Las asociaciones de la Guardia Civil han dicho basta. Todas ellas se han levantado de la mesa, por primera vez en la historia, en una reunión del Pleno del Consejo del Instituto Armado que no ha contado con la presencia del ministro del Interior, Fernando Grande Marlaska ni del director general Leonardo Marcos. Las entidades estudian qué medidas tomar a partir de ahora para que sus propuestas y reivindicaciones sean escuchadas por la administración.
Marlaska se encuentra en Bruselas en la reunión del Consejo Europeo que congrega a los ministros de Interior de los 27 países para dialogar y negociar los últimos elementos de su protocolo migratorio. Uno de los más importantes de los últimos años.
Sin embargo, es tal la unión de todas las asociaciones que han sacado un comunicado conjunto porque este 28 de septiembre ha sido la "gota que ha colmado el vaso". Por primera vez en la historia, el tiempo para abordar la problemática de los miembros de la Guardia Civil ha estado tasado, recortando los turnos de palabra, denuncian en su escrito.
Sin la presencia de Marlaska, las asociaciones profesionales "ante esta insultante forma de proceder de la Administración, abandonamos el mismo en una acción sin precedentes desde la constitución de este órgano de representación, como muestra de protesta ante una actitud prepotente que afecta a los derechos de todos los guardias civiles".
Piden diálogo con Marlaska
Las entidades demandan urgentemente la participación de Marlaska para: "solventar esta crisis y nos mostramos abiertos al diálogo para desbloquear esta grave situación siempre que se aborde desde el respeto y lealtad recíprocos". Hasta este momento no han tenido respuesta de Interior.
El grueso de estas plataformas llevan meses denunciando que el Ministerio sigue adelante con un plan de retirada de la Guardia Civil en puertos y aeropuertos para cedérselos a policías nacionales y autonómicos. Una pérdida de funciones que ahondaría más en la crisis del Cuerpo que necesita más refuerzos en la España vaciada y también modernizar sus herramientas e instalaciones.
La primera gran crisis saltó a finales del pasado mes de junio cuando el borrador de una orden ministerial de Interior sobre competencias policiales generó confusión en la Guardia Civil, después de atribuir a la Policía Nacional una serie de funciones que, según voces internas del Instituto Armado, hasta ahora les correspondían en exclusiva. En el documento, al que tuvo acceso Vozpópuli, se deslizaba la creación de una nueva unidad de la Policía contra las redes de inmigración ilegal, cuestiones de seguridad relacionadas con los aeropuertos y la apertura de comisarías en municipios como Roquetas de Mar (Almería), donde hasta ahora sólo había presencia de los uniformados de verde.