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Arnau Aguilar, la sastrería masculina apuesta por el pantalón ancho

En nuestro recorrido por los sastres que marcan tendencia, dedicamos esta quinta entrega a la calidad y la personalización que han llevado al sastre catalán a ser referente en el vestidor masculino.

Se podría recurrir al tópico de que Arnau Aguilar ha desarrollado su carrera como sastre “puntada a puntada”, si por eso se entiende que ha ido aprendiendo el oficio poco a poco, con paciencia y de la mano de grandes maestros. Y lo cierto es que ha sido así, porque los clichés a veces también dicen verdades. El artesano estudió y trabajó como diseñador industrial, hasta que decidió aprender patronaje como afición. Un día conoció a un sastre de 70 años que le hizo de cicerone en el oficio: “Un día, pasando por delante de su taller, sin conocerle de nada, me propuso que entrara para contarme todo lo que hacía”. Y a los cuatro años ya estaba dejando su trabajo para dedicarse a la sastrería artesana de manera profesional; primero en Blasi, después en la prestigiosa Santa Eulalia, ambas en Barcelona. “La sastrería para mí es arte, es una manera de interpretar lo que necesita una persona para transmitir carácter y personalidad”, apunta.

En 2015 se independizó y montó su propia firma: clásica en el oficio, contemporánea en ciertos cortes. “La sastrería no vive de las tendencias, entendiendo que son prendas de larga durabilidad; para mí la tendencia de la sastrería la marca cada cliente. Yo interpreto y realizo una prenda personalizada en base a las peticiones y necesidades de la persona en cada momento”, explica. Y, de hecho, cuenta con orgullo que ha adaptado y ajustado de un padre para su hijo trajes realizados hace 50 años, y “parecen como nuevos”. Es un sastre bespoke 100% artesanal, que confecciona desde trajes a gabardinas, tabardos, saharianas…, con tejidos de fabricantes como Loro Piana, Drapers, Caccioppoli o Gorina. Sus camisas están hechas a medida y a mano: “Es mi punto diferencial, hoy en día es muy difícil encontrarlas en ningún lado (…). La sociedad cada vez más valora la calidad y durabilidad de la ropa, y la proximidad en la producción, y ambas características las cumple la sastrería. El público valora cada vez más el trabajo artesano y personalizado de un sastre”.

Para esta temporada, Arnau Aguilar apuesta por una prenda clave en el traje masculino: el chaleco. “Es una prenda que hasta hace poco casi no se utilizaba, solo en ceremonias, pero cada vez se lleva más en el día a día; creo que el tres piezas está de vuelta con más fuerza, el chaleco empieza a ser tendencia de nuevo”. El sastre también hace un alegato a favor del pantalón ancho, que viene con fuerza “después de unos años de haberse llevado modelos más slim”. En cuanto a cuellos, apuesta por el collar club, “un cuello de camisa con puntas redondeadas que marca una diferencia importante con el resto, y le da un toque más desenfadado a la clásica camisa a medida”, añade.

Para este otoño-invierno, Arnau se elaborará a sí mismo un traje con un tejido con una mezcla de lana y seda de 450 gramos, de tres piezas, con una americana de tres botones, dos aberturas laterales y algún detalle más especial. “Será elegante pero con estilo sport. Cada vez más personas visten de sastre con un estilo más informal y desenfadado, pero quieren hacerlo con estilo y personalidad propios y que esas prendas tengan una alta calidad; les gusta que les quede perfectamente, lo que ayuda a estilizar cualquier tipo de cuerpo; cada vez tengo más pedidos de ropa a medida con un corte más deportivo”.

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