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Internacional

Muere Constantino de Grecia, hermano de la reina Sofía

El exrey de Grecia, Constantino II, hermano de la reina Sofía, ha fallecido a los 82 años de edad en el hospital privado Ygeia de Atenas, donde había sido hospitalizado la semana pasada

El último rey de Grecia y hermano de la reina Sofía, Constantino II, ha fallecido a los 82 años de edad en una clínica privada de Atenas, el hospital Ygeia, donde fue ingresado la semana pasada. El monarca regresó a su país hace una década tras 46 años de un exilio que lo alejó de Grecia poco después de caer la Junta de Coroneles de 1974. Con ello llegó a su fin su breve -pero convulso- paso por el trono, de apenas siete años.

Junto al exmonarca se encontraba desde hace días toda su familia, incluidas doña Sofía y doña Irene, quienes habían acudido desde España para estar junto a él en sus últimos momentos de vida, según ha recogido EFE.

El monarca que dio paso a la Tercera República Helénica

Constantino fue un monarca cuyas polémicas medidas fueron el germen de un potente rechazo ciudadano que, unos meses después de la caída de la dictadura de los coroneles en Grecia, allanó el camino a que el país se convirtiera en una república. En 1974 se celebró un referéndum en el que el 69,2% de la población optó por la república.

Cuando a los 24 años Constantino sucedió a su padre, en marzo de 1964, ya era muy popular. En los Juegos Olímpicos de Roma de 1960 ganó en la competición de vela -clase Dragón- la primera medalla de oro para Grecia desde 1912.

Seis meses después de su coronación, en septiembre de 1964, centenares de miles de griegos llegaron a Atenas de todos los rincones del país para asistir a su boda con la princesa Ana María, de 18 años, hermana menor de la reina Margarita II de Dinamarca.

Poco después, en el verano del 65, miles de ciudadanos salieron a las calles en todo el país, esta vez en contra de la monarquía, en protesta por la destitución del primer ministro centrista, Yeoryios Papandreu. El político se había alzado un año antes con una aplastante victoria en las elecciones generales, bajo la promesa de poner fin a las violaciones de derechos humanos y transformar Grecia -a quince años de la guerra civil- en una democracia moderna. La inestabilidad política se alargó durante dos años y desembocó en el golpe de Estado de los Coroneles, el 21 de abril de 1967

Fue entonces cuando la reputación de Constantino, crucial como jefe de Estado en estas circunstancias, comenzó su declive. Primero reconoció el Gobierno de los golpistas para, ocho meses después, intentar derrocarlos con poca preparación y, desde entonces hasta la caída de la dictadura, abstenerse de toda crítica hacia ellos. Tras fracasar en su intento de poner fin a la Junta se mudó a Roma con su esposa, Ana María, y sus dos hijos mayores. Su siguiente destino fue Londres, donde nacieron sus hijos menores.

Nunca reconoció el referéndum republicano

Constantino nunca reconoció el referéndum que eliminaba su rol en el Estado y proclamó la Tercera República Helénica en 1974. Su reconocimiento era la condición que desde Atenas se le impuso para poder regresar a su país natal, y rechazarlo le mantuvo 46 años en el exilio.

En 1994 su situación fue a peor, ya que el Gobierno socialista de Andreas Papandreu le retiró la nacionalidad a la familia real y expropió sus bienes.

El nuevo milenio abrió la puerta a suavizar el trato que se dio al exmonarca desde el Estado griego: en 2002 el Tribunal Europeo de Derechos Humanos condenó al Estado griego a indemnizarle con 12 millones de euros por los bienes confiscados, y en 2010 el rey destronado comenzó a visitar esporádicamente Grecia. Lo hizo como invitado en yates privados de armadores, sin apariciones en público. También en 2010 su tercer hijo se casó, a pesar de haber nacido en el exilio, en la isla de Spetses, en una ceremonia a la que acudieron todas las casas reales de Europa. Después de ello se instalaría con su esposa en Atenas.

Vuelta al país disimulada por la crisis

En 2014, Constantino vendió su casa en Londres por 11 millones de euros y se instaló en Porto Jeli, conocido lugar de veraneo de muchos armadores griegos, donde permaneció este año en que, debido su delicada condición de salud, optó por trasladarse a Atenas para estar más cerca de los hospitales. De su exilio hacía ya 46 años.

El país que lo recibió se encontraba entonces devastado por los estragos causados por la crisis económica de 2008. Tras casi medio siglo de exilio, el retorno del último rey de Grecia pasó desapercibido.

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