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España

Rajoy alienta la sublevación en el PSOE contra Sánchez

Mariano Rajoy y Pedro Sánchez en La Moncloa.

Rajoy intenta a la desesperada frenar el empeño de Pedro Sánchez en llegar a la Moncloa. El pasado lunes, tras la Junta Directiva del partido, el presidente en funciones lanzó dos severos ataques ad hominem contra el líder socialista. Le acusó, sin citarle, de ignorar el interés nacional en aras de "urgencias personales". Dos veces le echó en cara esa muestra de egoísmo. Con escaso éxito. Ha movilizado ahora al PP para incendiar a las filas socialistas en contra de su líder. La idea es convertir a Sánchez en enemigo de la unidad de España y de los españoles. Así lo sugiere un argumentario interno que se ha distribuido desde Génova. "El líder del PSOE inicia la ruptura de España", viene a decir este documento.

El secretario general del PSOE sigue a lo suyo. Está dispuesto a todo, hasta a regalarle a los separatistas catalanes, ERC y DyL, un grupo propio en el Senado. Una deriva "enloquecida", según se escucha a algunos dirigentes socialistas, alarmados por la peligrosa estrategia de su líder. Sánchez no se ha privado de nada. Empezó criticando la actitud del rey de no recibir a la presidenta del Parlamento catalán, Carme Forcadell, la misma de "viva la república catalana". Anunció luego que va a reunirse con el nuevo presidente de la Generalitat, el adalid de la desconexión, y, finalmente, para redondear la figura, le presta cuatro diputados a los partidos secesionistas en el Senado. Un rosario de pasos desafinados que han sorprendido tanto en el Gobierno como en el propio PSOE

Sáenz de Santamaría recurrió al reproche frontal, al asegurar que Sánchez defiende la unidad de España y a quienes pretenden 'romperla

Rajoy ha dado instrucciones al alto mando del partido para que no deje pasar esta polémica iniciativa de su rival, que escuece en las bases socialistas y que provoca reacciones indignadas entre algunos barones. Este viernes se escuchó la voz vibrante de Fernández Vara, el presidente extremeño a quien muchos ven como futuro secretario general del partido, que consideró esa cesión a los independentistas catalanes como "inexplicable". También el presidente de Aragón, Javier Lambán, con menos peso específico en sus filas, mencionó que "sería indeseable cualquier tipo de colaboración con partidos independentistas". Pocos más decidieron abrir la boca. Susana Díaz parece haber ordenado silencio absoluto a la espera de que sea llegado el momento de la verdad. Si es que llega. 

Este ruido sordo de la familia socialista se escucha sin interferencias desde Moncloa. Se trata ahora de animarlo, de avivar el fuego del malestar que crepita entre las bases más tradicionales del PSOE. Sáenz de Santamaría, en su rueda de prensa tras el Consejo de Ministros, recurrió al reproche frontal, al asegurar que Sánchez defiende por un lado la unidad de España y por otro da voz a quienes pretenden 'romperla'. Esta va a ser la tónica de los dirigentes del PP durante los próximos días. Plantificar a Sánchez frente a su contradicción, al Sánchez de la gigantesca bandera de España durante el famoso mítin de campaña, al Sánchez de feroces críticas hacia Podemos, al Sánchez de cánticos arrebatados a la unidad de la nación, con el de ahora, obsequioso y hasta abnegado cómplice de los separatistas catalanes en un empeño de conseguir sus votos para la investidura.

Ronda de consultas en Zarzuela

Rajoy, que transmite estos días una imagen entre decepcionada y triste, va a moverse, va a volver a sus paseos por España, para proclamar su empeño en conseguir un gobierno de apoyo parlamentario amplio que defienda la Constitución, la España unida y la igualdad entre los españoles. Empieza este fin de semana en Zamora y hará más desplazamientos en el futuro. Su idea es dejar bien claro que si no se logra una salida al actual 'impasse', si no se alcanza un gobierno estable, no será por culpa del PP, sino de Sánchez, encelado en su empeño de instalarse en la Moncloa.

A finales de mes o primeros de febrero puede celebrarse ya la primera intentona de investir presidente

Esta semana próxima arranca la ronda de audiencias en Zarzuela para preparar la sesión de investidura. Quince visitas, que concluirán el viernes con las de Iglesias, Sánchez y Rajoy. A finales de mes o primeros de febrero puede celebrarse ya la primera intentona de investir presidente. Desde ese momento, comenzará a contar el cronómetro para conseguir los pactos necesarios que eviten unas elecciones anticipadas.

En el PP empieza a cundir un cierto desánimo ante la dificultad de lograr el anhelado acuerdo de coalición. Ven a Pedro Sánchez encabalgado en una estrategia disparatada y peligrosa y no se advierte quién pueda frenarle. Han aflojado los gestos de advertencia por parte de Susana Díaz, único contrapunto con el suficiente peso específico para abortar esta obsesión. La líder andaluza ya advirtió el 21D, que "las urnas nos han indicado claramente el camino de la oposición". Por ahora, Díaz mantiene un sigiloso silencio, a la espera quizás de mover ficha. O de aguardar tan sólo a que otros se estrellen. Desde el PP están dispuestos a ayudarla.

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