que debería ahorrarme el comentario porque voy a hablar de lo que observo a mi alrededor que es muy limitado, mientras que el artículo utiliza las grandes cifras mucho más precisas.

    Observo con curiosidad como mis nietos (11-9 años) siempre están delante del televisor. En su casa con la play o con Nintendo switch. En la mía siempre con vídeos de YouTube.

    Lo de la play o Nintendo no me llama especialmente la atención, tienen muchos juegos. Cuando se cansan de hacer carreras con un 'ferrari' o un 'bugatti', juegan al fútbol o a cualquiera de los otros.

    Me llama mucho más la atención su obsesión por los vídeos de YouTube. Disponen de la TV normal, Filmin, Netflix, Disney+ y sin embargo van directos a Youtube. Qué hay en Youtube?

    La cosa viene de años. Hace unos 2 o 3 años se pasaban horas con unos vídeos de YouTube que explicaban como se montaban y utilizaban ciertos juguetes. Me parecía normal que a un niño le atrajera la utilización de múltiples juguetes.

    Pero ahora están enganchados a unos vídeos muy curiosos. En estos vídeos hay un jefecillo o responsable donde también participan sus amigos y/o su familia. La estructura del vídeo es muy simple, normalmente es editado en origen. El chico es joven, 18-20 años. Mayor que los espectadores que mantiene absortos. En todos los videos plantea un reto o una situación, no deja de hablar ni un instante. Los retos/situación que plantean son algo entre poco interesantes, absurdos o simplemente raros - especialmente los americanos, que vienen traducidos-.

    Me llama la atención que ante una oferta masiva de posibilidades se decanten por estos vídeos absurdos que los mantienen absortos horas. También me llama la atención que sus padres se enfaden cuando los encuentran enganchados a ellos y les obliguen a cambiar de canal. Su argumento es que esos vídeos no tienen un control de 'calidad' o de 'conveniencia' para niños de 11 años, podrían 'venderles' como oportuno y conveniente barbaridades. Suelo contraargumentar que más peligrosos que Pepa Pig que es asquerosamente feminista, o Bob esponja que es asquerosamente guarro, no son los vídeos de YouTube que prefieren.

    También me llama la atención del artículo que deje de lado, sin nombrar, a la plataforma Filmin. Precisamente la que tengo contratada.

    Hace años mi mujer me dio un ultimátum o me buscas una plataforma para ver películas o me la busco. Todas mis amigas tienen contratada alguna y se pasan hablando de la última película buenísima que han visto, mientras que yo tengo que poner cara de tonta.

    Obligado hice una exploración de los potenciales canales. Rápidamente vi que Netflix es como una fábrica de chorizos. La fábrica tiene unas máquinas que sacan producto, todos iguales. A unos les añaden algo de pimenton picante, a otros un poco más de sal o de tocino. Pero todos tienen la misma estructura, además son escrupulosos con la ideología 'woke' lo que me desanimó.

    En Filmin encontré películas de todas las épocas. Puedo encontrar películas donde los personajes fuman y se dan 'besos de cine', no como ahora. También tienen películas y series actuales donde el abuelo se hecha novio, la madre folla en coche en el garaje, o el adolescente no sabe si es gay. Encontré de todo y el artículo no nombra.