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Política

El PP teme que en la sucesión de Rajoy se vote menos que en las primarias del PSOE

La candidata a presidir el Partido Popular, María Dolores de Cospedal

Uno de los aspectos clave, y de los que menos se habla, en la sucesión de Mariano Rajoy va a ser el índice de participación en la votación del 5 de julio en las sedes del PP; es decir, cuántos de los supuestos 869.535 afiliados que declara el partido a día de hoy -los mismos que en época de José María Aznar, hace 20 años- son reales.

Porque quien quiera votar debe inscribirse obligatoriamente en un registro antes de las 14.00 horas del próximo lunes 25 de junio. Y en los aparatos del PP empieza a cundir la idea de que se apuntará poco más del 10% de esa cifra, es decir, unas 90.000/100.000 personas; lo cual le dejaría por detrás del PSOE -187.000 afiliados, según el censo de las primarias 2017- y en muy mal lugar después de dos décadas presumiendo de ser uno de los partidos europeos con más músculo.   

La actual Dirección Nacional empieza a preparar el terreno, por lo que pueda pasar, y ya admite que el censo está algo inflado. Sin ir más lejos, cuando se dividen los ingresos declarados en concepto de cuotas por los 20 euros/año que paga cada afiliado, la resultante es que ya en 2013 el PP no superaba los 220.000 militantes... y bajando; 185.000 en 2014, y 160.696 en 2015, cuando aseguró haber ingresado 3.213.926,5 euros de sus bases.

Los congresos regionales, con participaciones del 10/12% de los censos, han ido dando pistas de que las cifras llevan 'infladas' muchos años

Pero hay más: en 2017, el PP madrileño celebró las primarias para elegir presidenta a Cristina Cifuentes en sustitución de Esperanza Aguirre y, a falta de suspense porque la elección de Cifuentes estaba cantada -su rival era Luis Asúa-, la sorpresa fue que, de los, en teoría, 94.000 afiliados de la todopoderosa organización madrileña votaron... 11.000. Un escuálido 12%. Previamente, la propia Cifuentes se había encargado de hacer una limpia de 30.000 que, o bien no aparecían, o se habían dado de baja hace muchos años o estaban muertos. 

Y no es el único caso. El PP balear sigue declarando 23.000 afiliados, pero en el congreso regional que eligió en 2017 a Biel Company presidente frente a José Ramón Bauzá participaron 7.500 afiliados de las islas, un 30%. Mucho más en cualquier caso que los que lo hicieron en congresos de Castilla y León o Andalucía, con porcentajes del 10/12%.

Estos precedentes llevan a la Dirección Nacional a admitir que, si en la votación del 5 de julio para elegir sucesor de Rajoy entre Soraya Sáenz de Santamaría, María Dolores de Cospedal y Pablo Casado -el resto de candidatos tienen nulas opciones-, participan "más de 100.000 militantes", se darán con un canto en los dientes.   

El 5 de julio, si se confirme una participación escuálida, el PSOE podría dar el 'sorpasso' al PP en número de militantes después de más de dos décadas de hegemonía popular

El problema para el PP es que desde hace dos décadas ha presumido de que tenía más afiliados que el PSOE, pero en esta convocatoria puede que la realidad le desmienta porque en las primarias socialistas en las que Pedro Sánchez ganó a Susana Díaz, el 15 de mayo de 2017, votaron 149.951 militantes de un censo de 187.815. 

Ese censo había sido ajustado en el año 2000, cuando José Luis Rodríguez Zapatero llegó a la secretaría general, y encargó una limpia a su secretario de Organización, José Blanco; redujo literalmente a la mitad, de 500.000 a 250.000, los militantes que seguía declarando el partido desde los tiempos gloriosos de Felipe González, que nunca quiso perder el récord a manos de su rival, Aznar.

Pero el PP nunca hizo una regularización del censo tras perder el poder en 2004; y sigue con la ficción de los 869.000 militantes, una cifra a todas luces exagerada.

 

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