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¿Por qué es peligrosa la situación en la central nuclear de Zaporiyia?

La ONU ha pedido que los inspectores internacionales tengan acceso a la planta de energía nuclear

Última hora de la guerra en Ucrania, en directo: Rusia planea desconectar de la red ucraniana la central nuclear de Zaporiyia
Vista satélite de la central nuclear de Zaporiyia (Ucrania). EFE

La guerra continúa en Ucrania, ya son 184 días desde que comenzó la invasión rusa y los analistas coinciden en que el conflicto se prolongará durante meses e incluso años. Entre la crisis de refugiados, la crisis alimentaria que se espera tras el bloqueo del grano ucraniano por parte de las fuerzas rusas y los efectos de lo peor de la guerra sobre la población civil, la comunidad internacional está en alerta ante la situación de la central nuclear de Zaporiyia.

Los bombardeos continúan en la zona de la planta nuclear y se teme que si no se produce un alto al fuego, la seguridad de la mayor planta atómica de Europa se vea amenazada. En los últimos días, los bombardeos desconectaron temporalmente la planta nuclear de la red eléctrica ucraniana debido a los incendios, lo que ha puesto en alerta a la agencia nuclear de la ONU, que ha pedido que los inspectores internacionales tengan acceso a la zona.

¿Por qué es importante la central nuclear de Zaporiyia?

La planta nuclear de Zaporiyia es el reactor nuclear más grande de Europa. Prueba de ello, tal y como apunta The Guardian, es el tamaño de sus instalaciones, donde se encuentran seis reactores de agua a presión (de los que al menos dos siguen en funcionamiento) tienen capacidad para producir energía para hasta cuatro millones de hogares.

Además de la capacidad de la planta nuclear, la planta ocupa una posición estratégica tanto para las fuerzas rusas como para las ucranianas, de ahí el ahínco por hacerse con el control de la zona desde que se inició el conflicto.

Rusia ha tomado las instalaciones como lo que denominan como parque de artillería "protegido", usando el espacio para disparar contra posiciones ucranianas, esperando que las fuerzas enemigas no respondan al ataque con fuego para no arriesgarse a un accidente nuclear.

Esta estrategia ha permitido a Rusia apuntar a áreas como la ciudad de Nikopol al otro lado del río, que se ha convertido en el objetivo de intensos bombardeos en el último mes.

¿Por qué preocupa a Europa?

Según recoge The Guardian, los funcionarios internacionales de seguridad nuclear han compartido su intranquilidad por la falta de piezas de repuesto, el acceso para comprobar el mantenimiento de rutina de los reactores y la falta de contacto con el personal, actividades que se han visto interrumpidas por el conflicto.

El lanzamiento de misiles de graduación alrededor de la planta durante las últimas semanas tiene en alerta a gran parte de Europa. Rusos y ucranianos señalan al otro de la responsabilidad del lanzamiento de misiles. Por su parte, la inteligencia ucraniana afirmó que Rusia ha minado las instalaciones, citando al jefe de las tropas de defensa contra la radiación, química y biológica de las fuerzas armadas rusas, el mayor general Valery Vasiliev, quien ahora comanda el Zaporiyia.

No obstante, es necesario apuntar que una explosión importante en la central nuclear más importante de Europa amenazaría el sur de Rusia y Ucrania con contaminación nuclear, por lo que muchas de estas estrategias pueden entenderse dentro de lo que considera "chantaje nuclear", más que una seria amenaza por parte de Rusia.

Los peligros de bombardear alrededor de la planta

La realidad es que los reactores están diseñados para soportar impactos sustanciales -protegidos con acero y hormigón armado, así como sistemas de protección contra incendios-, no obstante, un ataque de misil sustancial sí podría provocar daños importantes.

Además, los edificios donde se almacena combustible gastado no están construidos con un nivel de protección similar, lo que es más probable que combate de la zona provoque la liberación de material de combustible gastado que una ruptura catastrófica de un reactor.

Según las declaraciones recogidas por el medio británico, el jefe de la Agencia Internacional de Energía Atómica, Rafael Mariano Grossi, comentó -a principios de este mes- la actual crisis de supervisión de la seguridad como una grave amenaza para la salud pública y el medio ambiente en Ucrania, y mucho más allá de sus fronteras, y defendió la situación como "completamente fuera de control".

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