Voluntarios de Santander recogiendo residuos en una playa.
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La cuenta atrás para lograr detener el cambio climático ha entrado en sus momentos más decisivos. Según cifras de la institución Global Carbon Project, las emisiones mundiales de CO2 en 2022 alcanzaron cifras récord con 40.600 millones de toneladas emitidas. La buena noticia es que ya son muy pocos los que se atreven a minimizar la importancia de un problema que nos afecta a todos. Gobiernos, instituciones, ciudadanos y empresas están plenamente concienciados de que es imprescindible revertir la dinámica por la que transita el mundo si queremos dejar un planeta habitable a las generaciones futuras.
El último informe elaborado por el Grupo Intergubernamental de Expertos sobre el Cambio Climático (IPCC) –órgano de las Naciones Unidas encargado de evaluar los conocimientos científicos relativos al cambio climático–, alerta de que la quema de combustibles fósiles y el abuso incontrolado de la energía durante más de un siglo han provocado un calentamiento global de 1,1 °C por encima de los niveles preindustriales. El resultado de esta deriva son fenómenos meteorológicos extremos más frecuentes e intensos con impactos cada vez más peligrosos en la naturaleza y las personas en todo el mundo.
Como una de las entidades financieras más importantes del mundo, Banco Santander puede y quiere jugar un papel importante en ese cambio de mentalidad que supone la transición hacia una economía más sostenible. Una transformación transversal que afecta a prácticamente todas las actividades socioeconómicas, y en las que la actividad empresarial tiene un impacto determinante.
Conocedor de esa relación directa que existe entre el capital y la sostenibilidad, en 2021 Banco Santander se marcó unos ambiciosos objetivos de descarbonización que afectaban tanto a su propia actividad (la entidad es neutra en carbono desde 2020), como a la de sus clientes. En el horizonte, la ambición de alcanzar las cero emisiones de carbono en todo el grupo en 2050.
En 2021 Banco Santander se marcó unos ambiciosos objetivos de descarbonización que afectaban tanto a su propia actividad como a la de sus clientes
El compromiso de Banco Santander con la transición hacia la economía verde pasa por alinear sus objetivos estratégicos a los medioambientales fijados por el Acuerdo de París para 2030. Para ese año, Santander habrá dejado de prestar servicios financieros a clientes de generación de energía eléctrica cuyos ingresos dependan en más de un 10% del carbón térmico. Además, también contempla eliminar por completo su exposición a la minería de carbón térmico en todo el mundo y movilizará hasta 220.000 millones de euros en financiación verde entre 2019 y 2023. A finales del año pasado ya había alcanzado los 94.000 millones.
Santander dedica recursos también a reducir su propia huella ambiental, una labor que se materializa a través de dos líneas de actuación complementarias: la reducción de las propias emisiones de CO2, gracias al uso de energía procedente de fuentes renovables, entre otras medidas; y la compensación de las emisiones restantes, a través de su participación en iniciativas y proyectos de compensación de CO2.
En este contexto, la entidad ha desarrollado una estrategia de reducción y gestión responsable de los residuos generados con sus actividades, por ejemplo, mediante la reducción del uso de plásticos de un solo uso en todos sus edificios, la reducción del uso de papel y cartón con una disminución de estos residuos del 35% en el último año y otras medidas de reutilización o eliminación de desechos, además de la implantación de proyectos para combatir el desperdicio alimentario.
El compromiso de Banco Santander con la transición hacia la economía verde pasa por alinear sus objetivos estratégicos a los medioambientales fijados por el Acuerdo de París para 2030
Unas actuaciones que completa con una intensa labor de sensibilización sobre cuestiones medioambientales entre sus empleados, formación especializada y también el apoyo a multitud de iniciativas que trabajan para la conservación de los ecosistemas y la lucha contra el cambio climático.
Asumir un pleno compromiso con la sostenibilidad supone no conformarse con adecuar las propias actuaciones a parámetros sostenibles, sino que implica ir un paso más allá. Una milla extra que Santander aplica ayudando a sus clientes a recorrer ese mismo camino. Este apoyo incluye la gestión de los riesgos medioambientales y sociales de las actividades de sus clientes.
La entidad presidida por Ana Botín es un referente internacional en finanzas sostenibles gracias a sus productos y soluciones de banca corporativa e inversión. Santander ha sido un banco líder en financiación de energías renovables durante más de 10 años, sigue siendo líder en Europa y Latinoamérica y está entre los dos mejores bancos en número y volumen de las transacciones a nivel global.
Los proyectos nuevos de energías renovables que financió o asesoró en 2022 (Greenfield) contaban con una capacidad instalada de 15,6 GW y evitaron la emisión de 152 millones de toneladas de CO2 a la atmósfera, además de tener una capacidad de generación equivalente al consumo anual de 10,1 millones de hogares.
Santander pone a disposición de sus clientes, particulares, pymes y empresas, diversas soluciones para acompañarlos en la transición hacia una economía baja en emisiones
Santander también contribuye a la expansión, la mejora y la consolidación de proyectos de energías renovables ya existentes (Brownfield), con una capacidad instalada total de 14,8 GW. Pero no sólo apuesta por las energías renovables. También pone a disposición de sus clientes, particulares, pymes y empresas, diversas soluciones para acompañarlos en la transición hacia una economía baja en emisiones.
Productos como hipotecas verdes, préstamos para la eficiencia energética, arrendamientos para la instalación de energías renovables o préstamos para el transporte limpio o para la agricultura baja en carbono.
Además, Banco Santander impulsa también iniciativas de emprendimiento vinculadas a la sostenibilidad. Algunas de las más destacadas, son Santander X Global Environmental Challenge, un reto global para emprendedores con soluciones dedicadas al medioambiente que pase por la movilidad urbana o la transformación de residuos agrícolas; Santander X Global Challenge | Food for the future, con el que la entidad impulsa proyectos destinados a garantizar el abastecimiento de alimentos y que sean respetuosos con el medioambiente, y Santander X Global Challenge | Countdow to Zero, un reto basado en las emisiones cero para buscar soluciones innovadoras y sostenibles en el mundo de la automoción.