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Política

Cumbre del G-7 en Biarritz: boicots, barracones y caos en la frontera

La turística localidad francesa de Biarritz se convertirá en un auténtico búnker a finales de agosto. Allí se darán cita los principales líderes de las mayores potencias mundiales en la cumbre del G7 entre el  día 24 y el 26. Y el gran despliegue policial previsto a este lado de la frontera (con cerca de mil agentes españoles) así como la contracumbre organizada por distintos colectivos sociales y sindicatos amenazan con provocar más de un quebradero de cabeza en plena época estival. 

De momento, la Dirección General de Tráfico (DGT) lleva días advirtiendo a los conductores para que traten de evitar el paso fronterizo de Irún-Hendaya durante esos días. Los controles policiales y la acumulación de vehículos provocarán a buen seguro largos atascos. La cumbre coincidirá con el retorno de vacaciones de ciudadanos europeos desde la Península, con la operación Paso del Estrecho en la que miles de marroquíes vuelven de las vacaciones por carretera y con el aumento de afluencia de los fines de semana. 

Este mismo viernes, el BOE publicaba la restricción de ciertos tramos de carretera para vehículos pesados y de transporte de mercancías peligrosas. Y el alcalde socialista de la localidad guipuzcoana de Irún ponía voz al malestar que cunde por el lugar elegido para la cumbre del G-7 a la que el presidente del Gobierno Pedro Sánchez acudirá junto a la ministra de Economía Nadia Calviño como invitados. 

"Nadie nos ha pedido opinión, pero si lo hubieran hecho habríamos dicho que es una idea pésima", lamentaba José Antonio Santano. Al margen de los previsibles alteraciones de esos días, diversos grupos antisistema, colectivos sociales y sindicatos ya preparan actos de protesta contra la cumbre de mandatarios.

El acto principal será una contracumbre entre los días 21 y 23 en Irún y Hendaya, impulsado por las plataformas G7 Ez (G7 No) y Alternatives G7. El Gobierno vasco prevé movilizar a cerca de 4.000 agentes de la Ertzaintza, casi la mitad de la plantilla del cuerpo policial autonómico ante la posibilidad de que hipotéticos disturbios repercutan en territorio español. El dispositivo policial francés contará con cerca de 10.000 policías. 

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