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Interior deja sin reponer las plazas de 114 guardias civiles en las vallas de Ceuta y Melilla

Jucil presenta un informe al Defensor del Pueblo donde alerta de la falta de agentes y de medios en la frontera de Ceuta y Melilla

Más de un mes después del violento asalto a la valla de Melilla toca hacer balance. La Asociación Profesional Justicia para la Guardia Civil JUCIL ha presentado este lunes un informe ante el Defensor del Pueblo donde evalúan las 48 frenéticas horas que sufrieron los agentes del instituto armado con millares de inmigrantes en la frontera. Hasta 50 guardias civiles y tres policías nacionales resultaron heridos, según el texto al que ha tenido acceso Vozpópuli.

El encuentro se ha celebrado en Madrid y por parte de la asociación ha acudido su secretario general, Ernesto Vilariño. Teresa Jiménez Becerril ha asistido a la reunión que había reclamado hace días. "Nuestro deseo es que los datos que aportamos sean tenidos en cuenta en la elaboración del informe del que habló en su día el Defensor del  Pueblo", dijo Vilariño.

La reunión de Jucil en el Defensor del Pueblo por la situación de la frontera en Ceuta y Melilla

Para el secretario general de Jucil, la situación de guardias y policías en la frontera sur de Europa es de "precariedad en los medios y en el número de efectivos". "Corren numerosos peligros, porque los inmigrantes que consiguen sobrepasar la valla en ocasiones atacan a los agentes con ganchos punzantes con el ánimo de zafarse”, ha resaltado el líder de la asociación.

El informe de Jucil denuncia que en Ceuta faltan 35 guardias civiles (5,4%) para cubrir el catálogo de puestos de trabajo. En este territorio hay una plantilla de 608 efectivos. Por su parte, en Melilla no hay cubiertas 79 plazas (12,4%) del total de 634 agentes.

Mafias de tráfico de personas

Ante estas cifras, la asociación exige que el Ministerio del interior debe cubrir estas plantillas y luego aumentarlas, ya que se debe llegar a un mínimo de unos 800 efectivos destinados de forma permanente. Todo ello cuando se ha cumplido un mes de los violentos acontecimientos que ocurrieron entre el 2 y el 3 de marzo en la valla de Melilla.

Entre el paso de Beni Anzar y el Barrio Chino, una zona de 3,800 kilómetros de perímetro, un grupo de 2.500 inmigrantes de origen subsahariano saltaron la valla. Estas personas formaban parte de un grupo de 4.000 que se encuentran asentados en las inmediaciones del Monte Gurugú (Marruecos). Consiguieron entrar 500 de ellos con una violencia inusitada.

Para Jucil este grupo actuó con una "estrategia coordinada por las mafias de tráfico de personas", además de "provistos de garfios afilados, arrojando piedras, cal viva y orines a los agentes de la Guardia Civil". Resultaron herido 53 miembros de las fuerzas y cuerpos de seguridad.

Un agente casi "degollado"

Uno de los casos más grave fue el caso de un guardia que casi resulta "degollado" ya que fue alcanzado en el cuello por uno de los garfios pero le salvó el protector de cuello de su chaleco anti-trauma. Estos sucesos ocurrieron cuando aún estaba en la retina el recuerdo del pasado 17 de mayo cuando 3.000 inmigrantes intentaron saltar la valla en Ceuta.

En su informe, recuerdan que llevan tiempo reclamando al Gobierno de Pedro Sánchez la finalización de los trabajos en la valla, ya que falta la instalación en esta zona de los peines invertidos. Estas obras se hacen a un "ritmo irrisorio" de unos 12 metros al día, según Jucil.

Además, la asociación exige que se dote a los agentes de medios antidisturbios acordes a las amenazas a las que se enfrentan y se implanten determinadas medidas. Entre estas iniciativas, se encuentra la creación de dos equipos USECIG (una unidad de élite en el cuerpo) de unos 60 efectivos en cada una de las ciudades autónomas lo que evitaría el desplazamiento de otras unidades desde el territorio nacional.

Drones y puestos avanzados

También proponen establecer puestos avanzados a lo largo del perímetro, un equipo de drones y más dotación de medios materiales para los agentes. Entre estos medios reclaman armas largas no letales, mascaras con filtros o botas ante posibles torceduras de tobillos.

Para finalizar Jucil critica las noticias que ponen en tela de juicio la profesionalidad de los efectivos. En concreto analizan una imagen en la que unos agentes golpean con sus defensas a un individuo que acaba de saltar la valla. Consideran que es una manipulación por parte de algunos medios ya que momentos antes de la grabación este inmigrante se abalanzó de forma violenta contra ellos y se negó a soltar los garfios que portaba.

Esta asociación recuerda en su informe que cuando se publicaron estas imágenes el Defensor del Pueblo tuvo una "rápida respuesta". Decidió iniciar una actuación de oficio por un uso "desproporcionado de la fuerza de los agentes".

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