La internacionalización de las pymes es clave para salir de crisis.
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El coronavirus ha supuesto un golpe de enormes dimensiones para la economía mundial. Con sectores enteros paralizados durante meses a causa de las restricciones impuestas por la pandemia, las ventas en niveles muy por debajo de lo habitual y el empleo pendiente de un hilo, todo el tejido empresarial se ha visto en mayor o menor medida afectado por la pandemia. Aunque, por una mera cuestión de músculo económico y estructural, son las pequeñas y medianas empresas las que más están sufriendo el impacto de esta crisis.
Una crisis que ha cambiado, posiblemente para siempre, la manera de trabajar y de hacer negocios en el mundo. Nada será como antes, aunque de esa transformación también surgen interesantes oportunidades. Pero, para que esas oportunidades fructifiquen, es fundamental ayudar a las pequeñas y medianas empresas a que puedan subirse a ese tren.
Una de las vías que las pequeñas y medianas empresas tienen para asomarse a esa ventana de futuro es a través de la internacionalización y la exportación. La salida al exterior es la mejor manera de ampliar exponencialmente el limitado radio de acción que suelen manejar y dar, así, a sus posibilidades de negocio un alcance global. Hoy la tecnología posibilita que compañías de casi todos los sectores de actividad puedan dar a su actividad una dimensión internacional con independencia del tamaño de su plantilla o cuenta de resultados.
El banco ayuda a más de 100.000 empresas a desarrollar su actividad internacional
El acceso a esas nuevas posibilidades de generación de ingresos que representa la internacionalización no es, sin embargo, sencillo. Costes, trámites, trabas legales o desconocimiento de los mercados destino se antojan obstáculos insalvables para muchas organizaciones de pequeño tamaño. Y en una situación como la actual, en la que la prioridad es la supervivencia, las pymes necesitan todo el acompañamiento que puedan recibir.
Santander ha dado un paso al frente en el apoyo al negocio internacional de las pymes españolas y, para ello, en el primer semestre de 2021 invirtió 10.260 millones de euros para financiar ese desembarco más allá de nuestras fronteras. Esta ayuda se ha articulado a través de diversas líneas de medidas como anticipos de exportación, financiación de las importaciones, avales o créditos documentarios.
Más de 100.000 empresas españolas realizan su actividad internacional con el apoyo de Santander, que ha reforzado los servicios digitales que presta a las compañías, para aumentar sus capacidades digitales con el seguimiento de pagos internacionales online o la gestión de la divisa.
La entidad refuerza sus canales digitales para mejorar el seguimiento de pagos internaciones online y la gestión de la divisa
Las Unidades de Negocio Internacional, una red de especialistas en los productos más complejos, es uno de los servicios más demandados por las empresas, que cada vez más, requieren información sobre las oportunidades de exportación de sus productos y que buscan también orientación sobre precios de importación.
Además de los servicios básicos para aumentar su presencia internacional, Santander ha puesto el foco en mejorar su propuesta de pagos. Las empresas pueden beneficiarse ya en sus transacciones internacionales del servicio de PagoNxt, una plataforma autónoma y global de pagos, clave en la estrategia del Grupo para conectar a las empresas.
Otras medidas de la entidad financiera dirigidas a potenciar la actividad internacional de sus clientes se han canalizado a través de iniciativas como Santander Trade, una plataforma digital que facilita la conexión con más de 16.000 empresas de distintos países para que entablen relaciones comerciales entre sí, y que ofrece valiosa información para que las pymes puedan identificar su potencial en el exterior. Otro servicio que, desde su creación en 2011, ha ayudado a más de 5.000 clientes a dar su salto al exterior, así como al establecimiento de más de 2.200 empresas extranjeras en España es International Desk.