País Vasco

El 28-A y el 26-M refuerzan a Urkullu y allanan el camino para un adelanto electoral

El lehendakari, Iñigo Urkullu

Dos citas electorales. Y dos triunfos incontestables. El Partido Nacionalista Vasco (PNV) ganó con solvencia en las generales y, lo que es más relevante, arrasó en las municipales y forales. Gracias a ello, gozará de un grupo parlamentario fuerte en el Congreso y mantendrá el control de las tres grandes alcaldías y las tres diputaciones del País Vasco. Los resultados del 28-A y el 26-M han abonado el terreno para que el lehendakari, Íñigo Urkullu, adelante la convocatoria de las elecciones autonómicas, previstas para el otoño de 2020, en busca de una mayoría más amplia y más cómoda. 

Urkullu es un hombre tranquilo y moderado al que no le gustan los sobresaltos. Siempre ha dicho que su objetivo es agotar la legislatura. Pero la paradoja es que la acumulación de poder y las victorias electorales no están implicando que tenga facilidades para gobernar la comunidad. Porque Bildu, Podemos y PP están llevando a cabo una fuerte oposición a los peneuvistas, que gobiernan en coalición con el PSOE. El principal ejemplo está en que para este ejercicio el Ejecutivo vasco tuvo que prorrogar los Presupuestos del año anterior al no conseguir respaldo suficiente a su proyecto de cuentas públicas. 

Un reto más que superado

En ese contexto de cierta debilidad en el Parlamento vasco, el reto del PNV era salir reforzado de las dos citas electorales para lograr una posición de más fuerza con la que negociar las cuentas de 2020. Con buenos resultados, podrían 'bajar los humos' a sus opositores. Los peneuvistas han superado ese reto y han ido más allá, porque han ganado con tanta claridad que ahora podrían tener la tentación de adelantar los comicios autonómicos para rematar la faena o, al menos, pueden amenazar con esa posibilidad para salirse con la suya

Semanas atrás, el propio Urkullu alimentó los rumores de un posible adelanto al afirmar que no lo tenía en mente "de momento". Ahora, con los favorables resultados del 28-A y el 26-M, todos los portavoces del PNV enfrían esta posibilidad pero tampoco la descartan y recuerdan que se trata de una potestad que solo atañe al lehendakari. 

En esa línea, este mismo martes el portavoz del Ejecutivo vasco, Josu Erkoreka, remarcaba que los ciudadanos han avalado en las urnas el pacto entre PNV y PSOE, aseguraba que ahora mismo no contemplan el adelanto electoral "en absoluto", argumentaba que su intención es aprobar los Presupuestos y, para ello, pedía a la oposición "un cambio de actitud que guarde sintonía con el nuevo escenario".  

Declaraciones aparte, los resultados electorales refuerzan al Gobierno de Urkullu, que tiene que elegir si apuesta por buscar una aprobación de las cuentas que ahora parece más sencilla o si persigue en las urnas un respaldo aún más grande para gobernar más tranquilo otros cuatro años. Amansar a la oposición o intentar empequeñecerla. La segunda opción conlleva más riesgos, pero también más ventajas. Por ahora, los comicios vascos están previstos para septiembre de 2020, pero en los últimos meses se ha especulado con la posibilidad de un adelanto a la primavera o incluso al otoño de este año.   

PP y Podemos necesitan tiempo

Lo que está claro es que la mayoría del resto de formaciones no quiere unas elecciones autonómicas. El PP, que está en caída libre, necesita tiempo para recuperarse. En parecida situación está Podemos, que ha fracasado en las urnas si bien es cierto que ha vuelto a resistir mejor que en otras zonas de España. Desde Bildu acusan al PNV de escenificar soledad para buscar precisamente ese adelanto electoral y, para evitarlo, repiten que quieren sentarse a negociar los Presupuestos con el Ejecutivo vasco. 

Precisamente el único socio de Urkullu, el PSOE de Idoia Mendia, es la otra formación a la que, a la vista de los últimos resultados, mejor le podría venir ese hipotético adelanto de las autonómicas. Porque los socialistas pueden seguir exprimiendo el 'efecto Sánchez' en las urnas así como pueden continuar explotando la debilidad de los otros dos partidos no nacionalistas, PP y Podemos. 

Con o sin adelanto, la sintonía entre PNV y PSOE es total. A tenor de los resultados, parece que habrá entendimiento entre ambos para rato.