María Francés: “Han cambiado la imagen de Yolanda Díaz 180 grados para proyectar credibilidad”

María Francés, licenciada en Ciencias Políticas, ha acabado montando –procedente del mundo de la moda- una asesoría en comunicación política e imagen para políticos y ejecutivos. Alicantina afincada en Granada, repasa para Vozpópuli la importancia de la imagen en la comunicación política y en esta campaña.

PREGUNTA: Actualmente asesoras en Comunicación Política y eso ha despertado mucho interés en RRSS, ¿por qué queremos conocer tantos secretos? ¿Somos cotillas?

RESPUESTA: Bueno, el ser humano por naturaleza es un poco curioso, ¿no? Yo soy curiosa, muy curiosa, pero porque me gusta aprender y mejorar cada día. El problema del cotilleo es que a veces se pasa un límite de involucrase o meterse en la vida de los demás y eso es malo. Si algo he aprendido en estos últimos años es a no juzgar. Y funciona muy bien, nunca sabes lo que está pasando el de en frente. Pero volviendo al cotilleo y a mi #compol, donde analizo la imagen y los estilismos de los políticos, creo que lo que le gusta a la gente es saber que la imagen tiene una intención, un propósito o una meta, que los colores tiene un significado, que tus looks comunican…. Por eso, creo que ha suscitado tanto interés y me está dando muchas alegrías.

P: ¿Qué es lo más difícil cuando se asesora a alguien en comunicación no verbal?

R: Bueno, todas las personas que llegan a mí es porque quieren mejorar su marca personal, su imagen o su comunicación no verbal. Por tanto, la conciencia ya es un punto para facilitar el trabajo. Es cierto que en la comunicación no verbal, cuando yo hago consultoría o doy formaciones, con varios ejemplos lo tienen claro y cuando se llega al nivel de conciencia del cambio, es “pan comido”. Porque es tanta la diferencia... Un ejemplo de trabajo de comunicación no verbal concienzuda y supertop era Steve Jobs. Él trabajaba, por ejemplo, la amplitud de una forma magistral.

P: ¿Qué político debe su credibilidad a una buena imagen?

R: Te voy a poner dos ejemplos muy diferentes pero muy claros.

Por una parte, lo que han hecho con Yolanda Díaz. Ha dado un cambio de 180º a su imagen. Le han suavizado los rasgos, decolorando el pelo (tenía el pelo negro, corto y despuntado) y dejándolo largo. Le han hecho un buen estudio morfológico y su ropa ha cambiado, mucho más lady. Y sobre todo, el color, ha cogido el blanco y el beige por bandera, (el blanco de las sufragistas, como el día de la moción de censura). Estos colores proyectan pureza, pulcritud, dulzura, limpieza, confianza… Aunque también utiliza mucho negro o rojo. Sofisticación y poder. Ella es gallega y se ha volcado con marcas gallegas. Todo suma. Y con todo ha conseguido proyectar credibilidad.

Por otra parte, Mikel Lezama Zubeldía. Candidato a las Juntas Generales por Guipúzcoa. Me encanta su imagen fresca y cercana. Este viene de fábrica. Y eso también es bien. Cada uno debe encontrar su sitio y debe explotar esa imagen tan auténtica. Él es un ejemplo de marca personal que suma a una marca y genera confianza y credibilidad, porque sigue siendo el mismo chico joven que era antes de ser concejal en el País Vasco, una plaza complicada, por cierto, para un joven, guapo y del PP.

P: ¿Quién ganaría en España en comunicación emocional?

R: José María Álvarez-Pallete. Ese hombre me parece que tiene una inteligencia emocional por encima de nuestras posibilidades. Es el CEO que nos merecemos. España se merece una persona así al frente.

P: En política, ser diferente, ¿puntúa o condena?

R: Para mí, un político hoy en día es como un influencer. El influencer de una marca que es el partido. Quien proyecta la credibilidad y la confianza de marcas (partidos políticos) que a veces pueden estar dañados (por corrupción, ovejas negras, desconfianza…). Pero hay quien aún no se ha dado cuenta. Que si gana por ejemplo Juanma (marca personal de Juanma Moreno), gana la marca (Partido Popular). Y así debería ser con todos los candidatos.

Por eso, condena en el seno del partido, porque si brillas mucho te puedes quemar, eso me dijo una vez un político cuando le dije que debía trabajar su marca personal. Inexplicable, para quienes nos dedicamos a eso, porque así es imposible poder sumar a la marca.

P: Una buena gestión política, ¿podría pasar a un segundo plano si se comunica mal? 

R: Totalmente, dicen que lo que no se comunica no existe. Tú puedes ser un magnífico gestor, pero tener cero empatía, cero inteligencia emocional, cero habilidades sociales y, por tanto, ¿de qué sirve que seas tan buen gestor si no conectas con los ciudadanos? O bien, no sabes trasladarlo a los ciudadanos, de nada sirve.

P: Centrándonos en Andalucía, ¿qué líder le sorprendió para bien y quien para mal?

R: Para muy bien, Teresa Rodríguez, hizo la campaña como ella es. Y ella fue tan coherente con sus valores que me tenía entusiasmada. Porque otra cosa importante es la coherencia de tus valores y también de tu imagen. No soporto a aquellos políticos que se disfrazan, porque un amigo con buen gusto le dice que se ponga de claro. Pero ¿y si su color top es el azul marino? No es lo mismo un amigo con buen gusto que un profesional con criterio, y en imagen se necesitan mucho más profesionales. Y que se desprenda ese tufo de política y moda, frivolidad, la moda es uno de los PIBs más importante de nuestro país, es una industria muy potente, y además los ciudadanos nos merecemos que nos respeten y representen a través de su imagen también.

Y para mal, Juan Espadas, creía que siendo alcalde de Sevilla, seguiría con su actitud de escucha activa que suelen tener los alcaldes. Pero qué va: soso, decaído, cansado. Y los looks, ya ni te cuento. No conoce sus colores top y le apagaban la cara, parecía enfermo. Además, se ponía muchas camisas de lino y siempre iba arrugado.

Sólo el 7% de lo que decimos lo decimos por la boca, el tono y lo que llevamos puesto completarían el 93% restante”.

P: ¿Qué porcentaje de importancia tiene lo que se dice frente al cómo se dice?

R: Sólo el 7% de lo que decimos lo decimos por la boca, así que imagina si es importante la comunicación no verbal, el tono y lo que llevamos puesto, que supone el 93% de nuestra comunicación. Un 38% (tono, matices y otras características) y un 55%, señales, gestos, imagen y postura.

Además, sólo tenemos de 7 a 15 segundos para dar una buena primera impresión. Decía Óscar Wilde, que no tenemos una segunda oportunidad para dar una buena impresión. Nuestro cerebro es un poco perezoso (al cerebro hay que entrenarlo) y en esos segundos ya se hace una imagen rápida de lo que somos, cómo nos comportamos, cómo nos movemos, es decir, rasgos faciales, postura corporal, aspecto físico… por eso es muy importante trabajarlo.

P: ¿Cuál sería el color fetiche y cuál desechar?

R: Bueno, esta pregunta es un tanto compleja. Porque yo trabajo la colorimetría, es decir, análisis personal del color de cada persona, según su color de pelo, ojos y piel. Y una vez conocemos eso, por resumir, si a la persona le funcionan mejor los cálidos (base amarilla) o fríos (base azul), trabajo en los objetivos que queremos proyectar y ahí es donde introduzco la psicología del color. Pero sí hay colores que proyectan un tipo de percepciones que son interesantes. Por ejemplo, el negro es elegancia, sofisticación y autoridad. El rojo es poder, fuerza, Madrid. El verde es calma, naturaleza, Andalucía. El blanco ya lo hemos hablado. El amarillo es felicidad, optimismo y vitalidad. El azul es confianza, estabilidad y seguridad.

Para mí un fetiche en hombre es el azul marino y el marrón es horror, pero por lo que proyectan cada uno de ellos.

Y en mujer, en negro y el rojo me parecen muy potentes, pero claro, deben quedarte bien. A mí personalmente los ocres me parecen horror, pero hay mujeres cálidas que son colores top para ellas.

P: Un consejo para todos que sirva a políticos y a ciudadanos de a pie.

R: Llevar el pelo limpio, la ropa planchada y los zapatos limpios. Y por supuesto, sonreír, porque la sonrisa es el mejor traje que nos podemos poner.