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De Marlon Brando a Pablo Picasso: las mascotas de los famosos y sus parecidos razonables

Mientras haya mujeres y hombres, habrá mascotas; y sus amos las amarán a veces más que a sus parejas. En esta selección de imágenes, los protagonistas no entienden de focos ni de pleitesías.

Foto: Getty Images.

Se les llama animales de compañía, porque para muchas personas son un antídoto contra la soledad, y bajo ese título se reúnen, como en el Arca de Noé, casi todas las especies. Entre otras funciones, pueden ser como el amigo que te escucha y, con su silencio, asiente a todo lo que dices. O como una especie de Diario en el que registramos todo cuanto hacemos y sentimos. A las mascotas puedes convertirlas en testigos de tu rabia incontenible, de las penas de amor, de tus más serias reflexiones sobre el destino. Tal vez no comenten nada, pero muestran una atención impagable.

De su compleja relación de ida y vuelta con los humanos, podemos apreciar aspectos extraordinariamente diversos. Hay quien busca en ellos el niño que fue, y en ese caso necesita una mascota juguetona, imparable, incansable, aventurera. Otros, en cambio, prefieren que sea como una manta en invierno, una compañía quieta y que te dé calorcito, que se adapte a sus formas. Hay mascotas elegidas desde el narcisismo, y esas ofrecen nuestra imagen reflejada, lo que no siempre coincide con lo que somos, sino con lo que nos gustaría parecer o ser. Esta selección resume todo ello, con ciertos parecidos ¿razonables? Juzguen ustedes mismos.

Marlon Brando

Iguales y opuestos. Marlon Brando (arriba en la imagen) está en el punto culminante de la primera etapa de su belleza, que siempre fue sensual. De joven no era todavía barroco, sino rococó, igual que su teckel de pelo corto, que es la versión urbana de su hermano de pelo duro. Las personas buscan a veces la semejanza con sus mascotas.

Getty Images.

Mia Farrow

Su mejor amigo de Hollywood. Mia Farrow, con su gata persa, en 1964. La actriz denunció en 2016 junto a Madonna las cacerías de los hijos de Donald Trump.

Getty Images.

Pablo Picasso

Calorcito. Para el hiperactivo Pablo Picasso, permanecer sentado durante un buen rato siempre fue una heroicidad. Seguro que jamás le hizo una concesión semejante a ninguna de sus mujeres ni a ninguno de sus hijos. Su perro, un teckel de pelo duro, cazador temerario, suele ser también hiperactivo. El hombre se ha dejado hipnotizar por el calorcito y la respiración lenta de ese cuerpo diminuto pegado al suyo. Pablo se mantiene despierto, pero concentrado. Y quieto. Todo por no despertar al chucho.

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Marilyn Monroe

Simbiosis. Toda la belleza del mundo se reúne en esta imagen en la que Marilyn sujeta a sus dos teckels de pelo corto. Era partidaria de que la mascota debería ser a imagen y semejanza de la principal cualidad de su dueña. Ella, más atenta a su propia imagen y a su idilio con los objetivos de las cámaras, vivió enamorada a esos ojos ciegos a los que sabía mirar con entusiasmo.

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Steve McQueen

A imagen y semejanza. Steve McQueen con su pastor alemán. Ambos eran igualmente potentes en lo físico, pero mansos en lo anímico.

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Brigitte Bardot

Defensora de los animales. Brigitte Bardot posa con su primer libro para niños, rodeada de algunas de sus inseparables mascotas, en 1978. La sex symbol del cine de los 60 creó la Fundación Bardot, que defiende la protección de las mascotas y animales salvajes de todo el mundo.

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Frida Kahlo

Los monos de Frida. La pintora y poetisa junto a su esposo, Diego Rivera, con uno de sus monos mascota frente a una muestra de restos arqueológicos en México en los años 40.

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