Pedro Sánchez no está seguro de si subirá con Alberto Núñez Feijóo al escenario del teatro en el que se va a convertir la investidura del líder del PP. Por eso, según fuentes socialistas, el presidente del Gobierno en funciones baraja darle plantón cuando le llame para concertar una cita de cara a la ronda de consultas que el jefe de la oposición iniciará el próximo lunes con todas las fuerzas políticas del Congreso a excepción de Bildu. Los populares quien poner en un brete al líder del PSOE y mostrarle como el 'perdedor' del 23-J.
En Ferraz aún no se ha recibido llamada o mensaje alguno de Feijóo. En cualquier caso, el PSOE valorará cómo actuar una se produzca. "Lo mejor para todos es que Feijóo termine con su farsa cuanto antes. Hoy [por este jueves] ha vuelto a recibir otro portazo de otro partido político [ERC]. Tiene los mismos votos que la noche electoral. Quizás alguien debería decirle la verdad… puede intentar engañar a los españoles, pero se está engañando a si mismo. De verdad, necesita personas alrededor que le digan la verdad", señalan fuentes oficiales del PSOE.
En verdad, algunos socialistas comienzan a asumir que el mes largo que el líder del PP tiene por delante antes de someterse los días 26 y 27 de septiembre al examen de confianza de las Cortes solo beneficia a Feijóo, porque le permitirá arrancar el curso político siendo el protagonista y marcando la agenda. El candidato popular intenta mostrarse ante los españoles como la alternativa posible por mucho que los números no le den. Y, por mucho que haya partidos que han trasladado a Génova que se ahorren la escenografía de reuniones porque no van a ninguna parte, en el PP están dispuestos a tener la iniciativa y a dejar claro que han sido ellos quienes han ganado las elecciones.
Recelo en Ferraz ante el turno de Feijóo
En verdad, hay dirigentes socialistas que comienzan a ver los riesgos de la investidura del líder del PP. La cita, que arrancará el próximo 26 de septiembre, promete amargar el comienzo del curso al presidente del Gobierno. "Feijóo quiere llevar el balón durante un mes donde la gente se vuelve a conectar. En agosto, el debate pasaría desapercibido. El PP quiere dejar claro que ha ganado las elecciones y llevar la iniciativa. El arranque del curso es suyo", explicó a este diario un destacado socialista.
"La opción de una investidura rápida para el PP tenía la intención de acortar los tiempos de negociación a Sánchez. Pero en el PP pueden creer que el acuerdo con Junts puede estar avanzado y que, desde agosto, habría dos meses en los que daría tiempo a cerrarlo. Imagino que piensan que si les dan tiempo, las condiciones para la investidura irán incrementándose por unos y otros por lo que, o no habrá investidura, o está tendrá un coste cada vez más alto para nosotros", explican fuentes del PSOE.
El PP, mientras, está decidido a fundir al PSOE con apelaciones a la 'buena conciencia' de sus diputados críticos con los pactos con los independentistas. Algunas federaciones socialistas, como la castellano-manchega o la aragonesa, son sensibles a los coqueteos de Sánchez con los independentistas. Por eso, los populares les animan a romper la disciplina de voto durante la investidura de Feijóo y permitir la llegada del PP a Moncloa. El PSOE lo considera un llamamiento al transfuguismo destinado al fracaso.
Sin miedo a pactar con los secesionistas
En cualquier caso, las expectativas del PP en la ronda de contactos que arrancará el lunes son nulas. Aunque Feijóo usará el desfile de fuerzas políticas en el Congreso para construir una imagen que presente a Feijóo a los ciudadanos como un candidato dialogante. Y como como el próximo presidente del Gobierno. Es más, por eso la maquinaria argumental del PP ha suavizado sus críticas al PSOE, al que hace semanas que no denigra con sus jaculatorias contra el 'sanchismo'.
Eso sí, en Moncloa están convencidos de que, aparentemente, cualquier guiño o cesión a los independentistas (incluida una hipotética amnistía en la que ya trabaja Moncloa) no tendrá coste electoral alguno para el PSOE. Ese es el análisis que hacen en el núcleo duro del Partido Socialista tras haber reducido el 23-J la influencia de los partidos secesionistas en el Congreso a su menor expresión. Sánchez cree que los españoles avalaron en las urnas su política en Cataluña. Y ahora el presidente en funciones solo busca tiempo para volver a estirar los "espacios legales" que permitan satisfacer a Junts y a Carles Puigdemont, quien tiene la llave del Gobierno de España.
El presidente Sánchez admite que tendrá que buscar un alivio penal al procés que, en plata, implica que tanto el expresidente catalán Carles Puigdemont como Marta Rovira, secretaria general de ERC, -ambos huidos- y otras tantas decenas de encausados pendientes de juicio no sigan sufriendo 'represión judicial'. El Gobierno ya admite que la amnistía forma parte de las conversaciones para formar un Ejecutivo. Lo cierto es que Moncloa parece dispuesta a jugar ahora con una calculada ambigüedad en busca de tiempo para armar una investidura que de a España un nuevo gobierno de coalición de izquierdas.
