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Política

El secretismo de Rivera llevó a que las altas en la Ejecutiva se aprobaran a la búlgara

Los miembros del nuevo Comité Ejecutivo

A la búlgara y con una buena dosis de secretismo. El silencio con el que la dirección de Ciudadanos organizó la reunión del Consejo General extraordinario celebrado hoy en un hotel madrileño provocó varias situaciones esperpénticas.

En primer lugar, los 160 miembros del Consejo General fueron convocados para ampliar la Ejecutiva a un máximo de 50 miembros, reducir de dos a una semana la convocatoria del máximo órgano político entre asambleas y acabar con la obligación de pedir permiso a este órgano para concurrir a unos comicios, una reliquia orgánica que venía de los tiempos fundacionales de Ciudadanos en Cataluña.

Tres cuestiones estatutarias de carácter menor que quedaron en peccata minuta cuando Albert Rivera tomó la palabra al inicio de la reunión y les anunció 22 altas y 5 bajas en la Ejecutiva para su aprobación. Con el partido lamiéndose aún las heridas de las últimas dimisiones, ninguno miembro del Consejo General, un órgano copado por 'riveristas', osó llevar la contraria al presidente del partido. Sólo hubo un voto en contra en la primera de las dos votaciones, en la que se cambiaban los estatutos del partido.

Las incorporaciones y ceses se ventilaron en una segunda votación con un 'sí' unánime y sin debate, según fuentes de Cs consultadas por Vozpópuli, después de que Rivera vendiese la lealtad al proyecto naranja de las 22 personas que entraban en la nueva Ejecutiva y que se han destacado, a su juicio, por ser "leales al proyecto y a España, con ganas y experiencia, profesionales que han sorprendido con su dedicación y empuje”. 

Las bajas, por teléfono

Las cinco bajas -Fernando Maura, Matías Alonso, Antonio Espinosa, Orlena de Miguel y Raquel Morales- fueron comunicadas ayer por la tarde por boca del secretario general, José Manuel Villegas, quien se encargó de telefonear uno a uno a los afectados para explicarles por qué Rivera les cesaba de la Ejecutiva. Los estatutos del Ciudadanos dan al presidente del partido un poder absoluto en este trámite ya que no tiene ningún contrapeso y sólo es necesario que lo determine él para que se proceda al cese de alguien.

Del mismo modo, a los 22 nuevos miembros de la Ejecutiva se les indicó ayer que tenían que presentarse en el hotel donde se iba a celebrar el Consejo General para que, una vez fuesen aprobados sus nombramientos, proceder a la primera reunión de la Ejecutiva ampliada a 50 miembros y hacerse una foto de familia con la que dar sensación de unidad tras las sonadas dimisiones de Toni Nadal, Javier Nart, Xavier Pericay y Francisco de la Torre, así como la baja del partido de Francesc de Carreras, que se conoció hace unos días.

Las prisas de la convocatoria llevaron a más de uno a no poder asistir a la cita. El eurodiputado José Ramón Bauzá empezaba hoy unos días de reclutamiento en el Ejército como voluntario en la reserva y se excusó en su cuenta personal de Twitter. Otros dirigentes como el vicepresidente de Castilla y León, Francisco Igea, o el presidente de Melilla, Eduardo de Castro, tuvieron problemas de agenda -el primero- y una citación judicial -el segundo- que les impidió viajar a Madrid.

Más curiosa fue la ausencia de Luis Garicano para la citada foto de familia y que desató todo tipo de rumores. El jefe de la delegación de Cs en el Parlamento Europeo, y principal cara visible de los críticos con la estrategia política de Rivera, fue citado a las 13:00 horas, pero la reunión previa del Consejo General fue tan rápida que la nueva Ejecutiva se hizo la foto sin él. Eso sí, Rivera tuvo a bien esperarle para dar inicio a la cita con las nuevas incorporaciones por si quería tomar la palabra, pero no fue el caso.

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