Incrementar la conciencia ambiental es esencial para lograr un planeta más sostenible.
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La cuenta atrás avanza implacable. Ya solo restan ocho años para alcanzar el 2030, primero de los puntos de no retorno que la comunidad internacional se ha marcado para revertir el cambio climático antes de que sus efectos sobre el planeta sean irreversibles. Desde gobiernos e instituciones como Naciones Unidas o la Unión Europea están movilizando recursos y adoptando medidas dirigidas incrementar la conciencia ambiental y cumplir con la hoja de ruta marcada por los 17 Objetivos de Desarrollo Sostenible (ODS) y la Agenda 2030.
Pero siendo estos esfuerzos colectivos necesarios, no son suficientes para lograr la meta de una economía y una sociedad totalmente descarbonizadas antes del año 2050. Un objetivo tan ambicioso requiere la participación activa de la sociedad en su conjunto. Y para lograrla, la educación ambiental juega un papel fundamental.
Consciente de esta necesidad de incrementar la conciencia ambiental de la población y, de manera especial, de las nuevas generaciones, Banco Santander lleva tiempo impulsando distintas iniciativas con las que busca contribuir a una sociedad más conectada con las imperiosas necesidades del planeta.
Una labor que comienza con sus propios empleados. Un ejemplo de ello fue la acción realizada en junio del año pasado en la playa de Zarautz. Más de 100 voluntarios de Banco Santander y sus familias acudieron a esta emblemática playa de la costa vasca para realizar labores de limpieza y recogida de plástico y otros residuos. De esta manera, los trabajadores del banco tuvieron la oportunidad de poner en práctica su compromiso con la conservación del ecosistema.
Esta acción estaba enmarcada dentro de Natura, el programa del Santander en España para preservar el medioambiente y concienciar sobre la importancia de cuidar nuestro planeta frente al cambio climático. La iniciativa, que se puso en marcha en el año 2019, ha contado con embajadores de referencia, como la medallista olímpica, la nadadora Mireia Belmonte, e incluye distintas actividades que abarcan desde la reforestación de bosques, la limpieza de playas y riberas de ríos o la construcción y colocación de cajas nido realizadas con materiales reciclados para distintas especies de aves.
Más de 700 empleados voluntarios del banco y sus familias han participado en las distintas acciones promovidas por Santander Natura en playas, bosques o riberas de ríos de España
Hasta la fecha, más de 700 empleados voluntarios del banco y sus familias han participado en las distintas acciones promovidas por Santander Natura en lugares como las playas de Galicia o Asturias, los bosques de Toledo o Zaragoza o las riberas de ríos Tormes, Saja o Guadiana. Unos esfuerzos que han permitido la retirada de más de una tonelada de residuos.
Otros lugares en los que Natura está actuando para contribuir a la defensa del ecosistema son la Amazonía en Brasil, la Baja Silesia en Polonia o Chile, donde participa en proyectos de restauración de áreas degradadas e implementa corredores biológicos para la fauna nativa.
Una de las particularidades de Natura es que pone especial énfasis en los niños y adolescentes, como herederos naturales y protagonistas de un planeta cuyo incierto futuro se está dirimiendo en estos momentos. A través de talleres y otras iniciativas, el programa trabaja en contribuir en la toma de conciencia de los más jóvenes sobre la importancia de cuidar el medioambiente.
El tiempo juega en contra de la humanidad en su lucha contra el cambio climático. Y en esa carrera, la innovación es uno de los campos qué más puede contribuir a cumplir con los exiguos plazos de los que dispone. Los nuevos desarrollos digitales, apoyados en metodologías agile o en tecnologías exponenciales como la IA o el big data, son los principales atajos con los que cuenta el ser humano para reducir sus tiempos de respuesta ante los grandes desafíos climáticos.
Dentro de esta corriente de innovación como acelerador de procesos, el emprendimiento es una de las principales bazas a jugar de cara a impulsar nuevas formas de abordar las cuestiones medioambientales. Precisamente para estimular la puesta en marcha de iniciativas sostenibles que aporten soluciones innovadoras desde el mundo del emprendimiento, Banco Santander creó el reto global Santander X Environmental Challenge, en colaboración con Oxentia Foundation.
El emprendimiento es una de las principales bazas a jugar de cara a impulsar nuevas formas de abordar las cuestiones medioambientales
El certamen se articuló a través de un doble desafío lanzado a emprendedores de 11 países para que enviaran sus proyectos de orientación sostenible. Por un lado, Be Sustainable ponía el foco en la financiación y las inversiones verdes como principales vías para lograr una economía más resiliente, verde, inteligente, inclusiva y dinámica. El segundo de los desafíos, Be Mindful, buscaba las mejores soluciones que ayudaran a crear conciencia sobre la importancia de reducir la huella ambiental.
Otro de sus desafíos, Santander for the Seas, es una idea que parte de la Fundación Banco Santander para financiar propuestas destinadas a revertir uno de los grandes problemas a los que se enfrenta el planeta en la actualidad: el declive marino. Gracias a este programa, tres proyectos por convocatoria serán financiados con un total de 450.000 euros para estimular la economía azul.
La utilización del medio marino para producir energías renovables, proyectos que promuevan la recuperación y conservación de ecosistemas marinos y especies amenazadas o singulares de mares y océanos son algunos de los territorios que invita a explorar este proyecto, mediante el cual se quiere contribuir a la recuperación del medio marino. Un objetivo que se alinea con el Objetivo de Desarrollo Sostenible 14 de las Naciones Unidas "vida bajo el agua”, cuyo enunciado reza: "conservar y utilizar de forma sostenible los océanos, los mares y los recursos marinos para el desarrollo sostenible".
Santander for the Seas, además, sigue los pasos del programa de Recuperación de Patrimonio Natural, que lleva más de 15 años trabajando en la recuperación de especies emblemáticas como el oso pardo, las praderas marinas o el quebrantahuesos, entre otras.
Impulsado por Fundación Repsol, Grupo Sylvestris y empresas de la talla de Banco Santander, Motor Verde tiene como objetivo reforestar más de 70.000 hectáreas en nuestro país, plantando más de 60 millones de árboles, para compensar hasta 16 millones de toneladas de CO2 y, a la vez, generar 15.000 empleos. Unas cifras que lo han llevado a convertirse en uno de los mayores planes de reforestación de España. Como punto de partida, la entidad presidida por Ana Botín está participando en una de las primeras actuaciones del proyecto en Extremadura, concretamente en el entorno del municipio cacereño de Caminomorisco. Aquí, Banco Santander va a financiar la creación de tres bosques que cubrirán una extensión de más de 300 hectáreas y servirá para compensar la emisión de 82.000 toneladas de CO2, gracias a una contribución de 275.000 árboles y 1,5 millones de euros.