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País Vasco

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Enfado del PNV con la patronal vasca por su apoyo a Ayuso y sus críticas a Sánchez

Los dirigentes peneuvistas empeoran su relación con los empresarios. El diagnóstico de un nuevo foro cercano a la patronal, la reforma laboral y la política fiscal, claves del enfrentamiento soterrado

El lehendakari, Íñigo Urkullu.

La gota que colmó el vaso llegó hace unos días, cuando la presidenta de la Comunidad de Madrid, Isabel Díaz Ayuso, visitó Vitoria para reunirse con un grupo de 200 empresarios. El respaldo empresarial que pudo verse en aquel encuentro sirvió para erosionar aún más la difícil relación que viven desde hace tiempo la patronal vasca, Confebask, y el Gobierno autonómico que dirige Íñigo Urkullu.

Porque la verdad es que el vaso ya estaba casi lleno debido a otros motivos. Entre ellos están la posición dispar sobre la reforma laboral, por un lado, o la virulencia con la que los empresarios han criticado al Gobierno de Pedro Sánchez, por el otro. La conocida postura de Confebask sobre la política fiscal, simbolizada en el continuo respaldo de los empresarios vascos al modelo que Ayuso aplica en Madrid, tampoco gusta nada en el seno del Ejecutivo vasco.

Otro de esos motivos, acaso el otro detonante del enfado de los últimos días junto a lo que pasó con Ayuso, es el diagnóstico sobre la economía vasca que emitió un think thank empresarial de nueva creación y cercano a la patronal. Zedarriak, que así se llama el colectivo, se quejaba entre otras cosas de que "Euskadi ya no ocupa posiciones de liderazgo".

Entre los firmantes había pesos pesados de la economía vasca como Pedro Luis Uriarte, consejero del Ejecutivo vasco en los ochenta y ex consejero delegado del BBVA, o personajes significativos como la ex ministra de Ciencia Cristina Garmendia. Y el texto señalaba cosas como "la creciente pérdida relativa de peso económico y empresarial de nuestra economía", "el desarraigo en la mayoría de las empresas tractoras que impulsaron el desarrollo económico en el pasado" o "la progresiva pérdida de atractivo para realizar actividad económica y que sufre el país". Un torpedo a la línea de flotación de la visión económica del Gobierno vasco.

Llamadas al orden

De hecho, en Sabin Etxea y Ajuria Enea no gustaron nada las conclusiones del estudio de Zedarriak. Hasta el punto de que, según desveló El Correo, firmantes del documento y dirigentes de la patronal recibieron llamadas en las que se les informaba de la "indignación" del propio lehendakari. Al decir de dicha información, Urkullu se sentía "traicionado" por lo sucedido.

Por si el mensaje en privado no estaba claro, luego llegó otro cristalino en público. El portavoz parlamentario del PNV, veterano curtido y líder jeltzale en Guipúzcoa, Joseba Egibar, decía en una entrevista para El Diario Vasco que esas conclusiones del nuevo foro empresarial "son reflexiones injustas y no se adhieren a la verdad y espero que no sean la antesala de la petición de abolición del Impuesto sobre el Patrimonio o reducir el Impuesto sobre Sociedades".

Ayuso y la política fiscal

De las palabras de Egibar se deduce con claridad que las aguas andan revueltas entre dos partes, el PNV y la patronal, que tradicionalmente se han entendido a las mil maravillas. No es que estén cerca de una ruptura, pero las discrepancias son cada vez más evidentes. Y si en un tema esto puede verse con claridad, como también queda claro en esas manifestaciones, ese es el de la política impositiva.

Los empresarios quieren menos impuestos. Y respaldan por ello el modelo de Ayuso. En frente, un Urkullu que no para de atacar a la presidenta madrileña. No por casualidad, durante su discurso del pasado aberri eguna, tan marcado por otros asuntos, el lehendakari arremetía contra los "cantos de sirena" de "quienes se presentan en Euskadi con la nueva receta mágica del neoliberalismo", de "menos impuestos y menos Estado". No obstante, lo que parece en los últimos días es que no pocos empresarios vascos sí quieren cocinar esa receta.

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