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McLaren Automotive traslada la alta competición a la carretera con el nuevo '720S'

La compañía británica refleja su idilio con la competición automovilística creando supercoches capaces de ofrecer prestaciones y estética muy personal.

Imagen del imponente aspecto del McLaren 720S. El motor está situado justo tras los asientos, con su salida de aire y la inconfundible silueta.

Los sueños, en ocasiones, se tornan en supersueños. Del mismo modo, hay deportivos que reúnen méritos suficientes para ocupar un espacio preferente en la liga de los supercoches, el espacio donde surgen los sueños y los deseos superlativos. McLaren ha construido un escenario en su visión de calle, McLaren Automotive, que no solo incide en la historia de la marca desde que Bruce McLaren lanzara su apuesta en el mundo de la competición, sino que va más allá. McLaren ha construido, desde 2010, una división exclusiva basada en la excelencia, en productos que heredan tantas virtudes de la alta competición como protagonizan apuestas que marcan su independencia y que avanzan hacia el futuro.

Así, pueden presumir de haber completado a lo largo de estos años una gama de coches que, como bien dicen en la compañía, son el fruto de asumir riesgos y traspasar fronteras. Por encima de los cánones establecidos, en McLaren se construyen coches con el corazón. Un corazón poderoso en forma de propulsores de alto rendimiento e inconfundible sonido. Un buen ejemplo de todo ello se encuentra en el McLaren 720S, el supercar nacido en 2018 y que es propulsado por un potente motor, M840T biturbo V8 de 720 CV y 4,0 litros, y que no solo muestra su carácter sino que ofrece un rendimiento que se adapta a la perfección a cualquier circunstancia de conducción. McLaren, como bien marca su ideario, tiene en sus motores uno de los signos de distinción, pero no es el único.

Su silueta, aerodinámica e impactante, ha inspirado su diseño en el gran tiburón blanco.

Empecemos por su estructura. La utilización de la fibra de carbono forma parte ya del legado McLaren a la innovación en el mundo del automóvil. Utilizada por primera vez en 1985, es uno de los detalles diferenciales en los productos McLaren Automotive. En el 720S se traduce en un chasis monocasco MonoCage II de fibra de carbono; esta innovadora tecnología se introdujo por primera vez en el McLaren P1™. Ahora, además, incluye el techo. Esta cabina es única en la categoría de los supercoches y tiene como virtudes solidez, ligereza y rigidez, lo que redunda en la dinámica de conducción, además de ofrecer una adecuada protección a los ocupantes del vehículo. Esta estructura, exclusiva del 720S, se extiende por encima del motor e incluye puertas de tipo mariposa. Es, además, muy liviana, lo que redunda en el comportamiento del coche.

Interior del automóvil.

Hablar de McLaren Automotive es pensar también en el diseño, concebido por y para el conductor y, por supuesto, para crear la experiencia de conducción más apasionante del mundo. Por ello, se prescinde de información superflua, y toda ella está al alcance de la mano y de la vista para que nada nos distraiga del objetivo: disfrutar de la conducción. Pero además de una visión óptima, el habitáculo es tan confortable y cómodo que hace que la experiencia sea todavía más apetecible. Por ejemplo, los colores elegidos por los diseñadores, que se inspiran en lo que nos rodea; para nada están pensados en parámetros automovilísticos, más bien lo hacen inspirados por el arte, la naturaleza…

Parte trasera del automóvil, donde se sitúa el motor.

Hay un último detalle –no menos importante– para entender lo que ofrece un McLaren como experiencia individual; y no es otro que la posibilidad de personalizar el vehículo. De ello se la encarga la división McLaren Special Operations (MSO), donde trasladan los deseos del futuro conductor a un diseño único. Como los sueños, son irrepetibles.

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