Pedro Sánchez deja sola a su ministra de Justicia. El presidente del Gobierno y líder del PSOE ha dado orden de que Pilar Llop asuma el coste político y mediático de la contrarreforma de la ley del 'solo sí es sí': "Lo único que quiero decir es que evidentemente yo me siento absolutamente responsable de esta reforma. Asumo en primera persona lo que pueda pasar. Creo que tenemos que actuar para blindar los derechos", ha remachado la titular de Justicia completamente sola en la bancada azul en la primera sesión de control del año ante una pregunta del PP. Llop es el rostro del PSOE que se está quemando al calor del choque con Unidas Podemos y que amenaza la viabilidad de la coalición. Mientras, los populares, que han esperado al Gobierno con el colmillo goteante son, en esos momentos, la única opción seria de que el PSOE apruebe el cambio en la ley de Igualdad por mucho que Sánchez esquive el ofrecimiento de Génova.
La ministra de Justicia ha dado por hecho antes de entrar al hemiciclo que ún hay posibilidad de llegar a un consenso con sus socios de gobierno para retocar la ley estrella de Igualdad: "Habrá margen para el acuerdo". Unas palabras que pronuncia después del malestar que generó este martes en sus socios tras afirmar que comprobar si hay violencia o intimidación en una agresión sexual es algo sencillo si se detecta "una herida". El propio presidente, preguntado por la portavoz del PP, Cuca Gamarra, ha asegurado al inicio del debate en la Carrera de San Jerónimo que siempre da "la cara" y asume las responsabilidades de su gabinete tanto si acierta como si no, aunque ha salido escopetado del Congreso y dejado a Llop el marrón de los ataques furibundos de la oposición con el monotema.
Para Unidas Podemos las declaraciones de Llop, que ha reconocido abiertamente que la ley está mal hecha, sobre la violencia vienen a confirmar la intención de la parte socialista del Gobierno de suprimir el consentimiento del Código Penal, algo que para ellos es innegociable. También el ministro de la Presidencia, Félix Bolaños, cree que todavía se puede llegar a un pacto sobre estos cambios que ha planteado el PSOE para frenar algunos efectos "indeseados" que ha tenido su aplicación. "Siempre, siempre", hay margen, ha dicho.
Una situación "tóxica"
La secretaria de Igualdad del PSOE, Andrea Fernández, también ha asegurado que el apretón de manos con Unidas Podemos es posible, porque están trabajando en ello en el Congreso. Mientras, el cabreo de Unidas Podemos lejos de remitir, aumenta, por la presentación "unilateral" de esta proposición de ley, que los socialistas registraron el lunes.
Lo cierto es que el Gobierno enfrenta una situación "tóxica", según conceden fuetes gubernamentales socialistas, por el lío del 'sí es sí'. El núcleo duro de Moncloa decidió hace dos meses poner fin al quebradero de cabeza que supone el goteo constante de rebajas de penas a los condenados por abuso sexual (casi 400 y una treintena de excarcelaciones). Sánchez cree que es la mayor amenaza electoral que enfrenta cuando faltan poco menos de tres meses para las elecciones municipales y autonómicas del 28 de mayo.
El plan del lado socialista del Ejecutivo es atajar la crisis del 'sí es sí' antes del 8 de marzo y, de paso, erigir al PSOE en el auténtico defensor de los derechos de las mujeres. Los socios de Gobierno están en modo campaña. Y eso lo condiciona todo. La guerra de relatos está abierta a cuenta de la reforma de la Ley de Garantía Integral de la Libertad Sexual, está tramitando el cambio en la ley como proposición en el Congreso para acelerar al máximo los plazos.
Guerra de relatos
Moncloa está convencida de que ha ganado marco de debate; que la ley era una chapuza jurídica por la insolvencia legal de Igualdad pese a lo "bueno" de su espíritu (el consentimiento de la mujer en el centro). El PSOE no se podía permitir que los agresores sexuales se vieran beneficiados de una norma que perseguía justo lo contrario. "Donde había un problema hay que ofrecer una solución y en eso estamos trabajando", espetó este martes la ministra portavoz, Isabel Rodríguez. Podemos, por su parte, ya ha contratacado.
La contrarreforma de Justicia, que vuelve al esquema de penas anterior a la ley del 'sí es sí', es para Irene Montero regresar al Código Penal de 'La Manada'. Todo un misil con el que bombardear el feminismo del PSOE, al que ya sitúan junto al PP por el ofrecimiento de los populares a apoyar el cambio. La guerra está abierta y se recrudece casi a diario. Ahora, el campo de batalla es el Congreso.
En la Cámara Baja se suceden ahora las negociaciones para sacar adelante la proposición. Socialistas y morados tratan de llevar a su terreno a los aliados de la mayoría parlamentaria. El PSOE, como ya contó este diario, busca dividir a Unidas Podemos para que dos de los tres grupos que conforman la galaxia morada (Izquierda Unida y los 'comunes') dejen sola a Irene Montero.
