Minimalismo y respeto por el entorno se encuentran en el nuevo Hôtel des Horlogers

Las primeras impresiones son las que cuentan. Pues bien, al acercarse al Hôtel des Horlogers, en Le Brassus (Suiza), ya se intuye que no vamos a entrar en un hotel convencional y típico de esta zona de Suiza, aunque eso sí, su fisonomía se integre a la perfección en un paisaje dominado por la naturaleza, la de La Vallée de Joux. Eso es lo que ofrece esta estructura que serpentea por el terreno para acomodarse visual y espacialmente, como si fuera uno solo, con los prados circundantes. Aunque el elemento definitivo es el compromiso sostenible del hotel, que alcanza a cada ejecución: desde la selección de materiales ecológicos a la protección del suelo y el consumo de baja energía. Una visión medioambiental que ha hecho que el Hôtel des Horlogers abra sus puertas –lo hizo el pasado 2 de junio– con la certificación Minergie-ECO® de eficiencia energética y construcción ecológica como uno de sus indudables atractivos.

De hecho, en el agua caliente y la calefacción, el sistema se basa en el uso de la madera, y hay 126 paneles fotovoltaicos que suministran buena parte de la energía necesaria. Además, el agua de consumo, de Le Brassus, se embotella en las propias instalaciones, mientras que los residuos orgánicos se transforman en biomasa. El hotel pretende que el plástico, su uso, sea casi testimonial; por eso emplea artículos de un solo uso biodegradables y dispensadores ecológicos, lo que supone una reducción del 67% de los residuos y minimiza el impacto ambiental.

En total, son 8.715 metros cuadrados los que contemplan este territorio boutique de cuatro estrellas superior en el que se han dispuesto un total de 50 habitaciones –de ellas, 12 son suites–, y donde la restauración también tiene su lugar preponderante, con dos restaurantes y un bar; todos al cargo del reputado y ‘estrellado’ chef Emmanuel Renaut. La oferta del Hôtel des Horlogers se completa con un centro de bienestar y dos salones destinados a reuniones y conferencias.

Pero si hay algo que llama la atención del nuevo espacio –no hay que olvidar que este emplazamiento ha hospedado viajeros desde que el Hôtel de France abriera sus puertas en 1857– es su diseño. La idea se gestó en BIG–Bjarke Ingels Group y ha sido ejecutada por el estudio de arquitectura suiza CCHE. Ambos ya colaboraron en la realización del Musée Atelier Audemars Piguet, que se halla situado a escasos metros y uno de los destinos posibles de quienes visiten el hotel. La arquitectura vanguardista del edificio sigue la topografía de La Vallée de Joux a base de rampas en zigzag. Esa integración en la naturaleza se completa en el interiorismo realizado por la firma AUM Pierre Minassian, y que rinde tributo al paisaje circundante. Un detalle más de este compromiso se encuentra en que los restaurantes se basan en ingredientes locales de temporada. Pero no solo, porque otro de los elementos distintivos es la colaboración con entidades locales a fin de reducir la huella de carbono, sostener a las comunidades locales y participar en la economía de la región. Los productos locales representan el 70% de los utilizados en el hotel. Concebido como punto de encuentro de los amantes de la relojería y la arquitectura –pero no solo–, el Hôtel des Horlogers establece un nuevo paradigma del descanso… y un reencuentro con la naturaleza.