El PSOE confía en que el Rey proponga a Pedro Sánchez como candidato a la investidura tras lo ocurrido en la constitución de la Mesa del Congreso. El presidente del Gobierno en funciones, que tras el 23-J parecía dispuesto a dejar ir a Alberto Núñez Feijóo, cambió de opinión antes de marcharse de vacaciones. Y ahora busca esa designación para controlar los tiempos de la negociación. La Moncloa tiene una fecha límite que no quiere sobrepasar de ninguna manera: la cumbre informa de jefes de Estado y de Gobierno de la Unión Europea que se celebrará en La Alhambra de Granda el 6 de octubre.
"La presidencia española quedó tocada por lo ocurrido en la cumbre con los países de América Latina en campaña", explican fuentes del Gobierno a Vozpópuli. "El Consejo Europeo de La Alhambra es una fecha marcada en rojo en el calendario con la que Sánchez quiere exhibir su renovado mandato ante todos sus homólogos, que por cierto lo daban por muerto políticamente hace solo unas semanas".
El dilema del Rey
Felipe VI inicia este lunes una ronda de consultas de dos días con los líderes de los grupos parlamentarios. El Rey tiene ante sí el dilema de proponer a Sánchez y su bloque de separatistas y nacionalistas, que sumaron 178 votos en la mesa del Congreso, o mantener la tradición no escrita desde la llegada de la democracia de encargar la formación de Gobierno al candidato de la lista más votada: el líder del PP, Alberto Núñez Feijóo.
A pesar del fiasco en la votación de la Mesa -el PP se quedó con 139 apoyos-, Génova cree que nada ha cambiado. Una opinión que, por cierto, no comparten muchos cargos en el seno del partido. La dirección popular considera que Feijóo es el candidato que debe ir a la investidura. A pesar del rifirrafe con Vox, el PP cuenta con sus votos en una hipotética investidura y el presidente del PP puede explicarle al monarca que parte con 172 síes (PP, Vox, UPN y Coalición Canaria).
Ferraz, por su parte, da por hecho que Feijóo no tiene nada que hacer. El bloque separatista que sostiene a Sánchez asegura que la investidura requiere otros pactos distintos a la Mesa que no están cerrados. Sin embargo, el resultado tan contundente de la semana pasada anticipa que habrá acuerdo.
Para el PSOE que Sánchez sea el candidato es clave por una cuestión de tiempos. El horizonte del 6 de octubre está más cerca de lo que parece, además de que el Gobierno debe presentar Presupuestos y tiene pendiente de solicitar el cuarto pago de fondos europeos, que son 10.000 millones de euros. "Poner límites temporales a este tipo de negociaciones es clave", admiten estas fuentes.
En ese sentido, el presidente tiene claro que manejar los tiempos es determinante. El calendario que maneja el PSOE si el Rey opta por Sánchez es claro. Lo primero es cerrar el nuevo acuerdo de coalición, esta vez con Sumar. Este pacto, que se da por hecho, requiere su liturgia.
Primero Sumar, luego los separatistas
Habrá un nuevo documento programático que sirva de hoja de ruta a la legislatura. Pero lo más importante es el reparto de ministerios y los nuevos nombres que formarán parte del Consejo de Ministros. Y aquí no solo habrá negociación entre Sumar y el PSOE. También la habrá dentro de la propia plataforma de Yolanda Díaz.
Una vez cerrada la coalición, el PSOE tiene que cerrar acuerdos de investidura con PNV, EH Bildu, ERC y Junts per Catalunya. Es una tarea ardua. Cada uno de estos partidos que compiten entre sí en Cataluña y el País Vasco y tienen que vender sus propios logros. En el caso del País Vasco todavía adquiere más importancia al estar la legislatura a punto de concluir y las elecciones autonómicas a menos de un año.
Esta fase de desgaste es que la Sánchez quiere concluir lo más rápidamente posible. Y buscar la investidura después de la Diada, en la segunda mitad de septiembre. El objetivo es exhibir poder frente a sus socios europeos en un escenario como La Alhambra, donde el Gobierno confía en repetir la buena imagen que dejó en todo el mundo la cena de la Cumbre de la OTAN en el Museo del Prado de Madrid.
