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Diseño

El nuevo Cartier Clash es un tributo a la libertad creativa del Londres de los año 60

La maison reedita este icono relojero en exclusiva para su boutique de New Bond Street, en el corazón de la capital británica.

La reedición del Cartier Crash es un homenaje a la energía creativa del Londres de los años 60.

Existen piezas en el mundo de la alta relojería que acaban convirtiéndose en símbolos estéticos de una época; bien por su diseño, reflejo de las transformaciones artísticas y culturales, bien por las innovaciones tecnológicas que la industria relojera implementa en sus creaciones. Este es el caso del Cartier Crash, el reloj creado en 1967 por Jean-Jacques Cartier, hijo del fundador de la maison francesa, durante la efervescencia creativa del Londres de los 60. Se trata de uno de los modelos más emblemáticos de la firma, pues fusiona los estímulos del pop art, encargado de redefinir el paradigma de lo moderno a través de una estética inspirada en lo cotidiano, con la elegancia que caracterizan las creaciones de Cartier.

Desde el año de su creación, se han realizado un número limitado de ejemplares, aunque en la actualidad el Cartier Crash continúa siendo uno de los modelos más buscados por clientes, coleccionistas y celebridades. Su silueta poco convencional es resultado del carácter audaz de la maison, pues se dice que está inspirado en un reloj destrozado en un accidente automovilístico y llevado al taller Cartier de Londres para su reparación. El lanzamiento de esta pieza capturó la energía creativa de la capital británica durante la década de los 60 gracias a su esfera asimétrica, que consiguió revolucionar los códigos estéticos de la relojería de lujo.

Un emblema actualizado

La maison reinterpeta ahora su diseño original impulsando sus límites estéticos y formales, y lo hace en exclusiva para su boutique ubicada en New Bond Street, en Londres. Los artesanos optaron por integrar una caja de platino junto a algunos de los códigos tradicionales de la casa, como números romanos, manecillas de acero azulado en forma de espada y un cabujón de rubí, engastado en una corona de cuentas. El Cartier Crash está equipado con un movimiento mecánico Manufactura de cuerda manual, calibre 1917 MC y los detalles de la esfera permanecen fieles a los del ejemplar original de 1967. Esta reedición presenta un grabado especial en el reverso y se presenta con una correa de piel de becerro en tono gris piedra.

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