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Yolanda Díaz: 25 años creando y destruyendo coaliciones de izquierda para sobrevivir ella

Yolanda Díaz tiene una experiencia acreditada en la creación y destrucción de coaliciones a la izquierda del PSOE durante su etapa en Galicia. Sumar es su apuesta más arriesgada por la resistencia de Podemos

Yolanda Díaz
La vicepresidenta segunda del Gobierno y ministra de Trabajo y Economía Social, Yolanda Díaz. Europa Press

Yolanda Díaz (Fene, Galicia, 1971) es una superviviente. Pocos políticos han surfeado mejor las turbulentas aguas del espacio a la izquierda del PSOE. Díaz ha sido inmune a los vaivenes habituales de esta parte del espectro ideológico, víctima generalmente de atomización y luchas cainitas que suelen llevarse por delante siglas, partidos, plataformas; y por supuesto a sus líderes. Sumar es la criatura con la que Díaz aspira a reunir bajo su liderazgo a la izquierda no socialista en las elecciones generales de final de año.

La puesta de largo de la nueva plataforma electoral será el Domingo Ramos. Y el parto viene con dificultades por el choque entre Díaz y Podemos, que amenaza con descarrilar toda la operación. Sumar es una opa a la hegemonía que la formación morada ostenta a la izquierda del PSOE desde su irrupción en 2015. La tensión es tan evidente que ya nadie la disimula, tal y como quedó patente en el primer discurso de la vicepresidenta como candidata a La Moncloa en la moción de censura de Vox esta semana.

Para entender la capacidad de Díaz de prevalecer ante cualquier obstáculo hay que viajar a su Galicia natal. Los orígenes políticos de la ministra de Trabajo y futura candidata a la presidencia evidencian su capacidad de saltar de coalición en coalición y sobrevivir a todas ellas cuando se deshacían en pedazos. Lo hizo en varias ocasiones. Y ahora ha exportado ese modelo a la política nacional.

Mala política sería Yolanda si no se aprovechase de la coyuntura. Reprocharle que haya sabido leer la coyuntura en Galicia es una forma de elogio"Gaspar Llamazares

Yolanda Díaz, de IU a En Marea

Díaz estuvo vinculada a Izquierda Unida en Galicia desde el principio. Fundó un despacho laboralista en Ferrol en 1998. Nadie de los que compartieron siglas con ella en aquellos tiempos recuerda que el despacho tuviera una gran actividad. "El despacho era más bien para brujulear en la política y ver qué opciones tenía. No duró nada", explica a Vozpópuli un concejal que la conoció en aquellos tiempos. "Destacó por ser una persona con gran instinto, habilidad y la capacidad de medrar muy rápido".

Díaz se convirtió en candidata a la alcaldía de Ferrol por Esquerda Unida-Izquierda Unida (EU-IU) en 1999. Lo hizo de la mano del carismático dirigente comunista coruñés ya fallecido Fernando Miramontes. Se quedó fuera del ayuntamiento por un puñado de votos. Repitió como cabeza de lista en 2003 y ahí empezó su despegue. Duplicó su porcentaje de votos y entró al consistorio del municipio coruñés con dos ediles. Su consistencia y los buenos resultados en las urnas habían llamado la atención del que era coordinador general de Izquierda Unida, Gaspar Llamazares.

"Ya en su etapa de oposición en el Ayuntamiento de Ferrol me daba una impresión que es la misma que tengo hoy", recuerda Llamazares en conversación con este diario. "Esa rara, por infrecuente, mezcla entre la firmeza política pero amabilidad y flexibilidad en las formas. Esta sensación se ha consolidado con su papel en el Gobierno de España. Ha jugado un papel de concertación y negociación, pero que no niega los cambios y reformas que ha encabezado".

En 2007, Díaz repitió por tercera vez como candidata. Duplicó el número de concejales: de dos a cuatro. Y alcanzó un pacto con el PSOE para gobernar Ferrol en coalición. El acuerdo fue turbulento y no duró ni dos años. El alcalde era el socialista Vicente Irisarri, que ha optado por no valorar públicamente a aquella época. Otros concejales, sin embargo, guardan un pésimo recuerdo de su paso por el Gobierno de la ciudad.

"A Yolanda le deseo suerte en la gestión de los asuntos públicos que le corresponden, pues será bueno para todos; y a eso me limito", señala Irisarri a Vozpópuli. "La realidad es que no dejó un solo amigo ahí. Nadie guarda un buen recuerdo de ella", añaden otras fuentes. "Si te das cuenta sus apariciones en Ferrol o en Galicia son siempre muy puntuales y limitadas".

Nadie guarda un buen recuerdo de ella. Es un cascarón vacío. No tiene fondo. No hay nada bajo esa superficie"

Ferrol: pacto fallido con el PSOE

A partir de ese momento, Díaz comenzó una carrera meteórica por la política autonómica gallega. La pérdida del espacio de Izquierda Unida le llevó a impulsar diferentes acuerdos de coalición, que fueron muy polémicos a posteriori. Fueron tres experimentos fallidos. Díaz ha salido indemne políticamente de todos ellos. El primero, todavía sin Podemos, fue la llamada Alternativa Galega de Esquerdas (AGE), una amalgama de formaciones de izquierda que lideraba el histórico Xosé Manuel Beiras con Anova, una escisión del BNG.

AGE dio la campanada en 2012 como tercera fuerza en el Parlamento gallego con nueve escaños. Pablo Iglesias participó como asesor en aquella campaña. Y ahí surgió la sintonía política entre ambos. Díaz se hizo un sitio en la política gallega con un discurso similar al que después exportó al Congreso. Pero muchos de sus rivales en Galicia consideran que Díaz "es un cascarón vacío". "Yo la conozco bien y la he sufrido", explica un ex dirigente del PP gallego en aquellos años. "No tiene fondo. No hay nada bajo esa superficie".

Beiras es probablemente el dirigente político que más ha criticado a Díaz en público. Y le acusa de traicionarle siempre que tiene la oportunidad y alguien le pregunta. El pulso por controlar AGE derivó en una ruptura que facilitó Iglesias con Podemos. El choque entre Díaz y Beiras dio origen a las llamadas Mareas gallegas, que fueron impulsadas por una sociedad civil desencantada. Las Mareas conquistaron las alcaldías de las tres principales ciudades coruñesas en las municipales del 2015.

Yolanda utilizó En Marea para hacer su carrera en Madrid"Xosé Manuel Beiras

La traición a Beiras

Díaz se subió rápidamente a esa para impulsar la coalición En Marea junto a Beiras e Iglesias. Y dio el salto a la política nacional. Es en ese punto en el que Beiras sitúa la gran traición de la vicepresidenta, a la que culpa de deshonrar el acuerdo y utilizar En Marea exclusivamente como una confluencia de Podemos pensada para su propio beneficio, en este caso en el panorama nacional. "Yolanda utilizó En Marea para hacer su carrera en Madrid", dijo Beiras en una recordada entrevista en La Voz de Galicia en septiembre del 2022.

Otra vez la división. Una nueva ruptura dio origen a Galicia en Común, la plataforma con la que Díaz entró al Congreso en 2019 y al Gobierno de coalición de Iglesias y Pedro Sánchez. "Un político es un estratega al mismo tiempo", considera Gaspar Llamazares sobre las críticas que se vierten contra Díaz por estos vaivenes. "Mala política sería si no se aprovechase de la coyuntura, si no supiese leer la coyuntura. Reprocharle que haya sabido leer la coyuntura en Galicia es una forma de elogio. Es lo que se espera de ella en los próximos meses".

La imagen de Díaz se ha disparado en el Gobierno con el apoyo de Iglesias. Cuando el líder de Podemos se marchó de candidato a Madrid y posteriormente cuando dimitió siempre dejó entrever que ambos habían jugado el papel de poli bueno, poli malo para lanzar la candidatura de Yolanda Díaz a las generales.

"Yolanda representa un espacio más transversal, que tiene que ver con contenidos políticos y no solo con las formas", explica Llamazares. "Es un espacio más amable y menos ideológico, que puede considerarse bajo el epígrafe de laborismo".

Yolanda Díaz habla con Pablo Iglesias

El día que Sánchez enterró a Podemos

Es difícil establecer cuándo y cómo empezó a torcerse la relación entre Díaz y Podemos. O Díaz e Iglesias. Pero la llegada de Alberto Núñez Feijóo a la presidencia del PP, el resultado de Andalucía y el desplome tanto de Sánchez como de la formación morada en las encuestas provocaron un cambio en el discurso del presidente del Gobierno.

Fue hace un año, en abril del 2022, cuando Sánchez dijo en televisión que la supervivencia de la coalición en las próximas generales dependería de un acuerdo entre el PSOE y "el espacio que representa Yolanda Díaz". Nada de Podemos. Este ninguneo, el lanzamiento del proceso de escucha de Sumar y los choques constantes de Podemos y el PSOE en la recta final de la legislatura han elevado la tensión a un nivel inédito. Y nadie se atreve a descartar que este espacio a la izquierda del PSOE acuda fracturado a las elecciones.

Díaz hizo su primer discurso como candidata en la moción de censura. Su lectura política, como hizo tantas veces en Galicia, sugiere que el tiempo de Podemos toca a su fin. La vicepresidenta ha ofrecido una salida tanto a IU -su partido original como miembro del Partido Comunista- y al resto de fuerzas de izquierda como la de Íñigo Errejón, Compromís en Valencia o En Comú en Cataluña. Pero tanto Iglesias, como fundador de Podemos, así como sus actuales dirigentes -las ministras Ione Belarra e Irene Montero- quieren un protagonismo claro del partido morado como fuerza preponderante de Sumar.

"Yolanda fue la apuesta no solo de los que la respaldamos desde el principio sino del propio Podemos y de Pablo Iglesias. Los objetivos son compartidos y estamos condenados a entendernos", asegura Llamazares. "No hay que ponerse nerviosos, ni condicionar sus tiempos. Ella tiene que volar sola y establecer sus ritmos. Hay que darle un margen de confianza".

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